Crisis de 2001: qué pasó con las ONG que surgieron en el exterior para ayudar
La mitad de las organizaciones creadas por argentinos que vivían en otros países en ese momento desaparecieron por diferentes motivos; el resto tuvo que reinventarse para poder sobrevivir
La crisis de 2001 desató el primer éxodo masivo en democracia. Miles de argentinos se mudaron a diferentes países del mundo para buscar nuevas oportunidades. Una vez instalados en el extranjero, muchos de ellos tendieron a agruparse entre pares, no solo para preservar la cultura argentina sino para intentar ayudar a aquellos que estaban en situación de vulnerabilidad en su país de origen.
A más de 15 años de aquel colapso económico, casi el 50% de las organizaciones creadas con fines solidarios en el exterior por los expatriados no pudieron sostenerse hasta la actualidad por diversas razones. Y las que siguen existiendo, tuvieron que profesionalizarse y sortear múltiples obstáculos como la rotación continúa de voluntarios, dificultades burocráticas y variables macroeconómicas en una Argentina muy cambiante.
"Una vez que se desató la crisis, empezaron a surgir grupos espontáneos de ayuda. Por lo general, estas organizaciones estaban motorizadas por uno o dos argentinos con capacidad de convocatoria. Durante muchos años llegaron donaciones, pero cuando la economía empezó a activarse y el país a mejorar, bajó el flujo de fondos enviados desde el exterior. Siempre en épocas de crisis las donaciones suben", explica Gabriel Berger, profesor de la Universidad de San Andrés.
Berger fue director ejecutivo de Tzedaka durante 2003 y en ese entonces trabajó con organizaciones de argentinos que enviaban fondos desde los Estados Unidos, Australia y el Reino Unido. "También algunas comunidades judías del exterior armaron grupos para ayudar, pero una vez pasada la crisis no se formalizaron como organizaciones", agrega.
Organizar la ayuda
HelpArgentina nació como respuesta a la crisis con la de idea de buscar una forma para que argentinos en el exterior apoyaran el trabajo de las organizaciones sociales en su tierra natal. Surgió como mecanismo de respaldo a una sociedad civil que se organizaba para intentar encontrar soluciones. En los últimos años y lejos de la crisis económica de aquel entonces, sigue canalizando fondos desde el exterior.
"Las personas que se comprometieron en ese momento continúan aportando fondos, y nuevas personas y organizaciones, apoyan proyectos ya más concretos. Se puede ver una evolución en la profesionalización de las organizaciones en lo que hace a la inversión social y la medición de impacto. Actualmente, los programas están mejor armados y creo que eso atrae fondos. Porque los aportes apuestan a generar una verdadera transformación de la realidad", cuenta Belén Quellet, directora de HelpArgentina.
A lo largo de estos años, los aportres recibidos por esta entidad fueron aumentando. Mientras que durante 2003 fueron menos de 200.000 dólares, en 2016 lograron alcanzar casi un 1.200.000 dólares del exterior.
Según Quellet, pudo haber tres motivos por los que las organizaciones dejaron de existir años después de la crisis. En primer lugar, porque muchas veces la emoción inicial de los líderes no llega a transformarse en compromiso. En segundo lugar, porque los efectos de las crisis exigen respuestas inmediatas y una vez superada esta situación, muchas acciones dejan de ser necesarias. Por último, porque algunos de los que crearon las organizaciones regresaron al país en estos años.
El informe de HelpArgentina revela que casi el 40% de las donaciones que llegan del exterior se destinan a proyectos que se relacionan con educación. En segundo lugar, se invierte en salud y en tercera instancia, en Derechos Humanos. "La educación es un valor compartido y que no entra en debate. Nadie está en contra de dar o recibir una buena educación. Todos sabemos que es clave para el desarrollo de las personas. También, creo que es definitivamente la respuesta a todas las necesidades de superación de la pobreza", enfatiza Quellet.
Sucursal en los Estados Unidos
La asociación civil Por los Chicos nació en la Argentina e inició sus actividades en los Estados Unidos poco después de 2001. "La oportunidad surgió porque dos de los fundadores se mudaron a Seattle y quisieron continuar con su labor. Ellos sumaron desde el exterior padrinos para los comedores en la Argentina y organizaron eventos. Así se armó la base para poder donar desde el exterior en forma periódica", cuenta Alejandro Singer, director de la organización.
Los principales obstáculos que tuvo que atravesar la filial norteamericana de esta entidad, estuvieron ligados a momentos dónde no podían ingresar las donaciones extranjeras o había problemas con los trámites de las tarjetas. "Pero siempre pudimos resolverlos y los padrinos nos tuvieron paciencia en esos momentos", destaca Singer.
Promover la cultura argentina
Este tipo de organizaciones tienen una estrategia similar de recaudación de fondos: casi todas hacen eventos vinculados con la cultura argentina (asados, almuerzos con empanadas, shows de tango o degustación de vinos).
"Nosotros organizamos cinco o seis eventos anuales. Cada dos meses armamos un happy hour y así recaudamos fondos para apadrinar a chicos con becas. También hacemos una cata de vinos una vez por año en la embajada Argentina, en la que recaudamos cerca de 5000 dólares que solventan los proyectos", relata Florencia Bocco, presidenta del Centro Argentino en Washington.
"Durante mucho tiempo fue muy difícil transferir dólares a la Argentina. Como también cuesta explicarle a un estadounidense que la beca aumenta de un año a otro. El desdoble del tipo de cambio y la inflación nos perjudicaron", cuenta Marisol Rodríguez Chatruc, directora de recaudación de fondos del Centro Argentino.
Muchas organizaciones como la Asociación de Profesionales Argentinos en el Reino Unido (Aparu) se crearon con el fin de reunir profesionales de la misma nacionalidad y ayudar a las personas que recién llegaban. Una vez consolidado el grupo, incluían un objetivo solidario a la organización.
"Nos dimos cuenta de que varias personas querían hacer algo por la Argentina desde la distancia y empezamos a organizar eventos para enviar fondos", cuenta Macarena Baamonde, referente de la ONG.
Aparu se creó en 2003 y se formó íntegramente por voluntarios. Su principal evento de recaudación es un encuentro de tango anual. A partir de lo recaudado intentan llevar adelante uno o dos proyectos vinculados a salud o educación por año.
Desde Miami, la argentina Paulina Montes, directora de la Fundación Manos del Sur trabaja día tras día para conseguir fondos y así financiar proyectos educativos en su país de origen. Si bien la organización se creó en 1999, Montes recuerda que en el 2001 hubo que intensificar el trabajo.
"Después de la crisis, había mucho hambre en el país. Tuvimos que aumentar la proporción de donaciones destinadas a alimentación. Si los chicos no estaban bien alimentados no podíamos proponer otras mejoras. Una vez superada la crisis, pudimos hacer inversión social en educación, que es donde tenemos puesto el foco", dice Montes.
Diego Arcos se fue del país en 1989, pero no armó la organización Casal Argentino en Barcelona hasta el 2001. Además de brindar asesoramiento y contención a los recién llegados, la entidad realizó actividades solidarias en Argentina. Arcos cuenta: "Trabajamos con fábricas recuperadas, con la cooperativa de trabajo del Hotel Bauen, y llevamos adelante acciones puntuales como el equipamiento de una escuela en Humahuaca".
El perfil de las donaciones
11,5
Millones de dólares
Fueron donados desde 2003 hasta hoy por más de 7000 personas de 50 países a HelpArgentina
140
Organizaciones sociales
De la Argentina recibieron los fondos para financiar sus actividades y programas
100
Entidades
Son las que integran HelpArgentina. En 2016 se sumaron 16. Ese año, Andhes fue la que canalizó la mayor cantidad de donaciones
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Aparu
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