Experiencia educativa multicultural para 14 adolescentes argentinos
No importa nada. Ni el lugar de residencia, ni la situación económica familiar, ni la orientación sexual, ni las creencias religiosas, ni las notas en el boletín, ni si el inglés es la segunda lengua o si no se pronuncia una sola palabra en ese idioma. Para estudiar dos años en el exterior en United World Colleges (UWC) lo único necesario es ser un adolescente con potencial. ¿Potencial para qué? Para aprender en un contexto multicultural, compartir experiencias, trabajar en proyectos sociales y crecer con ganas de desenvolverse en un mundo cada vez más integrado y plural. Para eso se forman, en cada colegio, grupos inclusivos y deliberadamente diversos de estudiantes, dispuestos a desafiar sus propios límites y a debatir con sus profesores. Lo que se busca es que aprendan a entender y apreciar las diferentes perspectivas, y darles las herramientas para que sean agentes de cambios positivos en sus respectivas comunidades.
A partir de este mes, 14 adolescentes argentinos de todo el país viajarán a Canadá, Hong Kong, Costa Rica, EE.UU., Reino Unido, India, China, e-Swatini (ex Suazilandia, en África), Japón, Singapur, Tailandia y Armenia. En el marco de este programa, vivirán en los campus de cada colegio, donde también se prepararán durante dos años para obtener sus diplomas del Bachillerato Internacional, pero sobre todo para disfrutar de una experiencia inolvidable.
Entre ellos está Blas Ozán, un joven del barrio porteño de Almagro. Forma parte del Centro Juvenil San Francisco de Sales. Terminó quinto año en diciembre pasado y hasta ahora nunca había viajado en avión. Pero su primer vuelo será largo porque se va bien lejos: lo esperan en UWC Changshu China, a 100 km de Shanghai. "Desde que me avisaron que había resultado elegido, empecé a trabajar en un negocio para poder cubrir algunos de mis gastos. Estoy feliz de poder concretar este sueño", aseguró.
Propuesta
UWC es una ONG que nació en Gales, Reino Unido, en 1962, y contó desde sus inicios con el apoyo de diversas personalidades internacionales, como Nelson Mandela (quien fue presidente honorario de UWC), el cineasta Richard Attenborough y la reina Noor de Jordania, actual titular de la organización.
El concepto educativo de UWC se basa en las ideas del pedagogo alemán Kurt Hahn, uno de sus fundadores. Hahn creía que el colegio debía ser una preparación para la vida, no solamente para la universidad, y que la educación debía ayudar a los estudiantes a desarrollar la resiliencia y la capacidad para enfrentar tanto el fracaso como el éxito. El objetivo es ofrecer una formación desafiante y transformadora, y fue pionero porque se fijó muchos años antes de que existiera la preocupación actual por el empoderamiento de las mujeres y por la situación de minorías históricamente relegadas.
El programa de dos años permite obtener el diploma del Bachillerato Internacional (IB), que a su vez habilita a postularse a becas para cursar carreras de grado en las universidades más importantes del mundo. La propuesta de UWC también incluye cursos cortos, de 2 a 6 semanas, que jóvenes de todo el mundo realizan en diversos países cada año. Los cursos cortos se enfocan en temáticas específicas, como educación para la paz, liderazgo, medio ambiente y desarrollo sostenible.
UWC Argentina es la filial local de esta organización. Está conformada desde hace 40 años por ex alumnos y voluntarios que trabajan ad honorem para seleccionar a los becarios y hacer llegar la propuesta a cada vez más estudiantes de todo el país.
"No es indispensable estar entre los primeros de la clase en materia de notas. La experiencia en estos colegios es un equilibrio entre un sistema académico exigente y un programa de actividades creativas y de servicio. Por eso, más que abanderados, lo que se busca son adolescentes comprometidos con el aprendizaje, tanto dentro como fuera del aula", explica Cristian Salcedo, integrante del Comité argentino de UWC.
Los becarios no eligen colegio ya que es el Comité nacional quien se encarga de seleccionar la mejor opción para cada uno. Es que si bien todas las escuelas comparten los conceptos educativos de la organización, cada sede tiene perfiles específicos, que en ocasiones están dados por su ubicación geográfica o por los desafíos que enfrentan las comunidades locales, además de la misma infraestructura de cada colegio. Algunos dan más espacio a las artes y el diseño, otros a voluntariados relacionados con el cuidado de la salud o del medio ambiente, entre otras especialidades.
Pero en todos los campus los chicos y chicas estudian de manera no lineal, no tradicional. Para eso hacen cosas que nunca antes intentaron, o directamente que ni siquiera habían imaginado. Aprenden haciendo: experimentan el conocimiento. Se les permite hasta armar el contenido de su plan de materias, entre las que hay algunas obligatorias y otras muchas optativas. Además, tienen actividades al aire libre, deportes, talleres artísticos y semanas de trabajos de campo fuera de los colegios, en algunos casos en otros países, en las que eligen qué actividad de servicio social encarar con el apoyo de tutores y profesores. Entre otros proyectos liderados por los estudiantes, se crearon bibliotecas rurales, se desarrolló proteccionismo animal, se hicieron acciones de apoyo a la comunidad LGBT, se asistió a víctimas de desastres naturales, se brindó soporte a microemprendimientos, se encararon misiones ecológicas y se realizaron tareas de alfabetización en aldeas.
Costos y padrinazgos
La idea de UWC es que el acceso a la educación debe ser independiente de la situación socioeconómica del alumno, por lo cual el 70% de los estudiantes que cursan el Diploma del IB recibe ayuda económica en forma de becas completas o parciales, en función de sus necesidades.
En general, se les pide a las familias que contribuyan con el equivalente a lo que destinarían a su hijo o hija si viviera durante esos dos años en el hogar.
Las becas completas en la mayoría de los casos cubren los costos para estudiar en un Colegio UWC: clases, libros, materiales, actividades extracurriculares, salidas de campo, evaluaciones y certificaciones, alojamiento y comidas.
Generalmente, los pasajes de ida y vuelta al colegio, seguro médico, útiles escolares, artículos de higiene personal, vestimenta y dinero de bolsillo no están incluidos, como tampoco los gastos de pasaporte, visas, vacunas, seguro de caución y otros documentos que cada país pueda requerir. Es por eso que las empresas y los particulares que quieran apoyar a los becarios están invitados a hacer aportes (ver botón).
Justamente para cubrir estos gastos, en muchos casos los estudiantes trabajan, por ejemplo dando clases particulares, tras terminar quinto año y hasta el momento de viajar. En otros, lanzaron convocatorias en plataformas de crowdfunding, hubo amigos que organizaron ferias americanas y también tías que tejieron bufandas para venderlas y así llenar la alcancía.
José Manuel Maidana reside en la ciudad de Salta con su mamá Nora, su abuela, su tío, su hermano y su cuñada. Participa como voluntario de la organización Junior Chamber International. Fue seleccionado para viajar a Canadá, donde vivirá y estudiará los próximos dos años en UWC Pearson College, en Isla Vancouver. Su mamá, docente, comentó a LA NACION que las vecinas de su barrio se organizaron para recaudar fondos que le permitieran a José Manuel afrontar los gastos de bolsillo y otros costos no cubiertos durante la cursada. "Algunas cocinaron y vendieron empanadas, otras hicieron colectas casa por casa, varias organizaron rifas y hubo quienes aportaron donaciones. Estamos muy agradecidos con nuestra comunidad por este apoyo", contó.
Convocatoria
El cierre de inscripción para los programas 2019 es el 12 de agosto próximo. Los requisitos para inscribirse son haber nacido entre el 1/8/2000 y el 15/8/2003; ser argentino/a, nativo o por opción, o haber vivido durante los últimos tres años en el país; tener aprobado o estar cursando el 10° año de escolaridad (contando desde 1° grado), no adeudar materias de años anteriores y compartir los valores de la organización. No es obligatorio saber inglés para postularse, pero los estudiantes seleccionados deberán aprender o profundizar sus conocimientos de ese idioma antes de asistir a UWC. A fines de agosto se toma un test de inquietudes, preocupaciones e intereses de los postulantes, a quienes se les pide opinión sobre diversos temas. En octubre se harán las entrevistas de manera virtual a los semifinalistas, y un mes más tarde, el campamento de convivencia, del que surgirán los jóvenes que viajarán el año próximo.
A todos los becarios los lleva de la mano la ambición de ir hasta el límite de su potencial. Le dan, así, la razón al fundador Hahn: "Hay mucho más en nosotros de lo que creemos. Si nos diéramos cuenta de esto, por el resto de nuestras vidas no nos conformaríamos con menos".
Los 14 becarios 2018 y sus destinos
José Manuel Maidana (Canadá); Manuela Kamerbeek (Hong Kong); Ivana Drocezesky (Costa Rica); Cecilia Pérez Gago (EE.UU.); Carolina Ochoa Fuentes (Reino Unido); Miguel Aliaga Achaval (India); Milena Montero, Blas Ozán y Victoria Scarpati (China); Martín Bruno (e-Swatini); Josefina Yornet de Rosas (Japón); Denisse Olmedo (Singapur); Liza Martin (Tailandia) y Eugenia Cassinelli (Armenia).
INFO E INSCRIPCIÓN PARA LOS PROGRAMAS 2019
Web: www.ar.uwc.org
Mail: consultas@ar.uwc.org
Facebook: UWCAR
Twitter: @UwcArgentina
Instagram: @uwcargentina
Cifras
17 colegios UWC en 4 continentes.
60.000 graduados de más de 180 países.
9.000 estudiantes se suman cada año.