Fabrican duchas solares con material reciclado
MENDOZA.– Bañarse con agua caliente. Algo que parece tan simple y cotidiano, pero que para muchos es inaccesible. Una joven mendocina tuvo una idea: construir calefones solares con material reciclado y entregárselos a familias vulnerables. Armó el prototipo, lo puso a prueba y ya está en funcionamiento.
"Es una cuestión de dignidad", asegura Ana Giménez (22) en el Día de la Tierra. Ella es estudiante de abogacía de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y mentora del proyecto. "En el país hay un 40% de personas que no tienen acceso a la red de gas, con las dificultades que eso conlleva, sobre todo cuando se acerca la época invernal", explica.
Su iniciativa, "Ducha de Sol", le valió a fines de 2017 quedarse con el primer puesto del concurso Mentes Transformadoras.
A principios de este año, puso en marcha las primeras instalaciones en el asentamiento Piedras Blancas, en la comuna de Godoy Cruz, a 10 kilómetros de la ciudad de Mendoza. Es una zona de escasos recursos, donde habitan más de 50 familias, que viven de "changas" y empleos informales, sin posibilidad de acceder a un calefón. Las duchas solares ya están funcionando en cuatro casas y Ana espera avanzar con cinco hogares por mes.
Una idea sustentable
"Nos cambió la vida, los tiempos, un montón de cosas. Es una gran idea y muy práctica, que nos devolvió muchas sonrisas y, sobre todo, es una buena forma de hacerle frente al frío que acá es terrible, sobre todo para los chicos", cuenta Jésica González (33), la primera beneficiaria, mientras muestra feliz cómo quedó todo en funcionamiento. Ella vive con su marido y sus tres hijos en una vivienda precaria, en la que durante años tuvieron que luchar con un improvisado aparato a leña y el agua helada, calentando jarritos para poder bañarse.
El sistema que propone Duchas de Sol consiste en un calefón solar hecho con materiales reciclables, que generalmente se coloca en el techo de la vivienda para aprovechar al máximo los rayos solares. Está construido con dos tachos de pintura de 20 litros, nueve botellas plásticas de dos litros, caños de PVC, mangueras, polietileno negro y silicona para sellar los distintos elementos. En un día se llegan a calentar hasta 160 litros de agua, con una temperatura que puede alcanzar los 40 grados.
La creación de Ana contó con la ayuda de su papá, Ángel Giménez (54), comerciante y con tres años cursados en Ingeniería. "Fue muy importante su participación, ya que hizo que todo fuera práctico, seguro y fácil", explica.
Para poder realizar el proyecto, la joven convocó a voluntarios y los capacitó para que la ayudasen en la implementación, pero aclara que "también fue muy importante el apoyo de los propios pobladores a la hora de armar e instalar los calefones".
El primer paso fue la prueba del equipo en la casa de Jésica, en febrero pasado; la segunda instancia arrancó a fines de marzo y hace pocos días, otras familias ya comenzaron a disfrutar de los beneficios de este proyecto solidario.
"Me hacía mucha falta. Fue una experiencia muy linda, con algo tan útil y necesario. Lo mejor de todo es que dejaré de usarle el baño a mi mamá", expresa entre lágrimas y risas, Micaela López (24), quien vive con sus dos hijas de 5 y 2 años, y está embarazada.
El resto de los vecinos de Piedras Blancas se muestran expectantes y esperan que la ducha solar les llegue a todos los que la necesitan. Pero para que esto suceda, Giménez remarca que necesita más ayuda de particulares, dependencias oficiales o empresas, que le tiendan una mano para poder tener todos los elementos indispensables a la hora de montar los artefactos.
Hoy el proyecto cuenta con 60 voluntarios y esperan que más mendocinos se sumen a la cruzada. "Queremos que todos piensen lo mal que la pasan muchas personas cuando llega el frío y buscamos resolverlo antes del invierno. Una mínima ayuda les cambia la vida, por eso decidí sumarme a este proyecto", expresa Gabriel Grifol (22), estudiante de medicina.
En esta instancia también cuentan con el respaldo de la municipalidad local: "Nos pareció una muy buena idea y hacemos nuestro aporte", explica Leonardo Mastrángelo, director de Ambiente y Energía de Godoy Cruz.
Antes de crear el premiado sistema sustentable y de ahorro energético, la joven mendocina ya venía trabajando en el tema y había viajado a Europa donde presentó un taller sobre la importancia del reciclaje, ya que forma parte de un grupo de exalumnos del Colegio Compañía de María, que realiza congresos internacionales.
Una vez que cobre el dinero que entrega el premio y sume más voluntades, Ana Giménez espera desarrollar su idea en todos los rincones del país y "devolverle una sonrisa bajo la ducha a quienes esperan desde hace años tener un baño con agua caliente".
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