El boom de las bicis. Cómo funciona el primer banco de bicicletas de América Latina
"Hola, buen día. Tengo una bici para donar. Es una playera, está en muy buen estado pero le falta el piñón y se le sale la cadena. Quería saber si les sirve. Soy de Gonnet, La Plata". Carolina mandó este mensaje al WhatsApp de Voy en bici, la ONG que promueve la movilidad sostenible y el transporte social.
Hacía unos meses que había visto en la redes una publicación y la idea de donar una bicicleta que ya no usaba le quedó dando vueltas. Enseguida recibió una respuesta, coordinaron para retirarla, y al día siguiente recibió un video de Diego, un chico de Soldati que trabaja en una rotisería, agradeciéndole porque ahora iba a poder entregar la comida más rápido.
Desde Los Ángeles, Mercedes se enteró de la iniciativa por el boca en boca y se comunicó enseguida para contarles que a Claudia, una mujer de 51 años que vive en una pensión en Colegiales, se le rompió la bicicleta y por la pandemia se le había vuelto un riesgo ir en trasporte público a sus dos trabajos. A la mañana, Claudia trabaja en una cadena de farmacias y a la tarde acompaña a Marcus, un artista plástico inglés con discapacidad, amigo de Mercedes, que vino a pasar el verano al país y no pudo regresar por la interrupción de los vuelos. Casi en paralelo con este mensaje, se comunicó con ellos Rosario, de Pilar, que se enteró del proyecto de donación de bicicletas por un chat de mujeres que cosen barbijos para hospitales. Enseguida pensó que una de las bicis que sus hijas ya no usaban podía ser útil y escribió a la ONG. Tres días después, Claudia recibió la sorpresa: una bici que le permite moverse más rápido y de forma segura para ir a trabajar.
Detrás de este proyecto solidario están Julio "Coco" Antuñano, un emprendedor social inquieto y con amplia experiencia; y Federico Ocampo, biólogo, apasionado por el ciclismo y dueño de una startup de biotecnología. Si bien cada uno por su lado venía trabajando en un proyecto similar, desde principios de año aunaron fuerzas para hacer escalar muy rápidamente esta ONG, que busca instalar el uso de la bicicleta como transporte en todo el país, pero también funciona como puente entre quienes tienen una bicicleta para donar y aquellos que más la necesitan. "Nuestra visión es que cada persona que decida usar la bicicleta para ir a estudiar o al trabajo tenga la posibilidad de hacerlo. Si hay una iniciativa que equipara a todas las clases sociales es moverse en bici. Todas las bicicletas te llevan al mismo lugar, pedalear unifica a todos", asegura Federico.
Desde que empezaron con la difusión ya recibieron más de 200 bicicletas. Por lo general vienen rotos los asientos, los frenos, los pedales, la cadena, les hace falta aceite o una mano de pintura. Con una foto previa constatan que es posible arreglarlas sin un gran costo, porque la idea es tener una circulación rápida, que lleguen lo antes posible a quienes las necesitan.
Coco se encarga de la logística con su propia camioneta, que ya le queda chica, y la ayuda de otros voluntarios; y Federico disfruta reparar él mismo algunas de las bicicletas que van llegando, tiene experiencia porque además de ser su hobby, trabajó en una granja con chicos en recuperación por adicciones en Pergamino enseñando a repararlas. Los dos no ven la hora de que sea tiempo de sacarse el barbijo para ver la sonrisa del que recibe la bici y del que la entrega. "Nos interesa mucho la transparencia, por eso conectamos las puntas: tu bicicleta llegó a tal persona que la va a usar para tal cosa. Esto motiva a la gente a viralizar la iniciativa", dice Coco.
En la actualidad, cuentan con dos depósitos, uno en Pilar y otro en Parque Avellaneda, pero sueñan con tener muchos más cerca de los distintos barrios vulnerables para que la gente pueda ir a buscar una bicicleta cuando la necesita para trabajar, estudiar o incluso para recreación. También quieren que estos espacios se conviertan en talleres para enseñar el oficio de arreglar bicicletas y para que los vecinos puedan ir allí a repararlas. Coco se inspiró en Róterdam para fundar el primer banco de bicicletas de América Latina y en un futuro se las imagina todas pintadas del mismo color para poder identificarlas como bicicletas sociales.
Un plan sustentable y sostenible
Como en muchas ciudades del mundo, acá también se celebra en septiembre la Semana de la Movilidad Sustentable para promover el transporte urbano sostenible e incentivar a las personas a caminar o usar la bicicleta. Durante esta semana, Voy en bici participó de Velo-City 2020, una comunidad de movilidad sustentable que es parte de la Federación Ciclista de Europa y brinda conferencias sobre ciclismo inteligente e inclusión. Una de las metas de la ONG, justamente, es que personas mayores o con discapacidad puedan transportarse o salir a pasear en bicicletas adaptadas, como las que fabrica Sebastián Brachetta, que fue distinguido como Emprendedor del Año en 2019, a través de su proyecto Lester Bikes.
Este año, la pandemia por Covid-19 profundizó la utilización de medios alternativos de transporte en las ciudades y las bicicletas se transformaron en una opción para muchísimas personas. Esta idea está en el germen de Voy en bici, por eso, también trabajan para promover políticas públicas, a través de convenios con municipios, como el que ya firmaron con el intendente de Tinogasta, o como el que hicieron a través de la Asociación Civil Padrinos de Alumnos y Escuelas Rurales (Apaer) para llevar 30 bicicletas a la Escuela albergue N.º 474 del Paraje El Tolar, en el norte del departamento de Belén, Catamarca, a 3200 metros sobre e nivel del mar para que los chicos y los maestros puedan acceder. Odisea que quedó trunca por la pandemia, pero que esperan lograr pronto. Como la mirada es sustentable pero también sostenible, tienen muy en claro que de nada sirve llevar decenas de bicicletas a Belén si se rompen y nadie las puede arreglar, por eso hacen hincapié en la transferencia del know how y en la necesidad de enseñar el oficio.
También buscan impulsar la conectividad del país, a través de la puesta en valor de las vías de tren abandonadas, que serían perfectas bicisendas para conectar localidades. Este proyecto trasciende la movilidad para ir al trabajo o la escuela y es una gran fuente de esparcimiento. "Las vías de tren son terrenos llanos, no se inundan, y no hay más que tirarles un pequeño empedrado para que se transformen en sendas de conexión para andar en bicicleta. Hay muchos países del mundo que lo implementaron, no hay que construir un camino nuevo, ya está hecho, no interfiere con autos ni camiones, y vas por lindos paisajes", propone Federico.
Cómo donar
Sacale una foto a tu bici y enviala junto con tu geoubicación por WhatsApp al +54 9 11 38970475. Por ahora, retiran en CABA y provincia de Buenos Aires, pero están buscando convenios con empresas de transporte para llevar las bicicletas a todo el país o replicar el modelo en todas las ciudades o localidades que lo deseen. Una persona de Voy en bici se contacta con vos para coordinar el retiro de la bicicleta. Una vez definidos el día y la hora, te comunican el número de DNI de la persona que la retira y la patente del vehículo. Cuando la bicicleta se entrega a quien la necesita, envían un video para agradecer a la persona que donó.
Qué necesitan
- Un utilitario o camioneta para buscar y entregar las bicis.
- Depósitos para ampliar el banco de bicicletas, reparar las unidades y dictar cursos en distintos puntos de CABA y Buenos Aires.
- Herramientas sencillas para arreglar las bicis y para los talleres: aceite, pintura, asientos, cascos, luces, pedales, etc.
Contacto Voy en bici: Tel.: +54 9 11 38970475; argentina@voyenbici.org; IG: @voy_en_bici_argentina