De la lucha social a la presidencia de la nación
El primero, cuando accedió a la presidencia en 2003, fue el único presidente surgido de la clase trabajadora brasileña. En 2005, el segundo, se convirtió en el primer indígena en ocupar la presidencia de Bolivia. Y el tercero, en 2008, fue elegido jefe de Estado y se consagró como el primer presidente negro en la historia de Estados Unidos.
Luiz Inácio Lula da Silva, Evo Morales y Barack Obama, además de tener en común que alcanzaron la presidencia de sus países, también comparten un pasado de lucha social por los derechos de los trabajadores y de las minorías, que se inició mucho tiempo antes de tener el poder de decidir sobre el destino de Brasil, Bolivia o Estados Unidos, respectivamente.
Cada uno desde su propio frente de batalla, Lula como sindicalista, Evo como líder del movimiento cocalero y Obama como trabajador comunitario y abogado de derechos civiles supieron primero trabajar por sus pares y luego trasladaron esa tarea cotidiana a un plano mayor.
Los tres nacieron en contextos donde tuvieron que superar situaciones adversas y dedicaron parte de su vida a trabajar para mejorar las condiciones de sus comunidades: Lula, desde su lugar de presidente del sindicato de Trabajadores Metalúrgicos, peleó para incrementar los salarios y mejorar las condiciones de trabajo de sus compañeros.
En Bolivia, Morales se consagró como líder de los trabajadores cocaleros, reivindicó con su lucha esa actividad y se convirtió en la voz de los sectores más olvidados, que se hicieron visibles y comenzaron a pedir un cambio radical para su país.
Obama, después de recibirse de abogado, prefirió trabajar en los barrios con más carencias del sur de Chicago, en donde recibió "la mejor educación de su vida". El presidente estadounidense siempre dice que el haber estado en contacto con la lucha de los otros fue lo que lo hizo querer batallar por el cambio en general.
Populares y consagrados en sus respectivos contextos, los tres comenzaron a despuntar como líderes políticos y dieron el salto hacia esa nueva arena: Lula y Evo primero como diputados y Obama como senador.
Esa lucha que había comenzado por los derechos de unos pocos se convirtió en un afán por intentar mejorar el bienestar de gran parte de la población. Y los millones de votos que los llevaron a la presidencia terminaron por avalar un nuevo estilo de liderazgo, más cercano a la gente que a la alta política.