“¿Cuántos más casos de abusos en clubes necesitamos descubrir para proteger a los niños?”: Diputados debate hoy la creación de un protocolo de acción
El proyecto de ley cuenta con media sanción del Senado y se tratará esta mañana, a las 11, en comisiones de la cámara baja; en caso de que no se apruebe, perderá estado parlamentario; por qué los especialistas creen que su implementación es clave para prevenir casos como los ocurridos en Independiente o River
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“Te quiero contar algo. ¿No te vas a enojar?”, le preguntó Matías, de 12 años, a Esteban, su papá. Se habían convertido en padre e hijo por medio de la adopción hacía poco tiempo y Esteban le dijo que por supuesto, que podía contar con él para que lo fuera. Fue como abrir una represa, un torrente contenido durante años: el niño le develó que a los 9, cuando todavía vivía en un hogar e iba cada semana a un club de fútbol en La Plata, su entrenador, C., abusaba sexualmente de él.
“Me dijo que todos los del club sabían que ‘algo raro’ pasaba con el entrenador, pero nadie hizo nada. Cuando me lo contó, lo primero que le pregunté fue si alguna vez se lo había podido decir a alguien. Me respondió que lo había contado en el hogar, pero que lo seguían obligando a ir”, detalla Esteban (su nombre y el de su hijo fueron cambiado en esta nota para preservar su identidad).
A principios de este año, la historia de C., el abusador de Matías, llegó a los medios de comunicación luego de que un grupo de padres y vecinos lo golpearon tras enterarse de otro episodio que lo involucraba. El hombre, de 42 años, que tenía a su cargo las categorías 2012 y 2015 del club, había sido denunciado por la madre de Rodrigo, un chico de 13. Todo empezó cuando la mamá se enteró de que el entrenador le había regalado a su hijo un celular: como le llamó la atención, decidió revisarlo y encontró material de explotación sexual contra niñas y niños (mal llamada ‘pornografía infantil’). Cuando habló con Rodrigo, el chico pudo contarle que había sido abusado por ese hombre.
Después se supo que Rodrigo y Matías no eran las únicas víctimas. La Justicia reconstruyó que C. había pasado por varios clubes y que en las redes sociales solía contactar con frecuencia a niños: “Hola a todos los chicos lindos”, fue uno de los últimos mensajes que publicó en un grupo de Facebook del que participaban adolescentes que jugaban al fútbol. Con el apoyo de la fundación Red por la Infancia, Esteban denunció a C. por los abusos sufridos por Matías (una de las causas que enfrenta el entrenador) y hoy están esperando la fecha del juicio oral.
“Los abusos en los clubes y los entornos comunitarios son moneda corriente: todos las organizaciones de la sociedad civil que trabajamos contra las violencias lo sabemos. Lo que estamos pidiendo es que se apruebe una ley para que se establezcan estándares mínimos y la obligatoriedad de generar protocolos que protejan a los chicos”, advierte Paula Wachter, directora de Red por la Infancia.
Hoy podría fijarse el destino del proyecto de ley del que habla Wachter: se trata de una iniciativa que propone crear protocolos específicos para la prevención, detección temprana e intervención adecuada frente a casos de abuso sexual en la infancia que ocurren en instituciones deportivas, sociales, recreativas, religiosas y educativas, entre otras que tengan a su cargo o involucren en sus actividades a chicas y chicos, tanto públicas como privadas.
Según la norma, estos protocolos de acción deben estar homologados por las autoridades de protección de derechos de niñas, niños y adolescentes de las distintas jurisdicciones del país. A su vez, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación (Senaf) será la responsable de establecer los requisitos mínimos de actuación, poner a disposición de las instituciones capacitaciones y asesoramiento, y establecer los mecanismos de control, entre otros puntos.
El proyecto ya tiene media sanción: en diciembre de 2021 fue votado por unanimidad en la Cámara de Senadores, donde fue presentado por la senadora María Belén Tapia (Unión Cívica Radical). Hoy a las 11, en cambio, será tratado en Diputados en una reunión conjunta de las comisiones de Familias, Niñez y Juventudes; Asuntos Cooperativos, Mutuales y de Organizaciones No Gubernamentales; y Presupuesto y Hacienda. En caso de llegarse a un acuerdo, pasaría al recinto para ser finalmente aprobado; pero, si esto no ocurre y no es tratado antes de fin de año, perderá estado parlamentario: sería la segunda vez que le ocurre.
“Es un proyecto que viene supertrabajado, porque en 2019 Diputados le dio media sanción, entró al Senado en 2020, durante la pandemia, no fue prioridad y perdió estado parlamentario. Por eso lo volvimos a presentar, esta vez desde el Senado, y logramos la media sanción en 2021″, explica Tapia. “El objetivo es que se implemente lo más rápido posible y que todos los adultos, profesores de fútbol, teatro o cualquier otra actividad, sepan cómo detectar determinados signos de alarma y de qué forma actuar ante un caso de violencia”.
La diputada Roxana Reyes (UCR), presidenta de la Comisión de Familia Niñez y Juventudes, estará entre quienes debatirán el proyecto en la Cámara Baja: “Es un proyecto que viene a dar una respuesta a lo que pide la sociedad civil, los clubes y otros espacios que muchas veces no saben cómo detectar o abordar el abuso sexual en la infancia y adolescencia”, asegura.
Para apoyar la iniciativa, desde Red por la Infancia se lanzó una petición en Change.org. “La ley Lucio avanzó en la obligación de capacitación obligatoria sobre las violencias de todos los integrantes del Poder Ejecutivo, Judicial y Legislativo. Pero aún falta este plus de protección para los niños en sus entornos comunitarios. En la práctica sabemos que los profesionales a cargo del cuidado de los niños no tienen claridad en cómo prevenir y responder frente a los casos de abuso sexual”, reflexiona Wachter.
“¿Cuánto más casos necesitamos descubrir?”
Desde Unicef advierten que el 80% de los abusos sexuales ocurren en el entorno cercano de los niños y las niñas. La mayoría son intrafamiliares, pero muchos otros se dan en contextos donde transcurre la cotidianeidad de los chicos, como clubes y otros espacios recreativos. Lejos de ser una problemática exclusiva de instituciones barriales, no conoce de escalas. En los últimos años, algunos de los casos más resonantes que salieron a la luz fueron los sufridos por jugadores juveniles de inferiores de los clubes Independiente, Temperley y River.
“Muchos de los chicos que llegan a los clubes del fútbol se encuentran en situación de alta vulnerabilidad socioeconómica: llegan desde el interior a muy temprana edad y quedan al cuidado de personas que no están especializadas en la detección de violencias, sin estándares básicos de protección y muchas veces expuestos a abusos que podrían evitarse con protocolos claros”, señala Wachter. Y pregunta: “¿Cuántos más casos de abusos sexuales en clubes deportivos necesitamos descubrir para proteger a los niños?”
En esa línea, recuerda que según el último informe Fuera de las Sombras, elaborado por The Economist Impact y Red por la Infancia, la Argentina ocupa el puesto 49 de entre 60 países del mundo que fueron analizados en su capacidad de prevenir y abordar del abuso y explotación sexual de niños, niñas y adolescentes. Es decir, estamos entre los últimos puestos. Uno de los aspectos que se subrayan es la necesidad de construir mecanismos de protección especial en aquellas industrias y sectores donde los niños están en especial condiciones de vulnerabilidad: deportes y entornos recreativos, industria del entretenimiento, publicidad y actuación, industria del turismo.
“En Argentina falta de un marco normativo especializado en proteger a los niñas y las niñas en el ejercicio de su derecho al esparcimiento y el deporte. Hoy algunos clubes tienen protocolos que elaboran de forma voluntaria, muchas veces a partir de casos que tuvieron, pero todo es en el marco de la informalidad. Esta ley regula la obligatoriedad de estándares mínimos de protección tanto en los ámbitos de los clubes como de las pensiones y otros espacios, estableciendo procedimientos claros y sanciones ante posibles incumplimientos, para que no quede a criterio de la voluntad de nadie. Eso es asegurar la transversalidad en la protección de los chicos”, agrega Wachter.
“No quiero ir más a tenis”
Cuando Abril, de 11 años, le dijo a su mamá, Liliana, que ya no quería ir más a tenis, la mujer se quedó helada. Desde muy pequeña, la niña amaba ese deporte: tomaba clases individuales y también grupales con otras chicas de su edad y algunos varones en un club porteño. En el último tiempo, su mamá venía notando en ella cambios que llamaban su atención: dificultades para dormir, alteraciones en su alimentación, irritabilidad, llantos constantes, y el negarse usar la pollera reglamentaria que exigían en el club para jugar tenis, pidiendo, en cambio, usar el pantalón de jogging de gimnasia.
Tras muchas charlas, Abril pudo poner en palabras lo que estaba pasando: uno de los profesores, de 32 años, aprovechaba cada oportunidad que tenía para apoyar sus genitales en los glúteos de la niña, con la excusa de “ayudarla a perfeccionar su saque”.
“Las primeras veces ella creía que era algo accidental. Todo terminaba con risitas y afirmaciones de parte de él del tipo: ‘Cada vez lo hacés mejor’. Cuando Abril llegó a la consulta conmigo, me contó que sentía ‘la parte dura’ de su profesor en su cola, ‘una y otra vez, cada vez más fuerte’. Ella lo había sobrellevado como podía hasta que una de sus compañeras advirtió la situación y le contó que a ella le hacía lo mismo y que no le gustaba. Fue entonces cuando Abril se lo pudo contar a su mamá”, cuenta la psicóloga que acompañó el caso. “La reacción del club fue muy ‘light’ y tardía: primero cambiaron al profesor del grupo, diciendo que todo era una exageración, y finalmente lo separaron del cargo”. Ese tipo de acciones, que lejos de proteger a las niñas y los niños los revictimiza y los expone a nuevas violencias, son las que el proyecto de ley que se debatirá hoy busca evitar.
Más información
- Hablemos de abuso sexual: en esta guía de Fundación La Nación podés encontrár más información sobre dónde pedir ayuda y señales de alerta.
- Red por la Infancia: trabaja en la promoción y protección de los derechos de las niñas, niños, adolescentes y mujeres contra las violencias. En su web se pueden encontrar guías y recursos para víctimas. Consultas: info@redporlainfancia.org
- Cepasi: trabaja en la concientizar acerca del abuso sexual en niñas, niños y adolescentes. Junto con el Hospital de Clínicas de CABA y con el apoyo de Red por la Infancia, invitan al “Primer Congreso Interdisciplinario de Salud y Justicia: la urgencia de articular prácticas con perspectiva de infancias para el abordaje de la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes”. Es gratuito y se realizará el 6 de octubre en dicho hospital. Las inscripciones son por mail escribiendo a congresocepasi@gmail.com. Para más información se puede visitar su Instagram.