Grooming: "Si no me mandan fotos desnudos, voy a publicar las que ya tengo"
En una mañana de cuarentena y sin clases, el despertador de Marcos sonó y tuvo el efecto de una bomba en la casa dormida. Miró el celular y ahí estaba el mensaje de WhatsApp de Tomás, su hijo mayor, de 15 años: "Papá, antes de irte a trabajar, quiero hablar con vos. Es importante". Fernanda, su esposa, todavía dormía. Marcos se levantó y cuando entró al cuarto que comparten sus dos hijos, la noticia lo dejó perplejo.
Paula, una supuesta joven chilena de 19 años, había empezado a seguirlos unos días antes por Instagram. Primero a Mateo, el más chico, de 12. Intercambiaron mensajes privados y, cuando se ganó su confianza, le pidió que le mandara fotos desnudo a cambio de otras de ellas. Mateo accedió. Los pedidos siguieron llegando, uno tras otro. Cuando él dijo: "Basta, hasta acá llegue", vinieron las amenazas: "Hablá con tu hermano, él está en la misma. Sino me siguen mandando fotos de los dos desnudos, voy a publicar las que ya tengo". Tomás le confirmó a Mateo que él también le había compartido imágenes íntimas a la desconocida y ahora no sabía qué hacer. Aterrorizados, los hermanos se sacaron otras, juntos y con las poses que les fueron indicadas. Hasta ese momento, no sabían que Paula no era Paula, y que eran víctimas de grooming.
Según los referentes consultados por LA NACION, durante la cuarentena para prevenir la propagación del COVID-19 los casos de grooming aumentaron significativamente. No solo las consultas en las organizaciones que trabajan en la temática se multiplicaron por tres, sino que en la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas (Ufedyci), que depende del Ministerio Público Fiscal de la ciudad de Buenos Aires, las denuncias se duplicaron. En marzo, recibieron 2875 casos de difusión de imágenes o videos de explotación sexual infantil. En lo que va de abril, 5062. El aumento en el ingreso de reportes fue del 76%.
El grooming es un ciberdelito que se caracteriza por el acoso de parte de un adulto a niños, niñas y adolescentes a través de internet para obtener algún tipo de gratificación sexual o imágenes sexuales. Generalmente, se hace desde perfiles falsos en los que el groomer (como se conoce a estos delincuentes) se hacen pasar por chicos o chicas para ganarse la confianza de los menores. "Lo que advertimos ni bien comenzó la cuarentena fue que el distanciamiento social se iba a dar en términos físicos pero no digitales. La híperconectividad convirtió a los niños, niñas y adolescentes en hípervulnerables", resume Hernán Navarro, fundador de Grooming Argentina.
El fin de semana #denuncialo fue tendencia en Twitter luego de que usuarios de esa red social detectaran que un perfil estaba compartiendo imágenes explícitas de abuso sexual de niños y niñas. Ante la cantidad de mensajes recibidos, Grooming Argentina posteó una serie de indicaciones sobre cómo actuar en estos casos para no entorpecer las investigaciones. "En estos días, muchas personas encuentran usuarios que suben material de abuso sexual contra la infancia y no saben qué hacer. El desconocimiento es generalizado respecto al abordaje de esta pandemia que es la pedofilia", cuenta el fundador de la ONG.
Ante la cantidad de mensajes recibidos por parte de usuarios de esta red social, advertimos:1) NO hacer RT de la cuenta que posea contenido de explotación sexual de NNyA.2) NO generar interacción.3) NO comentar, ya que estarías advirtiendo a bajar el perfil.4) DENUNCIAR.&— Grooming Argentina (@GroomingArg) April 27, 2020
Sebastián Bortnik, experto en seguridad informática y fundador de la organización Argentina Cibersegura, explica que el gooming es un ataque informático masivo. "Es decir, se lanzan en busca de cualquier chico o chica, no de uno en particular, aunque cuando el delincuente encuentra una potencial víctima, avanza con ella", describe. La simple conexión a cualquier plataforma digital habilita la posibilidad de que un chico o chica (generalmente de entre 8 y 16 años) sea captado. "En cualquier lugar donde haya chats y niños del otro lado puede haber grooming", advierte el especialista. Puede ser por Facebook, Instagram, WhatsApp o juegos online.
El grooming y la comercialización de imágenes de explotación sexual de niños, niñas y adolescentes están estrechamente vinculados. Si bien Internet no inventó la pedofilia, la volvió mucho más sofisticada. Daniela Dupuy, fiscal a cargo de la Ufedyci, explica que están recibiendo dos focos de denuncias importantes relacionadas con el ciberacoso online infantil. Por un lado, todas las empresas proveedoras de servicios de Internet, cuando advierten que algún usuario sube imágenes o videos de explotación sexual infantil, debe denunciarlo a la ONG internacional National Center for Missing and Exploited Children y, si el IP está en la Argentina, el caso se deriva a la Ufedyc.
La cuarentena es una oportunidad única para el ciberdelincuente. Estos delitos aumentan escandalosamente semana a semana. Tienen a todo su público al alcance de su mano
"Esto no puedo dejar de vincularlo con el grooming. El groomer utiliza esas imágenes para satisfacer sus necesidades libidinosas o para introducirlas en una red de pornografía infantil", señala la fiscal. Y agrega: "La cuarentena es una oportunidad única para el ciberdelincuente. Estos delitos aumentan escandalosamente semana a semana. Tienen a todo su publico al alcance de su mano".
Las consecuencias
A los pocos días del primer contacto con su acosador, Tomás y Mateo bloquearon el perfil de quien se hacía pasar por Paula. En la desesperación y el temor, el menor de los hermanos borró todas las fotos y mensajes que habían intercambiado. La mañana que decidieron hablar con sus padres, un nuevo perfil los había contactado: en su historia de Instagram, la persona había publicado algunas de las imágenes de los chicos desnudos, pixelándoles la cara y los genitales y arrobado a varios amigos y amigas de ellos. "La próxima vez, van a salir sin la cara tapada", les advirtió.
Marcos y Fernanda recuerdan esa mañana con los detalles de una pesadilla. Cuando su esposo la despertó y le contó lo que había pasado, Fernanda se descompuso. Empezó a llamar por teléfono a fiscalías y ONG que trabajan en la temática, a glooglear "acoso cibernético" y "grooming". Cuando supo que el acosador de sus hijos había compartido imágenes de los chicos, la madre decidió mandarle por Whatsapp una advertencia a sus amigos que no tardó en viralizarse: "Hoy nos enteramos de que mis hijos están siendo acosados por Instagram hace unos días. Una persona los envolvió hasta que logró que les mande fotos íntimas comprometedoras. Les escribo para que estén atentos y hablen con sus hijos. Por favor, no se cansen de hablarles. Tienen que aprender a decir NO".
Para Facundo Hernández, Defensor Adjunto de Niñas, Niñas y Adolescentes, el groooming y otros delitos informáticos, así como la necesidad urgente de proteger a los chicos y las chicas en las redes sociales, deberían ocupar un lugar central en la agenda. Considera que es fundamental que haya fiscalías especializadas como la que cuenta la Ciudad en todo el país, así como reforzar la prevención. "No hay que tenerle miedo a la tecnología pero sí trabajar en la alfabetización digital y en los cuidados previos, explicándoles a los chicos todos los riesgos que hay en Internet, no para generar temor o rechazo, sino para cuidarse", sostiene el abogado.
Paula Wachter, fundadora y directora ejecutiva de Red por la Infancia, coincide y explica que la preocupación por el aumento de los casos de grooming durante la cuarentena, es una tendencia mundial. "Es un tema que no está siendo suficientemente visibilizado. Muchas veces, los padres asumen que los chicos al saber más de las nuevas tecnológicas tienen un buen uso de las mismas y no le dan relevancia a su rol de cuidado en el mundo virtual, que es fundamental", advierte la referente. "Debemos romper con la idea de que porque están en el cuarto están seguros", agrega Navarro.
Desde Grooming Argentina crearon una aplicación mediante la cual se puede denunciar el acoso y abuso sexual en Internet a niños, niñas y adolescentes con solo apretar un botón. De esa forma, se remite a una línea de Whatsapp que es atendida las 24 horas, activándose un protocolo de actuación, acompañamiento legal y psicológico.
Lanzamos la primera "app" en el país para denunciar el acoso y abuso sexual en internet a niños, niñas y adolescentes a través del #Grooming y fue declarada de interés por @SenadoArgentina#NoAlGrooming [R]#Android [R] https://t.co/FReYLESNdU#IOS [R] https://t.co/5MkThjML89pic.twitter.com/i7Ti5vIsYG&— Grooming Argentina (@GroomingArg) July 25, 2019
¿Cómo puede impactar en los chicos y las chicas el haber sido víctimas de grooming? Silvia Ongini, psiquiatra infantojuvenil del departamento de pediatría del Hospital de Clínicas y coautora del libro El súperpoder de la educación sexual, explica que cuando a un niño, niña o adolescente se lo expone a ser víctima de grooming, "lo que se constituye es una situación traumática exactamente igual a la del abuso sexual" porque "se los expone a cuestiones sexuales para las que muchas veces no están preparados ni psíquica ni madurativamente para poder procesar". Además, detalla que otra de las trampas del grooming es que la víctima termina considerando que también es culpable de lo que pasó. Para salir adelante, va a necesitar contención inmediata y una respuesta favorable de la familia.
Luego de que Mateo y Tomás le contarán a sus papás el calvario por el que estaban pasando, Fernanda estuvo con el teléfono en la mano hasta la una de la madrugada. No paraban de entrarle mensajes y llamadas. "Había muchas mamás que me decían: ‘Fuiste muy valiente, nos abriste los ojos y abriste un canal de diálogo en casa’. Incluso una me contó que había hablado con su hijo y le había contado algo que nunca le había dicho: que una persona lo había contactado hace un tiempo con el mismo fin", cuenta Fernanda.
La familia hizo la denuncia en la fiscalía de su jurisdicción, que hoy está en marcha. Desde Grooming Argentina le brindaron asesoramiento y contención. "Lo que pasó fue un baldazo de agua fría, porque acá en casa tenemos mucho dialogo. Así y todo, los chicos cayeron", dice Fernanda. Su mensaje para otros papás es que no dejen de trabajar en la prevención. "Lo único que podemos hacer es hablar con ellos, hablar y hablar", concluye la madre.
Consejos para padres
- Involucrarse: el adulto siempre es responsable, no existe eso de que "los chicos manejan solos la tecnología, entienden más que yo". Por el contrario, los niños y las niñas deben sentir que cuentan con el apoyo de un mayor, aun cuando se trate de Internet.
- Informarse acerca de qué es y las consecuencias del grooming: saber cómo funciona, cuántos casos hubo últimamente, si se dan nuevas modalidades, etcétera.
- Dialogar con los chicos: al igual que lo haríamos respecto de otros riesgos que pueden enfrentar en su vida, con confianza y generando un marco de contención.
- Enseñarles reglas básicas: explicarles que del otro lado de la pantalla una persona puede estar mintiendo sobre su identidad; que no deben hablar con desconocidos, y si llegan a hacerlo, limitar la conversación a los temas en cuestión, por ejemplo, si están jugando online, conversar sobre la estrategia; nunca revelar datos como dirección, teléfonos, nombres de la escuela a la que asisten y mucho menos acceder a pedidos tales como sacarse la ropa, mostrar una foto o seguir conversaciones de carácter sexual. Y si eso llega ocurrir, saber que deben pedir ayuda y que el contacto debe frenarse.
- Otros consejos a la hora de conectarse: limitar la cantidad de gente que aceptan como amigos o contactos en redes o grupos; controlar la gente con la que dialogan y el tipo de contenido que utilizan en esas comunicaciones.
- En los dispositivos: conocer los sistemas de navegación; leer las políticas de privacidad a la hora de bajar aplicaciones, como por ejemplo, si es menester ser mayor de edad para descargarlas; entre otros.