“Solo pienso en suicidarme”: los desesperados pedidos de ayuda que recibe un exadicto al juego que alerta sobre las apuestas
Leonardo Lorenzo creó una cuenta en Instagram para ayudarse y orientar a otros a abandonar sus compulsiones; desde hace 232 días que sube un video por día; “Los casinos virtuales son lo peor”, asegura
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“Esta es la última vez que juego”, cuenta Leonardo Lorenzo que pensó el 2 de mayo, mientras festejaba sus 28 años jugando al póker con amigos. No era un cumpleaños más. Se cumplían también 10 años de perder demasiadas cosas producto de su compulsión por las apuestas.
“Es algo que te consume, te consume la vida. No tenés ganas de vivir, de salir de tu pieza, de comer. En lo único que pensás es en la plata, en el juego. Y llega un punto en que empezás a endeudarte, a pedir préstamos, a vender cosas”, reflexionaba pocos días después en un video, el primero de su cuenta de Instagram “Un día a la vez”, un espacio que creó para ayudarse y ayudar a otros a dejar atrás la adicción por las apuestas.
Todos los días, desde entonces, Leo sella la victoria de cada jornada cumplida sin apostar con un video en el que habla a quien lo quiera oír sobre el infierno del que salió. Su objetivo inicial era llegar a los 100 días, pero el 31 de diciembre ya sumó 232 días “limpio”. Y la cuenta sigue.
“Así como hay influencers que buscan que caigas en esta pandemia silenciosa que es el mundo del juego, lo mío busca combatir esa movida. Todos te cuentan lo que se gana pero no lo que se pierde”, le dice a LA NACION después de un día de trabajo en “La parri de Leo”, el emprendimiento gastronómico que atiende junto a sus hermanos en su barrio, la localidad bonaerense de Isidro Casanova, partido de La Matanza.
Basta mirar los comentarios que reciben sus videos para ver el impacto que tienen en su comunidad de casi 8800 seguidores. “Hola amigo, ¿cómo estás? Pasaba a contarte que hoy llegué al día 12″, “Yo dejé el juego hace seis meses aproximadamente. Actualmente estoy dejando la droga. Ver tus videos todos los días me recuerda que se puede y me alienta a seguir” o “Solo por hoy, inspirador escucharte” son algunos de los mensajes que reciben sus posteos.
"Tengo 28 y llevo más de cuatro años apostando. Me endeudé demasiado. Ya no sé qué hacer. Solo pienso en suicidarme para acabar con esto. Ayudame por favor"
Mensaje de Instagram
“También recibo muchos pedidos de ayuda. A veces de las propias personas afectadas. A veces de sus familiares”, cuenta. En algún momento del día, Leo se toma el tiempo de responder cada uno de esos mensajes porque sabe lo duro que es estar del otro lado. “El juego te saca hasta las ganas de vivir. Te sentís un parásito, alguien sin rumbo”, reconoce.
Cumplir 18 jugando al bingo
La década perdida de Leo empezó con el bingo. “A los 17 había querido entrar a una sala de bingo y no me habían dejado porque era menor. Ahí me picó el bichito de la curiosidad”, dice. Una de las primeras cosas que hizo después de soplar las 18 velitas fue jugar unos cartones. “Al poco tiempo entré a un casino y me atrapó la ruleta”, agrega. “A los cuatro o cinco meses ya estaba completamente enviciado”, recuerda.
De aquellos tiempos recuerda que acababa de terminar el secundario. “Había sido buen alumno, pero no tenía un sueño, una meta. Intenté dar el ingreso al profesorado de Educación Física pero desistí pronto y empecé a trabajar”, relata. En paralelo, crecía secretamente su compulsión por el juego.
“Cuando tenés una adicción, rápidamente te rodeás de amigos adictos, que están en la misma que vos y con los que es fácil encontrar una excusa para ir a jugar un martes o un jueves por la tarde”, recuerda. Pero con la compulsión al juego, llegaron también las deudas. “Mi primer auto lo vendí en cuotas. Y cada cuota que cobraba, me la jugué. Lo mismo con cada moto que tuve y que vendí para financiar mi juego”, recuerda.
"Te sigo hace poco. Tengo un tema de adicción y me hacés pensar. Aún no la pude dejar, pero empecé por la conciencia. Gracias"
Mensaje de Instagram
Y cuando no le quedaron cosas para vender, empezaron las deudas. “Como el papá de un amigo era prestamista, conseguía la plata fácil. Vivía endeudado”, reconoce. Pero lo que más lamenta haber perdido fueron vínculos y momentos con su gente querida. “Me perdía cumpleaños, momentos importantes por ir a jugar. Vivía de mal humor por haber perdido. Me la pasaba mintiendo. Perdí amigos. También, vínculos de pareja por haberme convertido en una persona muy tóxica”, dice.
Desde que empezó a subir videos, no hay un día en que Leo no reciba algún pedido desesperado. “Estoy jugando a la ruleta. Borro mensajes, números, todo para no volver a jugar y no puedo, sigo jugando. ¿Algún consejo?”, “Hola, ayudame un poco. Debo 300 lucas, no puedo dejar de jugar”, “¿Qué puedo hacer? Mi marido está intentando dejar de apostar pero no puede” son algunos de ellos.
“Los sitios virtuales de apuestas son lo peor”
“Lamentablemente no se habla lo suficiente de la adicción al juego. Y lo peor de todo es que a diferencia del alcohol o las drogas, no deja marcas visibles. Y ahora que tenés todo al alcance de tu mano, con casinos y casas de apuestas en el celular, ni siquiera tenés que ir a un lugar a apostar”, reconoce con la seguridad de quien sabe lo que dice porque lo padeció.
“Los sitios virtuales de apuestas son lo peor para todo el mundo, pero más para quien ya viene teniendo problemas”, dice. En su caso, los casinos virtuales ilegales profundizaron su compulsión por apostar. “Si me quedaba sin plata, me endeudaba y seguía jugando”, recuerda.
En uno de esos loops interminables sintió que tocaba fondo y empezó terapia. “Estuve seis meses limpio y empecé mi emprendimiento pero tuve una recaída a fines de 2023. Gané dos millones de pesos y no solo los perdí en un par de días sino que quedé endeudado”, se sincera. Gracias a la ayuda de su mamá pudo salir adelante y decidió cambiar su vida.
"Gracias por tus videos. Llevo cinco días sin jugar. Cuando cumpla los 100 voy a brindar por vos. Cuesta un montón pero lo voy a lograr"
Mensaje de Instagram
Desde que no juega, Leo asegura haber ganado en todos los sentidos de la palabra. “Mi emprendimiento creció pero, sobre todo, me siento mejor persona. Me quiero, me respeto, me valoro. Disfruto de las cosas simples como sentarme a tomar mate con mi mamá”, dice.
Hace algunos días, durante la cena familiar de Navidad, Leo hizo un balance de todo lo que le había pasado a lo largo del año que acaba de terminar. Después de arrancarlo con una recaída, cerró un 2024 luminoso y de mucho crecimiento. “A los que están en donde estuve yo, solo puedo decirles que hablen y pidan ayuda. Me llevó muchos años, años en los que viví mal, endeudado, sintiendo que mi vida no tenía sentido, entender que hay una salida. Hoy sé que el camino es por acá”, concluye.
Más información
- Si querés saber más sobre la problemática de los apuestas online y conocer cuáles son los principales espacios de ayuda y contención ante esta problemática, podés leer la guía de LA NACION con las respuestas a las preguntas que más resuenan.