El amor que sólo una familia puede dar
Voluntarias que no sólo van a los hogares de niños a brindar apoyo escolar y hacer actividades de recreación, sino que también abren las puertas de sus casas para que ellos puedan vivenciar lo que significa estar en familia
Estefi espera con ansias el fin de semana. No porque quiera dormir hasta más tarde ni porque quiera salir a la noche, sino porque sabe que el sábado a la mañana Andrea Meconi la acompañará a jugar al hockey y luego se la llevará a su casa hasta el domingo a la tarde. Estefi vive de lunes a viernes en el Hogar de Tránsito del Niño Jesús de Villa Adelina, pero los fines de semana Meconi, una voluntaria de la fundación, se la lleva a pasear. "El principal objetivo es mostrarle a Estefi algo tan elemental como lo que significa vivir en familia. La mayoría de los chicos que viven en hogares tiene una imagen muy distorsionada de ella, por eso es muy importante que vean y sean parte de un proyecto donde los lazos de amor y contención priman sobre la violencia y el abandono", contó Meconi.
Al igual que Meconi, Graciela Pardo y María Marta Willliams, voluntarias del Hogar Juanito y Manos Abiertas, respectivamente, también se proponen, con el calor que sólo una familia puede dar, acompañar los fines de semana a chicos que durante la semana viven en hogares de tránsito hasta que las autoridades decidan si vuelven con su familia de origen o son dados en adopción.
"Si bien en Manos Abiertas los chicos están bárbaros y muy contenidos, la idea de lo que significa vivir en familia no la tienen. Por eso, que los niños puedan venir a casa a pasar tiempo con mi marido y mis 5 hijos es una manera de que vean otra cosa y que puedan disfrutar lo que implica estar en familia, algo que durante la semana a ellos les falta", contó Williams, que es voluntaria del hogar hace más de tres años.
Familias de apoyo, referente o padrino o madrina son maneras de hacer lo mismo: acompañar –hasta que se resuelva su situación– y hacer que los niños que fueron separados de sus padres sientan lo menos posible la carencia de algo tan fundamental como es la familia.
"Para cualquier chico es lo más normal tener a alguien que vaya a las reuniones de padres, lo lleve a tenis o a lo de un amiguito, pero ésa no es la realidad de los chicos que viven acá, por eso la idea de la figura del referente es que los niños se sientan acompañados en todas esas áreas donde la familia suele ser un pilar fundamental", contó Mónica Basualdo, directora de Hogar Juanito, que alberga a 21 niños hasta los 21 años.
Si bien todas las voluntarias son conscientes de que ninguna de sus familias puede reemplazar a las de origen de los chicos que viven en los hogares, también saben lo importante y beneficioso que es que ellos conozcan y sean parte –aunque sea por unos pocos días a la semana– de una familia sana. "Los chicos se incorporaron totalmente a mi familia hasta el punto que se pelan con mis hijos por la computadora o por jugar a la Play, como pasa en cualquier casa, y creo que eso es la esencia de este proyecto: que sean parte de una familia", contó Williams. Por su parte, María Chimondegui, voluntaria de Manos Abiertas y quien además se encarga de las tareas directivas del hogar, contó: "Es muy frecuente que los chicos que viven en hogares tengan la imagen de una figura paterna ausente ya que, por lo general, fueron criados por madres solteras. Así en nuestra fundación intentamos hacer mucho hincapié en el rol de los maridos que acompañan a las voluntarias para que pasen tiempo con ellos y de esa forma poder trabajar en ese vínculo que los chicos tienen negado. Por eso creemos que es fundamental el aval de toda la familia y no sólo del voluntario a la hora de encarar esta tarea".
Un proyecto familiar
No sólo se necesita vocación, amor, tiempo y paciencia, sino que es indispensable, según dijeron las entrevistadas, contar con el apoyo de sus familias para poder llevar adelante el proyecto. "En mi casa les encanta pasar tiempo con Estefi, por ejemplo. Para las Fiestas ni me preguntan y ya saben que tienen que poner un plato más y lo viven con mucha alegría", contó Meconi. Por su parte, Williams también dijo lo involucrados que están sus hijos hasta el punto de que muchas veces son ellos los que la incitan a ir a buscar a los chicos al hogar: "Ma, quiero que este fin de semana venga fulanito o menganito, me dicen".
No todos los hogares tienen la misma dinámica. En el Hogar Juanito y en el Hogar de Tránsito del Niño Jesús intentan que se armen vínculos y que cada chico tenga una familia de referencia. "Creemos que es importante que los chicos tengan un referente y sea un especie de modelo a seguir", contó Basualdo. "Los chicos en el hogar, si bien están muy bien cuidados, siempre están en patota y creo que es fundamental para ellos tener su momento donde sean tratados de forma individual. Por eso la importancia de que se establezcan vínculos personalizados. Lo que se generó con la chica que yo sacaba a pasear fue una relación de madrina y ahijada, o hasta de mamá postiza te podría decir", contó Pardo. Por su parte, en la fundación Manos Abiertas prefieren evitar que se generen vínculos tan estrechos, por lo que se intenta que los chicos vayan rotando los fines de semana a las casas a las que van de paseo. "Por un lado creemos que es bueno que los chicos conozcan la variedad, pero principalmente lo hacemos para cuidarlos. Cuando ellos van a tu casa siempre tienen la ilusión, aunque uno lo charle y les explique, de que los adoptemos. Por eso nos parece lo más sano que vayan rotando para que sea más fácil el momento en el cual tenga que irse", explicó Chimondegui.
Poder decir adiós
"Amar a alguien que no te corresponde", así describió Pardo lo que ella hace en el Hogar Juanito. "Estos son hogares de tránsito y, como tal, sabemos que en algún momento los chicos se van a ir. Si bien uno conoce las reglas del juego y se alegra y festeja cada ida, no dejan de ser momentos duros", contó la voluntaria. Por su parte, Chimondegui confesó: "Aunque sabemos que nuestra tarea es la de acompañar y fortalecer a los chicos para que ellos lleguen de la manera más preparada al encuentro con sus padres, ya sean los adoptivos o los de origen, no te voy a negar que es un pequeño duelo para nosotros, pero es parte de esto".
Poder decir adiós y amar a alguien desinteresadamente, dejando que el niño que recibió todo de uno se vaya, es parte de lo que se propusieron hacer Meconi, Pardo y Williams. Pero a cambio, estas familias también reciben algo muy valioso y las voluntarias se animaron a decir que en la balanza terminan ganando más sus familias que los chicos a los que acompañan.
Los chicos que los fines de semana salen del hogar tienen la posibilidad de vivir unos días dentro de un entorno familiar: comparten una sobremesa, una salida en conjunto o un juego entre todos. Pero la familia que alberga a esos chicos también recibe mucho. "Todo esto deja una enseñanza insuperable en la familia. Es una manera de mostrarle a mis hijos lo esencial de la vida y uno aprende a valorar las cosas más simples como el goce de poder compartir. Yo creo que en definitiva ganamos más nosotros que ellos", contó Williams. Por su parte, Meconi también está convencida de que en este camino se gana mucho: "En mi familia generó una unidad y contención que de otra manera creo que hubiese sido difícil lograr".
Es así que no es sólo Estefi la que espera con ansias el fin de semana. Andrea Meconi y toda su familia también cuentan los días para que llegue el sábado y poder acompañar a Estefi a jugar al hockey y luego compartir un tiempo en familia con ella.
COMO COLABORAR
Manos Abiertas
http:/www.manosabiertas.org.ar
Hogar del Niño Jesús de Villa Adelina
http:/www.elhogar.org.ar
Fundación Juanito
http:/www.fundacionjuanito.org.ar
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