“Es indignante, lo voy a sacar”: la reacción de la madre de una niña desaparecida al ver el cartel de un candidato a gobernador frente a su casa
Yamila, la mamá de Guadalupe Lucero, cuestionó que empapelaran con la cara de un candidato las calles de San Luis, mientras ella no consigue que difundan el rostro actualizado de su hija, desaparecida desde junio de 2021, cuando tenía apenas 5 años
- 7 minutos de lectura'
Para Yamila Cialone, ese cartel de un candidato a gobernador puntano sonriéndole desde el poste de luz que está justo frente a la puerta de su casa, fue la gota que rebalsó el vaso. La mamá de Guadalupe Lucero Cialone, la pequeña que el 14 de junio de 2021 desapareció mientras jugaba en el barrio 544 Viviendas de la ciudad de San Luis, decidió volcar su indignación en un posteo en su cuenta de Facebook.
“En frente de casa, prácticamente en la puerta de la casa de Guada, y en el barrio donde la seguimos esperando, me clavan el cartel de este señor, títere del gobernador actual”, comienza el texto que Yamila subió a sus redes sociales el lunes pasado. Y seguía: “Me cansé de escribirles que quería fotos de Guada actualizadas en los lugares públicos de San Luis y nunca las mandaron a hacer… Pero vienen y clavan este cartel que obviamente lo voy a sacar, porque es indignante tener un gobernador que no hizo nada por mi hija como para abrir la puerta y mirarle la cara a este Sr.”.
Guadalupe tenía cinco años la tarde de junio en que jugaba frente a la casa de su tía y su familia la vio por última vez. Hoy, ya cumplió los siete. Aunque tras su desaparición hubo decenas de rastrillajes, allanamientos y declaraciones de testigos, no existieron avances significativos en la causa, que ante los reclamos de la familia pasó al fuero Federal, ya que se sospecha que detrás de la desaparición podría haber una red de trata de niños.
Su historia es parte de una problemática estructural que atraviesa a miles de familias de todo el país. En la Argentina, hay aproximadamente 10.000 personas que se encuentran perdidas o desaparecidas, de acuerdo a estimaciones de funcionarios, especialistas y referentes de la sociedad civil que investigan la problemática. Una investigación especial publicada recientemente por LA NACION expuso cómo, de ese total, poco más de la mitad son mujeres: entre ellas, muchas adolescentes y niñas pequeñas, como Guada.
En una entrevista con LA NACION en el marco de esa investigación, Yamila contó cómo fueron las primeras horas tras la desaparición de su hija, que en ese momento tenía 5 años: “Empecé a ver un montón de gente del barrio que se juntaba y a la policía y en un momento hice el click: caí al suelo de rodillas, gritando su nombre. Supe que de ahí en adelante iba a pasar por un montón de cosas, porque las primeras horas eran cruciales, importantísimas para encontrarla”.
Los desafíos para hallar a las centenares de chicas y mujeres desaparecidas son enormes. Policías, fiscales y jueces saben poco sobre ellas y son ineficientes para buscarlas. De hecho, las familias son el verdadero motor para encontrarlas vivas y, como Yamila, se sienten solas, olvidadas, desamparadas.
Las fuerzas para seguir adelante, Yamila las saca de sus otros dos hijos y de la certeza de que es ella quien impulsa la causa de su niña. “Si yo no estuviese cuerda y fuerte, ¿quién buscaría a Guada? Soy yo la que llama todo el tiempo a la fiscalía”. Actualmente se ofrece una recompensa de 5 millones de pesos para quien pueda aportar información sobre la pequeña.
“Fui a varios encuentros con otras mamás de niñas y mujeres desaparecidas y me siento contenida, pero cuando llego a casa caigo en la vida real: no quiero estar tantos años buscándola. Mientras va pasando el tiempo, los días, cuesta enfrentar eso: la realidad de las madres que desde hace mucho tiempo están buscando a sus hijas. A veces pienso que no voy a vivir tanto tiempo para encontrarla”, cuenta Yamila.
“Nunca actualizaron su foto”
La indignación y el dolor que Yamila volcó en ese posteo en Facebook lleva dos años gestándose. “El tiempo pasa lento y rápido al mismo tiempo. Lento en cuanto a la Justicia y la búsqueda, porque tenés que estar todo el tiempo atrás, pidiendo y exigiendo. Y rápido porque para mí fue ayer que pasó todo esto”, cuenta.
Sobre el proceso de la investigación, agrega: “Muchas veces fui yo quien le tuve que pasar la información a la policía cuando me llamaba alguien para darme algún dato. Les pasaba todo, capturas de pantalla, lo que tuviese, a cualquier hora. Te terminás convirtiendo en un investigador del mismo caso de tu hija. Por eso me enojé mucho cuando pusieron como foto principal de su búsqueda una de cuando Guada tenía cuatro años, sin preguntarme si yo quería que fuera esa imagen la que se viralizara. Hoy sigo peleando para que la foto se actualice, porque no representa cómo era Guada a sus cinco años, en el momento de su desaparición”.
Hasta esa tarde en que la vieron por última vez, Guada compartía su cuarto con su hermano Benja. “Hoy su cama está vacía. Me cuesta verla armada, por eso guardé sus sábanas y el acolchado de princesas”, señala su mamá. “Pasaba tanto tiempo conmigo que recuerdos hay muchísimos. Era muy cargosa con su hermano Benja: siempre andaba detrás de él y sus amigos, siguiéndolo para todos lados y defendiéndolo cuando lo peleaban otros nenes. Ella se enojaba mucho”.
La vida de Yamila cambió totalmente desde aquel 14 de junio en que Guada salió a jugar frente a lo de su tía. “Es difícil. Pasé de estar viviendo con Guada y Benja a que me falte mi hija… Entrar a la pieza y ver sus cosas, que no se usan, es complicado. Hoy cuando veo a las nenas jugar en el barrio, no lo tolero y me meto adentro de la casa”.
La madre tiene la certeza de que su hija está viva. “La siento así. Mi abuela toda la vida nos curó el empachó a mí y a mis hijos y siempre me dice: ‘Le curé el empacho a Guadita en estos días, estaba mal de la pancita la negra’. Esa es la esperanza que me mantiene firme. Siento que debe estar en algún lado. No sé si acá en la Argentina, porque no puede ser que no se la encuentre con sus rasgos tan particulares (tiene un lunar grande, alargado y oscuro, debajo de la patilla y muy cerca de su oreja izquierda), pero quizás en otro país”.
El último cumpleaños en familia
Yamila recuerda que el último cumpleaños de Guada que pasaron en familia, su número 5, lo vivieron como el día más feliz en la vida de la niña. Ese 8 de febrero de hace dos años atrás, la torta estaba decorada con los personajes de la película Frozen, en tono blanco y celeste. Las fotos y un video de ese momento la muestran rodeada de otros niños, soplando las velitas con forma de estrella. Y, minutos después, con la cara repleta de crema, riendo a carcajadas. Los ojos grandes y achinados, las pestañas larguísimas y las cejas generosas.
“Así es como la recordamos con su hermano Benja: feliz y con su enorme sonrisa”, dice Yamila. Además de Guadalupe y Benjamín (10), la mujer es mamá de Marti, un bebé que todavía no pudo conocer a su hermana. “Me imagino tantas veces el reencuentro: abrazándola y contándole a todos que ella apareció. Ojalá algún día se de”, concluye su mamá.
A quién podés llamar si tenés un dato sobre ella:
- Podés escribirle al Ministerio de Seguridad haciendo click en este link o llamando a la línea 134.
- Podés llamar al 911.
- Podés comunicarte con la organización Personas Perdidas por WhatsApp al 11.4915.9470