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Alexis pisa la pelota. Ese simple movimiento, que hacía sin siquiera pensar en cada entrenamiento de su infancia en Argentinos Juniors y luego en Arsenal, le trae cientos de recuerdos. Imágenes de un pasado cercano donde ser futbolista de primera división era “su futuro”, uno donde se cumple el sueño del pibe de barrio, que “quiere triunfar y ayudar a su familia”. Pero esta vez no está en la cancha de Avellaneda, está en su casa del Barrio 22 de Enero, en La Matanza, y la pelota está envuelta en una bolsa de nylon, porque a diferencia de hace un año y medio, ya no la puede ver. La tiene que escuchar.
Alexis Salinas, de 23 años, quedó ciego en noviembre de 2019 como consecuencia del impacto de un perdigón perdido en medio de un tiroteo en Villegas, un barrio vecino al suyo en Ciudad Evita. Luego de varias intervenciones quirúrgicas, hace un año le confirmaron que no iba a volver a ver. Hoy, la bronca y el enojo de aquellos primeros tiempos se contraponen con “la felicidad” que le da estar entrenando con Los Murciélagos, la Selección Argentina de Fútbol para Ciegos.
El reencuentro con su pasión de toda la vida después de varios meses de no querer saber nada, fue gracias a un llamado del entrenador de Los Murciélagos, Martín Demonte. “El me animó, me dijo ‘probá, vas a escuchar el ruido’, y me sorprendí hasta yo mismo, porque pude seguir la pelota casi como si nada hubiese pasado´”, cuenta Alexis, que todavía recuerda la sensación de sus pies pisando de nuevo una pelota: “Fue como que me entró algo en el cuerpo y me dije ‘volví´”.
Los primeros meses después de recibir el disparo fueron obviamente difíciles. Después de la confirmación de la ceguera, vinieron semanas de estar encerrado en su habitación. Era mayo del año pasado, plena cuarentena. “No podía aceptar lo que me estaba pasando. ¿Por qué a mí? Soy muy creyente y estaba muy enojado con Dios”, relata Alexis. Pero dice que gracias a la fuerza que le daba su familia, logró salir adelante: “Mi mamá me ayudó un montón, siempre me daba aliento, me decía ‘ya vas a estar mejor, ya va a salir el sol, somos una familia guerrera’”.
Frente a su nueva realidad, tenía que aprender a moverse de otra manera. Como dice en el corto documental que estrenó hoy Signature Studios en su IGTV, en el que Alexis reconstruye su historia, “tenía que aprender a ser ciego”. Descubrir que ya sin la vista era hora de utilizar el oído, el tacto, el olfato, la orientación. Un proceso que, según cuenta en una charla telefónica con LA NACION, fue muy duro. Y por eso asegura que cada logro se lo tiene que agradecer a los profesionales que lo acompañaron. Asiste al Instituto para Ciegos Román Rosell, donde lo primero que le enseñaron fue la orientación para la movilidad. “Tuve que aprender a orientarme no solo afuera sino también adentro de mi casa, y a usar el bastón”, explica Alexis.
Cuando repasa las cosas cotidianas, piensa en que hasta tuvo que empezar a relacionarse con su mascota de otra forma. También, destaca cómo la memoria y el orden se volvieron fundamentales. “Así sabés en qué lugar está la remera que estás buscando o qué estante tiene determinados colores de ropa o dónde están los shorts”, detalla.
Justo cuando había decidido “dejar de lamentase” y ponerse a ayudar a su papá –que es electromecánico y el sostén económico de la casa–, fue cuando el fútbol volvió a su vida. Demonte llamó a un tío de Alexis, luego habló con su papá y fue él quien coordinó el contacto y le insistió a su hijo para que no abandone su pasión. “Cuando volví a la cancha sentí que volvió todo –lo dice varias veces a lo largo de la charla, también en el documental–. Es distinto: ahora mis oídos se transformaron en mis ojos, pero las sensaciones son las mismas. Volver a entrenar, a cansarme, me trajo felicidad”.
El contacto con Los Murciélagos fue mucho más allá de lo futbolístico. Alexis no había podido interactuar mucho con otras personas ciegas a causa de la pandemia y recién cuando pudo ir presencialmente a los entrenamientos tuvo la chance de estar con otros que podían contarle de primera mano cómo iba a ser su nueva vida. “Juntarme con ellos significó aprender muchas cosas, más allá del deporte. Me hace muy bien estar ahí: me dan ánimo para soltarme, para ser más independiente, más positivo. Para entender que puedo hacer todo, aunque sea de otra manera. Son unos chicos muy admirables”, resume. Hasta ahora, se alegra de no haberse chocado con “malas personas” y con las barreras que, sabe, existen muchas veces para las personas con discapacidad.
Como todo buen futbolista, Alexis ya se plantea nuevos desafíos: jugar el mundial de fútbol para ciegos. “El sueño está y ojalá que se me pueda cumplir a futuro. Ahora quiero ponerme al ritmo de mis compañeros, pero me gustaría poder competir en algún torneo con ellos, poder ganarlo y ver la sonrisa de mi mamá, porque sé que la voy a poder ver, aunque sea de otra manera”.
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Además de la versión para todos los espectadores, en el canal de Youtube de Signature Studios hay una versión especial para personas ciegas, con detalles sonoros y otros elementos que permiten un mejor acercamiento al documental de Alexis.