Cuarentena. "Mi hijo adolescente se queda despierto de noche, ¿qué hago?"
La llegada de la cuarentena a nuestras vidas cambió nuestra lógica temporal. Por ejemplo, la noche dejó de ser, en muchos hogares, ese espacio dedicado al descanso de toda la familia. Con el correr de los días, la madrugada se fue consolidando como el momento escogido por los adolescentes para el encuentro virtual con los amigos, ya sea para jugar en red, hacer videollamadas o chatear.
Este nuevo sentido de la noche en los adolescentes es, no pocas veces, foco de conflicto con los adultos, ya sea ante el rechazo de los padres a que los hijos permanezcan despiertos, o bien en el intento de fijar un horario tope. También, claro está, la virtualidad nocturna de los chicos genera preocupación entre los padres, en un contexto en el que los casos de grooming y ciberbullying están a la orden del día. ¿De qué se trata este nuevo hábito y cómo acompañarlo?
El pediatra Enrique Berner, jefe del servicio de Adolescencia del hospital Cosme Argerich, ubica esta predilección de los chicos por la noche en el marco de una necesidad propia de la edad evolutiva que atraviesan: la de tener espacios propios, algo típico de la adolescencia y que la cuarentena dificulta. "No nos olvidemos que los adolescentes son contraculturales. La noche es para ellos lo que para nosotros es el día, más ahora en donde los adolescentes necesitan un tiempo propio. Necesitan tiempo para estar entre pares y probablemente utilicen ese espacio para reencontrarse o tal vez para encontrarse con sus afectos, con sus amigos en este nuevo tiempo. La conectividad los acerca", reflexiona el especialista.
"La virtualidad nocturna de los chicos genera preocupación entre los padres, en un contexto en el que los casos de grooming y ciberbullying están a la orden del día"
En el hogar de Constanza, la cuarentena no solo trastocó la rutina semanal sino que cambió la dinámica de ciertos espacios familiares. "Juani se apropió del living", asegura. Juani es Juan Ignacio, su hijo mayor de 15 años, que comparte cuarto con su hermana de 9. "De noche se queda jugando a la Play con los amigos hasta tarde. Lo dejamos porque entendemos que es su momento de socialización. Lo único que hago es entornar la puerta de mi dormitorio porque al otro día mi marido arranca a trabajar temprano y Juani, con los auriculares puestos, no se da cuenta de lo fuerte que habla. Y qué lenguaje usa…", dice entre sorprendida y comprensiva.
"Tratamos de entender que, cuando los chicos están entre pares, se sueltan más. Además, algo tienen que hacer y las opciones no son tantas. El pasó de ir al colegio, hacer fútbol, encontrarse con los amigos a pelotear los fines de semana en el parque e incluso salir con ellos al cine, a tener clases virtuales y festejar cumpleaños por Zoom. Un cambio muy grande", agrega Constanza.
Para la licenciada Gabriela Cramer, psicoanalista con especialización en niñez y adolescencia, la tolerancia adulta es fundamental en este tiempo. "Todos estamos viviendo momentos diferentes, difíciles por momentos. Los adolescentes también. La cuarentena los sorprendió en proceso de consolidación de sus propios deseos y de búsqueda de independencia de los padres. Esto puede ocasionarles malestar y generar confrontación con los adultos", explica la especialista.
"Se habla mucho de la necesidad de mantener rutinas en este tiempo. En el caso de los adolescentes, debemos entender que parte de sus rutinas suceden de noche, cuando el resto duerme y ellos encuentran un poco de intimidad", añade Cramer, docente titular del Curso Superior en Psicoanálisis con niños y adolescentes de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados.
En lo que se refiere a los adolescentes y la noche en cuarentena, los expertos coinciden en que no debe perder relevancia la función paterna, también al momento de regular estas nuevas costumbres en forma variable según la edad.
"Los padres tienen que acompañar. Este tiempo requiere de un nuevo orden intrafamiliar, con pautas acordadas según las diferentes edades, porque no es lo mismo a los 13 o 14 que a los 18 o incluso después de los 18. No tenemos que pensar la nocturnidad en los chicos como algo negativo si después logran estar metidos en otras cosas. Si cumplen con las clases virtuales y las tareas escolares, con las prácticas deportivas e incluso colaboran con las tareas del hogar", considera Berner, quien el próximo sábado dialogará a las 18 por Instagram con el adolescente Tomás Sarquis, en el marco del programa #Switch AdolescenciaArgerich, que propone mayor intercambio y escucha con los adolescentes (@adolescenciaargerich).
"Este tiempo requiere de un nuevo orden intrafamiliar, con pautas acordadas según las diferentes edades", explica Berner.
Pero ¿ante qué situaciones debemos contemplar la posibilidad de que la vida nocturna de los chicos no sea tan saludable? Cramer enuncia algunas: "Los alertas deben encenderse si los chicos no pueden realizar tareas durante el día, aunque sea en horarios diferentes de los que nos gustarían. También si no sucede nada del intercambio escolar esperado en este tiempo. Pero, sobre todo, hay que evaluar qué función cumple eso que hacen de noche. Si promueve el intercambio con amigos es diferente a quedarse solos jugando hasta cualquier hora y que eso contribuya a un mayor aislamiento porque después se pasan el día durmiendo y sin socializar", explica la especialista, quien agrega que nunca está de más reforzar sobre los peligros que conlleva la virtualidad.
Hablemos de #GROOMINGUna día, Marcos se despertó con un WhatsApp de Tomás (15), su hijo mayor: "Papá, antes de irte a trabajar, quiero hablar con vos. Es importante". Marcos se levantó y cuando entró al cuarto, la noticia lo dejó perplejo: sus hijos eran víctimas de #grooming. pic.twitter.com/6s9RqJqLY7&— Fundación LA NACION (@fundlanacion) April 29, 2020
"Lo virtual tiene sus riesgos, que también estaban antes de la pandemia. Hay que conversar, en especial con los más chicos, fomentar que los diferentes intercambios sean con personas conocidas. Los padres tienen que monitorear. También alertarlos sobre el intercambio de fotos personales e íntimas, algo bastante frecuente entre ellos. Hacerles comprender que uno pierde el control de lo que se envía, así sea al mejor amigo. Puede dar pie para el bullying o para que se viralice", concluye.
Consejos para padres
- Este tiempo es una gran oportunidad para experimentar al máximo la comunicación. Es un momento histórico para compartir diferentes momentos en familia, como mirar todos juntos una película un viernes por la noche, algo casi impensable antes de la cuarentena.
- Entre los púberes y los adolescentes más chicos, el tiempo de permanencia despiertos tiene que ser más acotado.
- Entre los más chicos, hay que monitorearlos y acompañarlos en su vida virtual. Al igual que en el mundo real, hay un camino que recorrer hasta la autonomía.
- Fomentar algún momento diario de actividades en familia.
- Evaluar qué función cumple eso que hacen de noche. Si promueve el intercambio con amigos es diferente a quedarse solos jugando hasta cualquier hora y que eso contribuya a un mayor aislamiento.
- Recordar que los chicos no están de vacaciones, y procurar que cumplan con sus horarios de clase y sus entrenamientos deportivos virtuales, los que realicen deportes.