Desde el mito de las 24 horas a demoras con el Alerta Sofía: los errores que se cometieron en las búsquedas de otros niños como Loan
Expedientes mal confeccionados, hipótesis que se subestiman y lentitud en los procedimientos son fallas recurrentes en los casos de desapariciones más icónicos; en qué estado se encuentran las búsquedas de Sofía Herrera, Guadalupe Lucero, Ramona Mercado, Delia Polijo y Blanca Sola
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Seis detenidos, 30 mil hectáreas rastrilladas, cientos de efectivos desplegados, diferentes hipótesis dando vueltas y, sin embargo, el paradero de Loan Peña, el niño de 5 años desaparecido hace 11 días en la provincia de Corrientes es un enigma con el peor de los pronósticos. El propio gobernador de la provincia, Eduardo Valdés, dijo hoy en conferencia de prensa que es altamente probable que el chico ya no esté en la provincia y que es posible que estemos ante un caso de trata.
Más allá de cualquier especulación y mientras la Justicia trabaja para encontrar a Loan con vida y determinar qué ocurrió, algunos cuestionamientos que suma la investigación en esta semana y media tiene puntos de contacto con otros casos emblemáticos de chicos y chicas que llevan varios años y hasta décadas desaparecidos: Sofía Herrera, la niña que desapareció en Tierra del Fuego cuando tenía 3 años; Guadalupe Lucero (5) en San Luis, Ramona Mercado (13) en La Rioja, Delia Gerónimo Polijo (14) en Córdoba; Blanca Susana Sola (14) en Entre Ríos.
“No hay ningún indicio para pensar que no está viva”
El caso de Sofía Herrera, la niña de 3 años desaparecida el 28 de septiembre de 2008 en un camping en Tierra del Fuego, es tal vez el más icónico. De hecho, a ella debe su nombre Alerta Sofía, el sistema de alerta rápida que comenzó a implementarse en 2019 y que se activa en casos de desapariciones de chicos, cuando la Justicia determina que la viralización de su imagen puede contribuir a su resolución.
María Elena Delgado, la mamá de Sofía, está convencida de que, si hubiese existido esa herramienta hace 15 años, cuando desapareció su hija, quizás otro hubiera sido el desenlace. “Creemos sinceramente que, de haber contado en su momento con una herramienta como el Alerta que se crea a través de este protocolo, la historia podría haber sido distinta y años de sufrimiento, quizá, se podrían haber evitado”, puede leerse en el sitio www.argentina.gob.ar con respecto a la vinculación del Alerta Sofía con la historia de la desaparición.
Una de las últimas veces que María Elena habló con LA NACION fue muy contundente respecto al avance de la investigación. Hubo muchas hipótesis: desde que Sofía se cayó a un arroyo hasta que sufrió un accidente en la ruta 3. Pero todo fue descartado a partir de rastrillajes y pericias. También llegaron a incriminarlos a ellos: “Dijeron que la vendimos, que no era nuestra hija, que mi marido estaba endeudado y la entregó en parte de pago”, se lamentó en aquel momento María Elena y dijo: “Yo creo que alguien se la llevó. Porque nunca se encontró ropa ni rastros. Creo que está en otra provincia, en otro país. No hay ningún indicio para pensar que no está viva. Por eso sigo yendo de un lado a otro para mostrar su carita”, dice. Actualmente, está a la espera de una nueva actualización del rostro de su hija.
Para Delgado es clave la celeridad en activar el Alerta Sofía cuando un niño, niña o adolescente desaparece. “Siempre es lo mismo. No aprenden. Actúan muy tarde”, dijo la mujer, ante una consulta radial, con respecto a que la activación del sistema sucediera 24 horas después de la desaparición de Loan.
“Dar con Loan puede ayudarnos a encontrar a Guada”
El alerta con Loan se activó, justamente, cuando se cumplían tres años desde que Guadalupe Lucero, falta de su hogar. La niña tenía 5 años cuando desapareció de la puerta de la casa de su tía, en San Luis, mientras jugaba a la escondida con otros chicos, durante el entretiempo de un partido de la Selección Argentina. Al día de hoy, el paradero de la niña sigue siendo un interrogante para toda su familia.
Para Silvia Domínguez, la abuela de la niña, seguir el minuto a minuto de la desaparición de Loan es reconectar con la desaparición de su nieta. “Hay muchas similitudes en los casos: testimonios falsos, pruebas implantadas, la cercanía de una ruta”, enumera Silvia, quien está convencida de que a su nieta también la secuestró una red de trata. “Seguimos con esperanza este nuevo caso. Las redes de trata trabajan a nivel nacional. Así que esperamos que dar con Loan permita dar con Guada y con tantos otros chicos más”, agrega la mujer.
Cuando evoca aquel día, Silvia asegura que no habían pasado ni cinco minutos entre que Guadalupe se había quedado jugando en la vereda hasta que desapareció. “Hoy, mirando en retrospectiva, recuerdo que enseguida la calle se llenó de gente, gritando su nombre. En ese momento me parecía lo mejor, porque cuanta más gente fuera llamándola, más posibilidades habían de que oyera el llamado. Hoy pienso que la Policía debería haber vallado la zona. Era demasiada gente caminando”, reconoce.
Domínguez coincide con María Elena Delgado en que el Alerta Sofía debería lanzarse inmediatamente después de que se denuncia la desaparición de un niño o niña. “Te dicen que hay que esperar, que seguro fue una travesura y se pierde un tiempo valiosísimo”, analiza. Y recuerda que, en el caso de su nieta, el alerta se activó a las 96 horas.
“En el caso de Guada, pasaron seis meses hasta que se le dio intervención a la Justicia Federal. Ahí también se perdió mucho tiempo, porque la policía de San Luis no estaba capacitada para un caso así”, se lamenta, Silvia, quien agrega que, por el momento, no hay detenciones por la desaparición de la niña.
En la Argentina, nadie sabe cuántas personas desaparecidas hay en el país, entre otras razones, porque las tareas de búsqueda de personas carecen de eficiencia y recursos, tal como reveló una investigación de LA NACION. Tampoco se conoce cuántos niños, niñas y adolescentes perdieron contacto con sus familias, ya sea porque están desaparecidos o porque fueron encontrados y nunca se pudo dar con su familias. A partir de un pedido de acceso a la información hecho y analizado por LA NACION Data en abril de 2023, de las 21.894 búsquedas vigentes a ese momento, más de la mitad (11.493) buscaban niñas, niños o adolescentes.
La página web de Missing Children Argentina tiene, actualmente, el reporte de 112 niños desaparecidos en las últimas tres décadas en el país, de los cuales al menos 74 siguen siendo menores, mientras que el resto, por el tiempo transcurrido, ya superan la mayoría de edad. “Recibimos un promedio diario de cuatro o cinco denuncias (unas 1460 por año). Esas denuncias corresponden las gran mayoría al Gran Buenos Aires. En su mayoría son adolescentes, mujeres, de 12 a 13 años”, explicó Ana Rosa Llobet, presidenta de la ONG, en declaraciones tanto a medios escritos como en señales televisivas.
“En la desaparición Delia, se repiten los mismos errores”
Entre esos casos está el de Delia Gerónimo Polijo. El 18 de septiembre de 2018, la adolescente de 14 años, se convirtió en la cuarta desaparecida en el departamento de San Javier, en Córdoba. Había salido antes de la escuela y emprendió sola el trayecto que siempre solía hacer acompañada por alguno de sus padres o por su hermano. Pero su rastro se perdió camino a casa.
Cuando su hermano llegó a buscarla al horario tradicional de salida, se enteró de que su hermana había salido antes. El derrotero familiar en la búsqueda de su hija no fue fácil: Modesta y Mario hablaban una lengua indígena y no entendía lo que les decía la policía local.
“En la desaparición de Delia se repiten los mismos errores de los otros casos: expedientes mal confeccionados y el recambio permanente del personal policial. Ante cada nuevo comisario, toca contar otra vez la historia”, denuncia Roxana Bonafont, vecina y amiga de la familia.
En la comisaría les dijeron que volvieran al día siguiente
Mirar cualquier historial de casos de desapariciones es mirar, también, fallas que se repiten y mitos que continúan vigentes hasta la fecha. Por ejemplo, todavía permanece la idea de que hay que esperar 24 horas para denunciar una desaparición cuando, en realidad, ese trámite puede hacerse de inmediato.
En La Rioja, cuando el 26 de abril de 2005, los padres de Ramona Mercado fueron a denunciar que un auto se había llevado a su hija, en la comisaría les dijeron que volvieran al día siguiente. No importó que contaran que su hija les había dicho que, semanas antes, un auto con vidrios polarizados había estado sacándoles fotos a la salida de la escuela.
La fiscal Virginia Miguel Carmona lleva la causa desde 2017 y reconoció ante LA NACION que, al hacerse cargo de la investigación, se encontró con un expediente que había tenido un recorrido errático, con actuaciones cruciales que se habían ordenado a destiempo y otras que, simplemente, no se habían ordenado.
Aunque evita hablar mal de sus colegas, Miguel Carmona sostiene que, durante los primeros 12 años de investigación, los investigadores desperdiciaron oportunidades valiosas. “En algún momento, por ejemplo, se realizó un allanamiento en un prostíbulo de Córdoba en el que se secuestraron diferentes objetos. Tiempo después, esos objetos fueron devueltos a sus dueños sin haber sido peritados”, describe con tono de incredulidad. Por eso, a pesar del tiempo transcurrido, 12 años más tarde, había mucho por investigar.
Una búsqueda que lleva más de tres décadas
Algo similar ocurre con la causa de Blanca Susana Sola, quien tenía 14 años cuando desapareció el 17 de marzo de 1990 en Gualeguaychú, Entre Ríos. Aquel día, había ido a lo de su hermana mayor para quedarse a cuidar a sus sobrinos. La casa quedaba a pocas cuadras de la suya. Cuando Susana emprendió el camino de regreso, una vecina la saludó. Pero nunca llegó a destino.
Como los padres pensaban que Susana se había quedado a dormir en lo de su hermana mayor, recién repararon en la desaparición de su hija a la mañana siguiente. Cuando fueron a hacer la denuncia por su desaparición, la respuesta que recibieron de la policía dejó demasiado que desear. “Lo tomaban como una fuga de hogar, eso nos decían. Entonces no la buscaron demasiado. Hubo gente que la conocía y a la que nunca le preguntaron por mi hermana”, recuerda Juan, su hermano.
Después de estar inactiva durante décadas, la causa se reactivó en 2019, cuando Ignacio Telenta se hizo cargo del juzgado que lleva el expediente. Para sorpresa suya y de la familia Sola, cuando el juez pidió ver el expediente, descubrió que lo habían desechado por error.
“No era una causa compleja. Pero el Estado entrerriano desatendió la búsqueda y hoy estamos remando muy de atrás”, reconoce el magistrado en diálogo telefónico con LA NACION. Esa desatención hace que hoy, 33 años más tarde, el expediente no esté agotado. De hecho, la Justicia está evaluando posibles pistas por primera vez, con un vigor nunca antes visto por los Sola. “Si en aquel momento se hubiera hecho la mitad de lo que viene haciendo el juez Telenta, seguro que la encontraban o hubiéramos sabido que pasó”, reconoce Juan.
Las razones más comunes detrás de las desapariciones de niños, niñas y adolescentes, señaladas por los especialistas, son variadas: desde accidentes, pasando por violencia intrafamiliar, conflictos con los adultos responsables (en caso de adolescentes) hasta el secuestro parental, el abuso, el tráfico y la explotación sexual.
A dónde llamar si tenés un dato sobre cualquier cualquiera de estos niños y adolescentes:
- Podés escribirle al Ministerio de Seguridad haciendo click en este link o llamando a la línea 134.
- Podés llamar al 911.
- Podés comunicarte con la organización Missing Children al 0800 333 5500
Más información
- Si querés saber qué es lo que hay que hacer durante las primeras horas de desaparición de una persona, podés entrar a esta guía de LA NACION con toda la información necesaria sobre cómo proceder.
- La investigación especial “Qué les pasó a las 5000 mujeres perdidas que el Estado no sabe cómo buscar”, hecha por LA NACION en marzo pasado, visibiliza las ineficiencias de policías, fiscales y jueces para buscar a las mujeres desaparecidas.