Del príncipe William a Paulina Cocina y Ronaldo: el problema de salud mental sobre el que los famosos hablan cada vez más
En el último tiempo, personalidades de la música, el deporte, la realeza o el espectáculo compartieron sus experiencias vinculadas a la depresión; en todos los casos afirman que haber pedido ayuda y accedido a un tratamiento fue clave para su recuperación
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En los últimos años, la depresión y otros problemas de salud mental, como los ataques de pánico, dejaron de ser un tema tabú y ganaron lugar en los medios de comunicación.
De hecho, personalidades de distintos ámbitos, que parecería que tienen poco (o nada) en común, como el príncipe William de Inglaterra, el periodista Mario Pergolini o la influencer Paulina Cocina, compartieron sus experiencias en torno a la depresión y a cómo el haber buscado ayuda profesional fue clave para sus procesos de recuperación.
Ellos no fueron los únicos. “Pasé momentos muy feos, muy duros, que nunca quise contar. Tuve cáncer, depresión y ataques de pánico. La pasé horrible. Por eso hoy estoy tan contento de estar bien”, dijo el periodista Matías Martin el año pasado, cuando cumplió 51, en su programa de radio.
“Te encuentras mal y no sabes por qué. Te hacen pruebas y todo está bien, pero tú no te encuentras bien”, detalló un tiempo antes el futbolista español Andrés Iniesta durante una entrevista. “Llevo dos años haciendo terapia y entendí mucho mejor lo que venía sintiendo”, sumó en otra declaración reciente el brasileño Ronaldo, quien afirmó que hasta hace no mucho no existía “ningún tipo de preocupación respecto a la salud mental de los jugadores”.
Según los especialistas, la depresión es una problemática de salud mental con una altísima prevalencia. Si tomamos un grupo de 100 personas, es probable que 4 estén atravesando este padecimiento. Cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, algo así como el 4% de la población, y es la principal causa de discapacidad.
En ese contexto, que figuras reconocidas hablen de este tema tiene para los especialistas una importancia enorme. “Ayuda a derribar algo que vemos a diario: el estigma, el rótulo y la carga enorme que hay en torno a la depresión, y que termina alejando a las personas de la consulta médica e influyendo de forma negativa en la no adherencia a los tratamientos, que es uno de los grandes problemas que tenemos en salud mental y afecta a un 50% de los pacientes”, sostiene Manuel Vilapriño, presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA).
Los tratamientos para la depresión suelen ser prolongados y es fundamental que se respeten cada una de sus etapas. De los contrario, dice Vilapriño, “la posibilidad de recurrencia y resistencia del cuadro, será mayor”.
En otras palabras, pedir ayuda a profesionales especializados es indispensable para que haya una detección temprana y un diagnóstico certero: “Esta enfermedad es arrasadora sino la tratas adecuadamente”, advierte el presidente de APSA.
“Mucha gente evita ir al psiquiatra”
Una de las principales barreras en torno a la salud mental se vincula, para los especialistas, en el estigma que, aunque cada vez menos, sigue existiendo. Esa es la causa por la cual muchas personas evitan hacer una consulta con un psiquiatra.
Para Vilapriño, un dato a tener en cuenta es que aproximadamente el 80% de los psicofármacos en la Argentina no son prescritos por psiquiatras. “Eso demuestra que la gente elige otras vías antes de consultar a estos profesionales, por ejemplo, recurriendo a los médicos generalistas”, explica. “Es preocupante que la gente reciba este tipo de medicación por profesionales que no son especialistas, porque lo que más se prescriben son los ansiolíticos, que pueden generar acostumbramiento y no son específicos para algunas patologías”.
Por su parte, Guillermo Thomas, jefe de sección de Psicología Clínica de Salud Mental Pediátrica del Hospital Italiano, subraya que el gran riesgo que tienen los cuadros depresivos es “el padecimiento y las ideas de suicidio, que no son infrecuentes que aparezcan”, lo que hace que recurrir a profesionales especializados en la atención de la salud mental sea indispensable.
"“Lo único que quería era estar era apagado. Terminé con un psiquiatra muy bueno y la pude sacar adelante”."
Mario Pergolini, periodista
Derribar mitos
La depresión no distingue por edades o estratos socioeconómicos. “Nadie está exento. En Argentina, aproximadamente el 20% de las personas desarrollan un cuadro depresivo, según datos de la UBA y el Conicet. La prevalencia es enorme”, asegura Vilapriño.
Sin embargo, siguen existiendo varios mitos que aún es necesario derribar. En ese sentido, Thomas señala: “Lo peor que le podés decir a una persona que está deprimida es ‘dale, ¡vos podés!’, ‘ponéte las pilas: salí a caminar’, porque es alguien que está mal y que no tiene mucha fuerza. Si vos le decís ‘tenes todo, fijate lo que lograste, no puedo creer que estés así’, lo que estás haciendo es objetarle los motivos para estar mal y lo estás llenando de culpa, como si él o ella hubiera elegido deprimirse”.
"“Estuve triste mucho tiempo. La gente te dice ‘ponete contenta’, ‘no pasa nada’, ‘tu vida está buena’. Yo salí haciendo un tratamiento”."
Paulina Cocina
Más allá de la depresión, los trastornos de la ansiedad (que incluyen, por ejemplo, a los ataques de pánico) también son sumamente frecuentes. “Tienen una prevalencia del 40% y requieren de un abordaje específico. A veces pueden ser comorbidos con la depresión, o la depresión puede tener síntomas de ansiedad sin que la persona tenga un trastorno de ansiedad de base”, dice Vilapriño.
Uno de los que habló sobre este tema fue el cantante argentino Rusherking. En una entrevista en el programa La Peña de Morfi, ahondó en el impacto que tuvo en él la notoriedad que tomó a partir de su noviazgo con la China Suárez, y contó: “Empecé primero con los ataques de ansiedad y después con ataques de pánico. Pensé que me iba a morir. Estaba durmiendo en mi casa, me faltaba el aire y me tuve que levantar para que me llevaran al hospital. Me revisaron y no tenía nada. Era todo mental”.
En estos casos, el presidente de APSA explica que quienes tienen trastornos de ansiedad, “en vez de tener una ansiedad adaptativa y funcional, tienen una desadaptativa y disfuncional”, que afecta distintos aspectos de la vida cotidiana.
“Mientras más rápido se aborde, mejor”
Ignacio Brusco, decano de la Facultad de Medicina de la UBA y director del Departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas, asegura que “el 95% de las depresiones revierten en un 100% con un tratamiento correcto. Cuanto más joven es la persona, más rápido es y mejor el pronóstico”
Teniendo en cuenta que la depresión suele empezar (aunque no en todos los casos) durante la adolescencia, los especialistas agregan que es fundamental recurrir a un profesional ante la aparición de los primeros síntomas para que “no haya una confusión diagnóstica” con otras situaciones que pueden considerarse “típicas de la adolescencia”.
“Cuando las chicas y los chicos empiezan a perder energía vital, a tener problemas para dormir o a dormir de más, o lo mismo con la comida, así como a tener ideas negativas o aislarse, es importante que consulten con un profesional”, aconseja Thomas.
En este trastorno, intervienen tanto factores genéticos como psicosocioambientales. “Tener familiares con depresión aumenta mucho el riesgo de desarrollarla. Al mismo tiempo que hay personas vulnerables por haber padecido traumas vitales importantes”, detalla Brusco. También están quienes no atravesaron ningún trauma vital pero desencadenan una depresión por una cuestión biológica en algún momento de la vida, que puede relacionarse con la edad, cambios hormonales o medicamentos, por ejemplo.
El tratamiento será específico en función de las características del caso y, según Vilapriño, se requiere de un abordaje farmacológico (en el caso de las patologías moderada y severas), psicoterapéutico, psicoeducativo (tanto del paciente como de su familia) y rehabilitativo (lo que puede incluir, por ejemplo, la asistencia a un centro de día o un acompañante terapéutico durante un tiempo).
“A eso le llamamos ‘diseño del tratamiento’ y es muy importante, porque sino parece que el psiquiatra es un mero prescriptor de fármacos y eso está muy alejado de la realidad”, asegura. Por último, subraya que el rol de la familia o los vínculos afectivos, es crucial en la recuperación. “Ayuda a la adherencia al tratamiento, a disminuir las recaídas y mejorar el pronóstico”, concluye el psiquiatra.