De carreros a recicladores: la cooperativa cordobesa que transformó un barrio
En el Día Mundial del Reciclaje, el trabajo de una cooperativa que logró mejorar la vida de 50 familias y ahora recibe asesoramiento de la Universidad Nacional de Córdoba para seguir creciendo
- 7 minutos de lectura'
CÓRDOBA.- Teresa Tissera tiene 66 años, 16 hijos de entre 22 y 49 años y toda una vida –desde los 15– arriba de un carro. Hace poco, lo cambió por una camioneta pero sigue recorriendo calles buscando basura para reciclar. Para todos, Teresa es “Pity”, la referente territorial del asentamiento La Favela, de Villa Urquiza, un barrio en el noroeste de la ciudad de Córdoba. Además, es la presidenta de “La Victoria”, la cooperativa de recicladores donde trabajan 50 personas (la mitad, mujeres) con una certeza: sus vidas mejoraron desde que se organizaron y lograron convertir “la changa” en una fuente de trabajo.
La historia de “La Victoria” comenzó –cuenta Tissera a LA NACION– cuando integraba una mesa de carreros en las que buscaban una solución a las “persecuciones” que sufrían por una organización de defensa de los derechos de los animales. En esa misma época, 2013, la Municipalidad de Córdoba extendía un tramo de la Avenida Costanera e iba a pasar por el barrio. “No teníamos respaldo jurídico para nuestros reclamos y nos empezamos a formalizar, armamos la cooperativa”, describe.
No solo lograron quedarse en el lugar, sino que el Gobierno les levantó módulos habitacionales; hoy cuentan con el derecho posesorio. Reemplazaron las casas sin baños, hechas de madera, por unas de material, con núcleo húmedo (un módulo que resuelve baño, cocina y lavadero). Con el respaldo de la Provincia y de la Municipalidad, entre 2017 y 2018, obtuvieron los servicios de luz y de agua potable. También empezaron a organizarse como recicladores y a transformar el basural en un centro de acopio de residuos.
Actualmente, “La Victoria” junta alrededor de 20 toneladas mensuales de papel y cartón; entre todas las cooperativas cordobesas ese volumen trepa a las 350 toneladas. Diego Villarreal, secretario de la cooperativa, la define como “todavía chica, pero con una lógica de funcionamiento que la distingue”. La referencia es que no hace la recolección de a pie sino con camionetas. “Viejas”, aclara.
Está orgulloso, como sus compañeros, de haber logrado –con otras entidades– instalar en la agenda pública algunas de las “disputas históricas” de estos asentamientos: que se hiciera un registro de basurales a cielo abierto, que se reconozca a las cooperativas como recolectores de residuos y que se inscriba a los grandes generadores. “Entramos en un estatuto de reconocimiento –dice Villarreal–. No solo se nos reconoce sino que se nos cuida”. Están trabajando para replicar la experiencia en la federación que reúne a 24 cooperativas en toda la provincia (nueve son de la ciudad de Córdoba).
Los basurales a cielo abierto representan un problema ambiental en la Argentina en general y en Córdoba en particular porque son varias las administraciones municipales que no le encontraron una solución. En la ciudad de Córdoba son 200 los que existen; el año pasado, se retiraron de macro y microbasurales y canales pluviales 141.068 toneladas de residuos, escombros y restos de poda. Por ejemplo, según datos oficiales, se requirieron 17.580 viajes de los camiones al predio de enterramiento para depositar lo acumulado.
“La Victoria” acaba de firmar un convenio con el municipio y se hizo cargo de un Centro de Transferencia de Residuos (CRT) que reemplaza a los basurales a cierto abierto; la tarea será en cogestión con la administración municipal. Villarreal enfatiza que el paso es “importantísimo” porque la problemática los “atraviesa profundamente”. Antes de fin de año se inaugurarán siete CTR y, para 2023, se proyectan 20 en toda la ciudad. “Son claves porque implica que los grandes basurales se vuelven plantas”, agrega Villarreal.
Calidad de vida
“Fuimos carreros toda la vida; históricamente vendíamos fruta y verdura; después ‘cambalacheábamos’ y por los ’90 empezamos a juntar papel y cartón –repasa Tissera–. Hoy mi familia y yo mejoramos 70% nuestra vida; dejamos nuestro carro, estamos con una camioneta, trabajamos con grandes generadores y por la calidad y cantidad de papel que reunimos podemos pelearle precio al galponero”.
La camioneta fue una donación de una familia, que les regaló dos en la Navidad de 2018. “Gracias a la gloria del Señor recibimos este hermoso regalo, de las dos primero fue una para la cooperativa ‘Los Cuadraditos’ que no tenía nada”, apunta Tissera que en la charla repite varias veces su fe y su gratitud.
Cuando desde la cooperativa indican que la problemática de los basurales los “atraviesa” se refieren a que la población que vive en la zona está afectada por la contaminación del suelo, del agua y del aire por la quema de los residuos. “La Victoria” relevó datos: un estudio entre 2017 y 2018 mostró que el 85% de los habitantes de La Favela tenían problemas respiratorios. En dos años –cuando se abandonó la quema– ese índice cayó al 60% y los casos críticos bajaron el 40%.
El asentamiento, donde hay 70 familias, se urbanizó completamente pero el basural se regeneró del otro lado del arroyo, que es donde ahora inaugurarán el CTR. Estiman que en 2015 un carrero “no juntaba más de $1000 en una semana”. Hoy, sostienen, hay un piso salarial que son las becas que les paga el Estado por su tarea a lo que se suma la rentabilidad de la cooperativa que se distribuye entre los integrantes. Son entre $25.000 y $40.000 por mes, dependiendo de la función que cumplen.
“No nos falta el alimento, con la cooperativa mantenemos un merendero para 150 niños y un comedor para las 70 familias. La gente comprendió que la mejor manera es trabajar, comprometerse”, detalla añade Tissera.
Para seguir escalando y ganando fuerza en las negociaciones, desde “La Victoria” contactaron a la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) que tiene el programa “Puntos de Extensión” para que todos los egresados hagan tareas sociales por 30 horas. Florencia Peretti, investigadora del Instituto de Administración de la Facultad de Ciencias Económicas y directora del proyecto de Extensión, explica que firmaron un convenio con la cooperativa. Harán un estudio de la cadena. “Querían mejorar su posición estratégica para avanzar en la posición negociadora porque es evidente que cobran menos que los intermediarios y que lo que paga el puerto”, añade.
Villarreal aporta que sus tareas siempre son el último eslabón de la cadena, los que reciben menos renta. “Hay desigualdad en la distribución de los recursos; los residuos son un bien común porque los generamos todos y el reparto de renta tiene que ser equitativa. Estamos haciendo lobby con las ciudades que peor pagan”, indica. En Córdoba, por caso, la Municipalidad empezó a subastar el papel y cartón “de la mano de los cartoneros, ellos ponen la espalda financiera y así conseguimos mejores precios”.
Cómo involucrarse
El trabajo de los recicladores urbanos genera un impacto significativo en el medio ambiente, la higiene urbana y la economía circular. Para conocer cómo hacer llegar a las cooperativas los residuos que separás en tu hogar, contactate con tu municipio o con la cooperativa de recicladores más cercana a tu domicilio. Algunas son:
Córdoba: Cooperativa La Victoria ; Mail: lavictoria.coopreciclado@gmail.com
CABA: Entrando en este sitio podés encontrar distintos puntos de recolección en función de qué tipo de material querés reciclar. Una de las más antiguas de la Ciudad es El Ceibo, que trabaja en el barrio de Palermo. Mail: elceiborsu@arnet.com.ar
Morón: Cooperativa de Reciclado Alto Impacto: martes, jueves y sábado, de 10 a 17, en Rivadavia 17.238 , Haedo.
Tigre: Cooperativa Creando Conciencia: además de recolección, dictan talleres de reciclado y venden productos con materiales reciclados
Pinamar: Reciclando Conciencia, Intermédanos y Bunge. Mail: cooprconciencia@gmail.com. Tel: (02254) 516880
Cómo reciclar en casa
Lo primero que tenés que hacer para reutilizar o reciclar es separar los residuos. Algunos consejos de la organización ambientalista Eco House:
- La forma más práctica es dividir la basura en dos equipos, el de “los reciclables” y el de los “no reciclables”.
- Los reciclables deben estar limpios y secos; de lo contrario, pueden contaminarse o ensuciarse entre sí, imposibilitando el posterior reciclado. Ejemplo: el papel mojado no puede introducirse en el cesto de “reciclables”.
- Además del cartón, papel, plástico, metal y vidrio, también podés separar la ropa, la tela, los envases de Tetabrick, el telgopor, entre otros.
- Si algún objeto o material no puede ser reciclado, es muy probable que pueda ser reutilizado. Por lo tanto, antes de tirar algo, averiguá a quién le puede servir.
- Mirá estos videos de Eco House con más explicaciones.