El llamado de atención de un hogar de niños que enciende las alarmas a nivel nacional
La fundación Juanito, que alberga a chicos separados de sus familias por haber vivido situaciones de violencia, advierte que las becas que cobran por cada uno no les alcanza para cubrir los gastos; Marisa Graham, defensora de la niñez a nivel federal, alerta sobre la falta de inversión en infancias en todo el país
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En medio de un contexto de ajuste estatal y con el impacto de la inflación en el costo de los insumos y los servicios, hay cuentas que no cierran y eso se vuelve un problema urgente en las poblaciones más vulnerables. Entre ellas, se encuentran unos 9 mil niños, niñas y adolescentes que viven en hogares de todo el país porque han quedado huérfanos o fueron desvinculados de sus familias después de pasar por diferentes situaciones de violencia, como el abandono o el abuso.
Desde algunos hogares de la ciudad y la provincia de Buenos Aires plantean que el dinero que les transfieren a través de becas o subsidios (que arrancarían en los 400 mil pesos) por cada niño institucionalizado no les alcanza para cubrir todos los gastos que tienen para que puedan comer, estudiar, cuidar su salud y recrearse. Así tampoco, cubre los gastos para que vivan en un espacio bien mantenido, con personal preparado, con todos los servicios al día y dinero para traslados, como por ejemplo, a un hospital.
“Las organizaciones de la sociedad civil que albergamos a esos niños no estamos por fuera de la emergencia del contexto. En nuestro caso, el 50% de las necesidades de nuestros chicos es cubierta por las becas que recibimos de la Ciudad. Pero el resto lo tenemos que salir a buscar a través de donaciones”, explica a LA NACION Lorena Naveira, directora de la Fundación Juanito, que, en convenio con el Gobierno porteño, sostiene los hogares Casa del Árbol y Casa del Abrazo, ubicados en un mismo edificio en el barrio porteño de Colegiales. Entre los dos, se aloja y se asiste a 24 chicos y chicas.
La Fundación Juanito cuenta con un equipo de profesionales en abogacía, psicopedagogía, psicólogía, psicólogía social, medicina y trabajo social. A ellos se les suman educadores que acompañan la cotidianidad de cada niño, niña y adolescente en los hogares. Los sueldos de todos ellos se pagan con el presupuesto que surge de las donaciones de particulares y empresas. Los hogares de Juanito están orientados a niños a los que se busca revincular con miembros de su familia que no han ejercido la vulneración de alguno de sus derechos. Si esto no es posible, trabajan en la adoptabilidad del menor conjuntamente con el Estado.
“Necesitamos tener un presupuesto acorde porque los chicos están a expensas de nuestros enormes esfuerzos”, detallan desde Juanito. A la situación de crisis general, indica Naveira, se suma el difícil acceso a la atención de la salud de los niños, niñas y adolescentes, que cada vez llegan al hogar más vulnerables. “Nosotros nos manejamos con el sistema de salud público, entonces conseguir turnos con premura es imposible, como le pasa a todo el mundo”, se lamenta.
La respuesta del Estado
El sistema de hogares en la ciudad de Buenos Aires es mixto. De los 54 que hay, 9 son gestionados por el Gobierno porteño, 38 son conveniados con organizaciones de la sociedad civil (OSC) y 7 son cogestionados entre la Ciudad y esas organizaciones. Todos dependen del Consejo de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes de la ciudad, que es dirigido en esta nueva gestión de gobierno por Germán Raúl Onco, actualmente de licencia.
El consejo articula con las defensorías zonales, la línea 102 y el registro único de adopción con fines adoptivos. Además gestiona el programa de Acogimiento Familiar, para los chicos desvinculados de sus familias, y el Abrazar, por el cual un adulto puede apadrinar a algún menor que vive en los hogares. Además, es el organismo encargado de distribuir las becas por cada chico alojado en un hogar. Consultados sobre el monto de las misma, desde ese organismo aseguraron que no están autorizados a dar esa información.
De todos modos, desde el Consejo detallaron que “las becas ya tienen previsto un aumento trimestral por IPC”. Sobre la necesidad de recurrir a las donaciones para poder pagar todos los servicios que necesitan los chicos, consideran que no es algo nuevo: “Entendemos que las donaciones son una práctica habitual de las Organizaciones de la Sociedad Civil, dado que el pago recibido fue previamente evaluado y contempla cubrir las necesidades de la población alojada”, indicaron y agregaron que también “están contemplados pagos extraordinarios para fechas especiales del año, como los cumpleaños, Pascuas, Día de la Niñez y Navidad.
En tanto, los hogares de la provincia de Buenos Aires, que son supervisados por el Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia (OPNyA), en su mayoría también son conveniados. Un total de 23 dependen del organismo, mientras que los gestionados por ONG son 215. A los que se le suman 18 instituciones de atención especializada que atienden consumos problemáticos o discapacidad.
El valor de las becas en la Provincia varía según la especialización de los hogares y los montos van desde los 414 mil a los 525 mil pesos. Los mismos deben cubrir “sus necesidades de alimentación, higiene y cuidado, así como de respeto por su identidad e historia, atención de salud, educación, recreación, desarrollo cultural y, si corresponde, a la vinculación familiar”, indicaron desde OPNyA. Por otra parte, aclararon que los chicos con discapacidades, que se encuentran en dispositivos especializados, pueden recibir entre 684.319 pesos al 1.406.003 pesos por mes. Y enfatizan que “todas las becas que otorga el Organismo tienen un valor que supera la canasta de crianza, que es de $412.000 en el mes de junio, y llega a cuadruplicarse en algunos casos”.
Desde el Hogar Una Posta en el Camino, ubicado en Don Torcuato, su directora Sofíá Paz, cuenta: “Recién ahora están regularizando el pago de las becas a los chicos. Hace unos meses habían depositado solo el 15%”. Además, explica: “Aquí asistimos a chiquitos que también vienen de la Ciudad de Buenos Aires. Ellos siempre pagan en tiempo y forma”. Para los chicos que residen en provincia la beca es de 400 mil pesos y para quienes tiene residencia en CABA, es de 600 mil, detalla.
Quienes trabajan en niñez, los peor pagos
Desde la Defensora de los Niños, Niñas y Adolescentes , el organismo que vela por los derechos de los niños, niñas y adolescentes a nivel nacional, su directora, Marisa Graham, cuenta a este medio que “se han dado grandes avances en niñez en los últimos 20 años”, pero que siempre se debe apuntar a más, por lo que han realizado una guía con sugerencias para que los hogares, desde los públicos a los conveniados, cumplan con un estándar que debería ser fiscalizado por cada consejo y organismo del Estado.
De acuerdo a un relevamiento de ese organismo, la mayoría de los hogares del país son netamente públicos, en tanto, los conveniados con ONG se concentran en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el primer y segundo cordón de la provincia. De los 12 millones 200 mil menores de 18 años en el país, de acuerdo con el último censo, hay un promedio de entre 9.500 y 9.600 chicos sin cuidados parentales que viven en familias de acogimiento y en hogares. Ese promedio se sostiene desde 2011.
“Si bien los montos de algunas becas pueden ser importantes, desde la Defensoría siempre vamos a pedir que haya más presupuesto para los hogares y en general para todas las áreas de infancia en el país”, indica Graham, quien dice que la situación de los hogares en el país es variada y advierte algo que debería encender alarmas.
Graham explica que “desde siempre, en todas las jurisdicciones, en la Ciudad, provincia de Buenos Aires, en el resto del país, los peores pagos son los técnicos, profesionales y personal que trabaja en niñez”, por lo que ese es un reclamo permanente.
“No puede ser que estén mal pagas las personas que desde su especialización tienen que hacerse cargo de decidir sobre la vida de un niño, algo tan importante que si o sí les va a cambiar la vida como es separarlo de su familia o no. Si cada consejo u organismo no tiene presupuesto, cómo puede ser que sea bueno el que les brindan a los hogares, conveniados o públicos”, destaca.
Luego, advierte: “Incluso muchos de los que trabajan en la Justicia y son excelentes profesionales especializados, muy capacitados en niñez, terminan trabajando por ejemplo en el Poder Judicial porque les pagan mejor. Que no se invierta lo suficiente en infancias dice algo de nuestro país ¿no?”.
Gilda Podestá, quien codirige con Naveira la Fundación Juanito, coincide: “No se puede hablar exclusivamente de los montos de las becas, porque las acciones que se tienen que desplegar en el cuidado de un menor tienen que ver con muchas personas con mucha expertise y en un contexto institucional”.
Cambios de gestión y obstáculos
Tanto desde la Fundación Juanito como desde Una Posta en el Camino indican que los cambios de gestión y la reorganización de profesionales dificultan la articulación con programas municipales o nacionales, como con la buena comunicación entre las instituciones y el Estado.
“En la Ciudad se han dado cambios en el Consejo y en las Defensorías, donde trabaja gente muy valiosa. Muchas han tenido que renunciar por lo mal pagas. Además, aún esperamos tener una reunión con el nuevo director. Vemos que desde el Consejo no hay una decisión política de cubrir todas las necesidades que tienen los dispositivos de cuidado de los chicos”, indica Naveira quien también señala la falta de pago por parte de Nación del Programa de Acompañamiento para el Egreso, orientado a jóvenes sin cuidados parentales (PAE) de 18 años, que es una ayuda económica para los que al llegar a la mayoría de edad y deben egresar de los hogares.
Otra complicación es el acceso a la salud, explica. Muchos de los niños necesitan tratamientos odontológicos, de kinesiología e incluso fonoaudiología, algo clave para mejorar su capacidad de expresarse, de aprender a leer y escribir. Por otra parte, el acceso a algunos medicamentos también se les dificulta por lo costosos.
Al respecto, desde el Consejo de NNYA de CABA, explicaron que hay un sistema intersectorial de turnos protegidos.
Algo que también piden es que se mejore la variedad y calidad de los alimentos. Naveria, explica: “Nuestros chicos necesitan alimentos de calidad porque han pasado por situaciones de desnutrición. Imaginate, uno de ellos, las primeras semanas en las que llegó olía la comida antes de comerla. Algo que se hace cuando se busca en la basura. Si hay variedad, es mejor la alimentación que reciban. No hay que naturalizar las dificultades en el acceso a una buena alimentación y a la salud de estos chicos tan vulnerados”.
Cómo ayudar y más información
- Fundación Juanito: Amenábar 372, Colegiales, CABA; (011) 45 54 66 03; Whatsapp ; fundacionjuanitoosc@gmail.com. Desde su web, https://www.fundacionjuanito.org.ar/apoyanos
- Hogar Una Posta en el Camino: se pueden contactar por celular al 11-6165-2245 o por la cuenta de Instagram.
- Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes: es el organismo especializado en infancia que tiene como finalidad promover, proteger y garantizar los derechos de todas/os las/os niñas, niños y adolescentes. https://buenosaires.gob.ar/cdnnya
- Defensora de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes: desde su naturaleza de institución de derechos humanos pública, independiente, autónoma, autárquica y federal, vela y monitorea por el reconocimiento, respeto y restitución de los derechos de la niñez y adolescencia, sea por parte del Estado o de la sociedad en su conjunto. https://defensoraderechosnnya.gob.ar/somos/ladefe