Daniel Arroyo. “Si los alimentos siguen subiendo, no hay política social posible”
El diputado Daniel Arroyo es el creador del plan Argentina contra el Hambre, con el que Alberto Fernández buscará abordar un tema que no admite demoras: la pobreza alimentaria extendida al ritmo de la inflación y el desempleo, y que golpea sobre todo a los más chicos. "Vamos a empezar con madres de niños menores de 6 años, que es donde está el problema central", señaló Arroyo. Para garantizar el acceso a la canasta básica, se usarán diversas herramientas, como una tarjeta de alimentos que además permita una política nutricional, acuerdos de precios y un consejo con participación de organismos sociales y que dependerá del presidente.
- ¿Qué ocurrió con la pobreza y el hambre en los últimos meses?
- Se complicó mucho con la devaluación de agosto. No hay datos oficiales, pero entendemos que un 20% más de personas han concurrido a comedores y merenderos, que están desbordados de niños. Fueron cuatro años de empeoramiento sostenido de la situación social, pero en las últimas cinco semanas se complicó mucho para las familias y más aún para los niños.
- ¿Qué pasa, en concreto, con estos chicos?
- Hay tres problemas centrales y urgentes. El hambre: que los niños coman salteado, tomen mate cocido con un pedazo de pan o vayan a dormir con el estómago vacío. La malnutrición, porque en las casas o merenderos, por el desborde de gente, comen mucha harina, arroz y fideos. Y lo tercero, que es el problema social que viene, es que las familias están sobreendeudadas y toman créditos en cualquier lado, al 200% de interés anual, para tapar deuda con deuda, comer y pagar servicios. Las familias no están en cero, están en menos diez. Desde ahí hay que reconstruir.
- Ante este cuadro, ¿cuál será la primera medida?
- Garantizar el acceso a una canasta básica de alimentos que sea saludable y accesible a todos. Si siguen subiendo los alimentos, no hay política social posible. Hay que reforzar mecanismos para que todos los productos estén en las góndolas, fortalecer la economía popular, armar nuevos centros de comercialización, generar y fortalecer lo que se está haciendo en comedores y merenderos, y potenciar el "compre estatal".
- ¿Con qué herramientas se aplican este tipo de acciones?
- Un instrumento es la tarjeta de alimentos, que no es para extraer dinero. Se recarga todos los meses solo para comprar todo tipo de alimento menos bebidas alcohólicas. Vamos a empezar con madres de niños menores de 6 años, que es donde está el problema central. Calculamos que hay 8.000.000 de personas que reciben algún tipo de asistencia alimentaria, y el 20% son estas madres. También estará el apoyo del Estado, por ejemplo, con el reintegro del IVA, pero les planteamos a los productores la necesidad de que la canasta básica sea accesible. Hay un gran problema con la baja del consumo de leche en los últimos meses. Los comedores también van a tener la tarjeta, de un monto mucho más alto. El objetivo es doble: que el acceso a la canasta básica sea universal y hacer una política nutricional. Es decir, codificar lo que se compra y crear una red de tutores que acompañen y sugieran una orientación nutricional saludable.
-¿Cuáles son las zonas más comprometidas?
- Estamos trabajando para identificar los mil barrios más críticos en términos nutricionales. El conurbano bonaerense vive una catástrofe social porque, a todo lo que venimos marcando, hay que sumarle la falta de trabajo y que los que venden drogas son los que están prestando plata.
- ¿El plan incluye articulación entre ministerios?
- Va a ser una política de Estado. Se va a crear un consejo que dependerá directamente del presidente, donde van a participar los productores de alimentos, las universidades, los dirigentes sociales y sindicales, las iglesias, los que en la práctica sostienen la situación alimentaria. Ese consejo tendrá un observatorio que va a hacer un seguimiento nutricional. Estamos muy preocupados con el tema del peso y la talla. Los chicos menores de las familias tienen una talla inferior a la que tenían sus hermanos a su edad. Está marcando que vamos a tener una generación de chicos petisos y obesos. En ese observatorio vamos a estar todos los ministerios.
- ¿Se reunieron con las organizaciones sociales?
- El plan Argentina contra el Hambre es una gran convocatoria. Escuchamos a todos y las organizaciones son parte de la solución. Nos acercaron muchas propuestas. Algunos tienen el foco en la Asignación Universal por Hijo (AUH), otros miran a la secundaria y hay una evidente deuda con la primera infancia. El plan tiene que generar dos efectos: resolver el hambre y crear empleo. Queremos que sea una política de Estado y que trascienda al gobierno de Alberto Fernández. Primero, hay que resolver el problema del hambre; después, la malnutrición, la educación nutricional y la pobreza estructural.
- ¿Por qué no alcanzó la ayuda que dio Cambiemos?
- Argentina está en caída libre en materia social y el esquema económico actual deja, objetivamente, a 20.000.000 de personas afuera. Si alguien quiere aumentar la pobreza en el país, tiene que hacer cuatro cosas: subir alimentos y transporte, hacer caer los sectores textil y la construcción. Es lo que ha pasado. Más allá de que se extendió la AUH y de la ley de Emergencia Social, el nivel de caída económica fue brutal. Hay más gente con AUH pero alcanza para muchos menos; más personas cobran la mitad del salario mínimo con distintos programas sociales, pero no les alcanza para lo básico alimentario.
-¿Usted será el encargado de esta política con Alberto Fernández?
- Alberto siempre ha tenido palabras elogiosas. Yo estoy muy agradecido y estoy para sumar donde sea y como sea. Creo que acá hay una catástrofe social y que primero hay que parar la caída y después reconstruir.