Donar pelo, una forma de ayudar a las mujeres con cáncer
"Te juro que si no fuera por esto, nunca me lo cortaría", afirma Rocío Bustamante, de 23 años. Es morocha y por primera vez donará parte de su pelo, que le cae pesado sobre su cadera, a una fundación que confecciona pelucas para pacientes oncológicas.
En una peluquería en el centro de San Isidro, su estilista le peina y plancha su cabellera, la separa en tres partes, mide con una regla los 30 cm y le sujeta cada mechón con una colita. Rocío respira hondo frente al espejo, su peluquero la mira, le dice: "Ahí voy", y le corta con una maquinita eléctrica cada atado. Después, guarda los mechones en una bolsa hermética y le hace ver a la joven el resultado final: "Me encanta sentir que estoy ayudando a quienes la está pasando mal", se entusiasma Rocío.
Silvina Aimé, de 49 años, le puede confirmar el bien que está haciendo. Tuvo cáncer de mama en 2016 y hace un año que terminó con el tratamiento. "A mí la peluca que me entregaron gratis me cambió la vida y la forma de afrontar la enfermedad", asegura.
La peluca que me entregaron gratis me cambió la vida y la forma de afrontar la enfermedad
Mejorar la autoestima de las mujeres que están atravesando una quimioterapia y fomentar su bienestar, es el objetivo de organizaciones como Pelucas Solidarias de Baradero y Pelucas Esperanza de Gualeguaychú. La primera ya lleva donadas más de 1100 pelucas elaboradas de forma artesanal, mientras que la segunda, que desde 2015 las hace en telares, entregó 33.000 en diez años.
Antes de contactarse con Pelucas Solidarias de Baradero, Silvina viajó desde Luján, donde vive, a Capital Federal y recorrió varios locales que confeccionan melenas de pelo sintético y natural. Pero el precio de las mismas (unos 15.000 pesos en enero de 2017), le impidieron decidirse por alguna. Verse al espejo sin pelo fue como un baldazo de agua helada.
Cuando finalmente supo que existía una fundación que hacía pelucas y las prestaba a pacientes oncológicos, "se mandó". "Les pasé una foto de mi documento y mi historia clínica y ellas me dijeron que me esperaban. Pensé que iban a tener tres pelucas locas pero cuando vi el galpón me sorprendí muchísimo, había tantas opciones", recuerda. Encontró una "lacia y morocha por los hombros", muy similar al pelo que antes tenía. "Me la probé y no me la quise sacar más. Al fin sentí que era yo de nuevo, sin ella hubiese estado recluida. No podía enfrentar el mundo sin mi peluca", cuenta.
Al fin sentí que era yo de nuevo
Ahora, ya con su pelo natural que cae sobre sus hombros, Silvina intenta ayudar a la ONG que tanto le dio: "Si necesitan toallas o algún material se los mando. Les estaré por siempre agradecida a ellas que todos los sábados se juntan a confeccionar pelucas y a la gente que se anima a donar su pelo", concluye.
Cadena solidaria
Donar pelo es muy sencillo. Lo único que se debe tener en cuenta es que debe estar limpio, atado, seco, y medir más de 15 cm. "Puede estar teñido, alisado, con rulos, con canas, con colores locos, todo suma", explica Jimena Ferrer Lozano, fundadora de Pelucas Solidarias de Baradero.
Cuando empezó esta organización en 2015 junto a una amiga que había tenido cáncer de mama, les llevó tres meses confeccionar una sola peluca. Ahora, con la ayuda de otras 12 mujeres que se juntan todos los sábados, las terminan en tan sólo una semana.
Las voluntarias de Baradero reciben donaciones por correo y de manera presencial. En Pelucas Esperanza de Gualeguaychú, también se manejan con la colaboración de mujeres como Martina Alvarado, de 48 años, que actúa como nexo de la fundación entrerriana y recolecta los mechones de donantes en Buenos Aires. Luego, los entrega a una compañera de trabajo, oriunda de Gualeguaychú, quien los traslada en auto hacia la organización. "Me manejo por el boca en boca, me hablan directo a mi celular y yo voy a donde están. Debo llevar ya 120 mechones entregados", detalla Martina.
La fundadora de Pelucas Esperanza, Evangelina García Blanco, concluye: "Nos llena de orgullo cambiar la tristeza de los pacientes por una peluca que les saca una sonrisa enorme".