Con ofertas laborales engañosas o relaciones sentimentales simuladas, buscan doblegar la voluntad de sus víctimas sin que sea necesario el uso de la violencia; alertan sobre una fuerte migración de estos grupos delictivos hacia plataformas digitales como TikTok y OnlyFans
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Cuando los padres de Alma, una adolescente de 14 años, denunciaron la desaparición de su hija, jamás imaginaron cómo terminaría la historia. La Justicia la encontró días más tarde en un micro que iba rumbo a la localidad salteña de Salvador Mazza.
Alma no viajaba sola. Estaba en compañía de un hombre de 25 años al que había conocido hacía unos meses en una partida online del videojuego Free Fire y con el que había empezado una relación virtual: ella, desde su casa ubicada en un barrio humilde de Mar del Plata y él, desde Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.
El hombre había viajado desde su país, supuestamente, para conocerla y formalizar el noviazgo. Cuando los padres de ella lo rechazaron, él aprovechó el enojo de la chica -de quien no damos el nombre real para preservar su identidad- para proponerle escapar juntos a Bolivia. Le dijo que, una vez allí, podría ganar 3500 dólares semanales en el salón de belleza de su prima.
Durante unos días, el captor le compró ropa, zapatillas y bijouterie y la llevó a cenar a restaurantes. Cuando, tras la denuncia de los padres, efectivos de Gendarmería lograron interceptarlos camino al Norte, la Justicia descubrió que la entrada del hombre al país no había quedado asentada en ningún paso fronterizo, por lo que había ingresado en forma clandestina. Mientras que al registrarlos, notaron que él tenía el DNI de la chica escondido en su billetera.
El engaño, principal método de captación
El hecho ocurrió en 2021 y la Justicia encontró elementos suficientes para procesar al hombre por el delito de trata de personas, según reportes del Ministerio Público Fiscal. Por ejemplo, en declaraciones posteriores, la víctima pudo contar que él le había ordenado apagar su teléfono, impidiéndole todo tipo de contacto con su familia. Que la oferta laboral incluyera una paga tan excesiva fue otro indicio de que la supuesta relación y la propuesta era, en realidad, la fachada de un delito.
Es probable que los pasajeros de ese micro hayan supuesto que la adolescente viajaba por voluntad propia. No había signos explícitos de violencia. Por eso, el caso muestra algo que vienen señalando diferentes especialistas en los últimos años: las maneras en que las redes delictivas captan personas para luego explotarlas sexual o laboralmente son muy distintas de las imágenes fuertemente instaladas en el imaginario colectivo, mucho más relacionadas con la violencia y el secuestro.
La Dirección de Investigaciones contra la Trata de Personas y Delitos contra la Integridad Sexual, del Ministerio de Seguridad, destaca que el principal método de captación en la actualidad es el engaño. En el marco de una reciente campaña de difusión, el organismo explica que este engaño busca ganar la voluntad de la persona. Eso se logra mediante falsas ofertas laborales, enamoramientos simulados, promesas de éxito y progreso económico.
El documento también desmonta una serie de mitos relacionados con la trata, como los que sostienen que sólo las personas que viven en la pobreza son potenciales víctimas; que una vez captadas están encerradas y su voluntad es doblegada a la fuerza; o que los captores son desconocidos. Por el contrario, hoy se sabe que cualquier persona puede ser víctima de una red de trata y que, muchas veces, el nexo es una persona del entorno.
La fiscal cotitular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), Alejandra Mángano, sostiene que la persistencia de estas ideas erróneas en el imaginario colectivo dificulta, muchas veces, que una persona comprenda que es víctima de este tipo de delitos. “Si seguimos creyendo que la captación se da mediante una tráfic blanca que secuestra, vamos a seguir teniendo muchos casos sin denunciar”, alerta.
La persistencia de ese mito impide, según Mángano, que una persona detecte las instancias iniciales en el proceso de captación. “La idea de una víctima encadenada o sufriente, que desde el primer minuto es consciente de lo que le va a pasar no ocurre en la mayoría de los casos. Lo que pasa, en realidad, es que al principio la persona está ilusionada, a la expectativa de un futuro mejor, tal vez envuelta en una relación sentimental o en un vínculo que considera de amistad en los que confía”, puntualiza.
Las condiciones que aprovechan las redes
Si bien es cierto que cualquier persona puede ser víctima de una red de trata, algunas circunstancias pueden aumentar la vulnerabilidad de ciertos grupos. “Las mujeres; los niños, niñas y adolescentes; las personas LGTBIQ+ así como las migrantes presentan condiciones que pueden ser aprovechadas por estas redes”, reconoce Mángano.
De la misma manera, prosigue la especialista, vivir en un hogar que no ofrece contención; atravesar algún tipo de problemática de salud mental o de condición que coloque a una persona en una situación de inferioridad con respecto a otros, o no contar con una red afectiva podrían volver a alguien más vulnerable ante la coerción de estos grupos.
A lo largo de 2022, la Protex recibió 1581 denuncias a través de la línea 145. La cifra se mantiene bastante estable desde 2018. El 80% de las llamadas del año último se realizaron de manera anónima. En 43 de ellas, los denunciantes hablaron de una connivencia entre la red de explotación y autoridades policiales, judiciales, políticas y/o administrativas. Del total, el organismo intervino en 1147 casos: la mayor parte estuvieron relacionados con explotación sexual, laboral y captaciones mediante ofertas engañosas. El 65% de las víctimas involucradas eran mujeres, el 33%, varones, y el resto se identificó con otros géneros.
Los reportes anuales del organismo se focalizan en las formas de explotación denunciadas y en el rescate de las víctimas, pero dicen poco sobre los métodos de captación. Este aspecto coincide con una de las conclusiones del estudio “La política de protección a las víctimas de trata sexual, una mirada integral sobre el problema”, editado en 2020 por Aldana Romero y María Victoria Llorente, investigadoras del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip), quienes relevaron 55 sentencias judiciales dictadas en tribunales de las provincias de Buenos Aires, Chubut, Córdoba y La Pampa.
Entre otros aspectos, el trabajo buscó analizar cuestiones relacionadas con la forma de captación de las víctimas. “Del 75% de las víctimas había poca información sobre las etapas previas a la explotación, es decir, su captación, transporte y acogimiento. Se trata de un insumo clave para entender cómo es el mercado y ser más eficaz a la hora de perseguirlo”, sostiene Llorente. Del total restante, las especialistas pudieron saber que en el 86% de los casos, la forma de captación había sido el engaño.
Las redes sociales como medio de captación
En muchas ocasiones, el vínculo interpersonal del que se valen estas redes para atraer víctimas comienza en forma digital, como en el caso de Alma. “La tecnología es un recurso importante tanto para la captación de personas como para la difusión y la explotación. Con la expansión de Internet y sobre todo desde la pandemia, el consumo de imágenes de explotación sexual en redes sociales o vía streaming creció notablemente”, alerta Mángano.
Emmanuel Ioselli y Gastón Favale contactaban a adolescentes a través de redes sociales para ofrecerles sesiones de modelaje, haciéndoles creer que tenían contacto con productoras de TV. Nada de eso era cierto. Pautaban las pruebas fotográficas en un albergue transitorio de Villa del Parque en donde las convencían de posar con poca ropa o desnudas. A una, incluso, la forzaron a tener relaciones sexuales con uno de ellos mientras el otro registraba las imágenes.
En junio de 2022 los hombres fueron condenados a 10 y 15 años respectivamente como coautores del delito de trata de personas con fines de explotación sexual y por aprovechamiento de la vulnerabilidad de las víctimas, que fueron más de tres y eran menores de edad. Uno de ellos, además, fue condenado por abuso sexual agravado contra una de las víctimas.
“Ambos imputados integraban grupos en diferentes redes sociales, cuyo objetivo principal era divulgar, compartir e intercambiar material pornográfico de menores de edad”, estableció el tribunal en los fundamentos de la sentencia, de la que puede leerse un extracto en el sitio web del Ministerio Público Fiscal.
La síntesis también hace referencia a la condición de vulnerabilidad de las víctimas. “Todas las menores de edad captadas por Favale e Ioselli presentaban circunstancias que derivaban en vulnerabilidad, ya sea por la personalidad de una menor de edad, como así también por las situaciones familiares y socioeconómicas que atravesaban”, expresa el fallo.
“Las redes de trata saben del auge en el consumo de material pornográfico digital, por eso migran a plataformas digitales. No sólo están en redes sociales como Facebook o Instagram, sino que también tienen presencia en Tik Tok, OnlyFans o Redtube (N. de la R.: un sitio web de pornografía)”, explica Alika Kinan activista por los derechos de las mujeres, quien fue, durante años, víctima de una red de trata que la explotó sexualmente. “A veces se cree que es necesario secuestrar a una mujer para someterla cuando lo único que hace falta es meterse en su cabeza”, reflexiona esta mujer que hoy integra el Programa de Estudio, Formación e Investigación sobre Trata y Explotación, de la UNSAM.
Por todo esto es que, como bien dice Hernán Navarro, director de Grooming Argentina, “la tráfic blanca de hoy bien podría ser una plataforma digital”. Si bien el grooming, es decir, la explotación sexual digital de niños, niñas y adolescentes es un delito bien diferente al de la trata, el especialista reconoce que, cuando la estrategia de captación se vale de la tecnología, hay puntos en común entre ambos. Y va más allá: sostiene que el grooming puede ser la antesala de delitos más complejos, como la trata.
“Las metodologías de captación, cuando son digitales, son parecidas. En ambos casos, hay un proceso de construcción de confianza mediante estrategias de manipulación psicológicas”, explica Navarro, quien agrega que el contacto se puede dar a través de cualquier plataforma digital: desde una red social hasta un juego en apariencia inocente, como Roblox, Minecraft o Free Fire. “Hay una falsa percepción de seguridad entre los adultos. Se cree que si el chico está en el mismo espacio físico, tal vez jugando en el cuarto, está a salvo. Pero a veces, el enemigo ingresa por la red de wifi”, concluye.
Cuáles son los principales mitos sobre la trata:
- “Sólo las mujeres pobres pueden ser víctimas de trata”. Falso: cualquier persona está expuesta, sin distinción de género, edad, nacionalidad o posición económica.
- “La única finalidad de la trata es la explotación sexual”. Falso: muchas veces, la finalidad es la explotación laboral, un delito menos denunciado, en gran medida por sus características, ya que las víctimas suelen estar en lugares alejados y sin medios de comunicación.
- “La única forma de captar la voluntad de una persona es por la fuerza”. Falso: en muchísimos casos se generan lazos de confianza, con ofertas laborales engañosas o falsas relaciones sentimentales.
- “Las víctimas de trata están encerradas”. Falso: generalmente la trata no implica una restricción a la libertad ambulatoria, pero sí está relacionada con una pérdida de autonomía producto de amenazas, manipulaciones o diferentes tipos de violencia.
- “Las víctimas de trata piden ayuda”. Falso: generalmente, sus víctimas no se perciben como tales.
- “Los captores son desconocidos”. Falso: en muchos casos son personas del entorno, incluso familiares.
- “Sólo hay trata si se cruzan las fronteras”. Falso: es un delito que se desarrolla en diferentes zonas del país, incluso urbanas.
Señales de alerta:
- Pasar demasiado tiempo en una plataforma digital en particular
- Conexiones a altas horas de la noche
- Cambios en la conducta
- Retraimiento
- Recibir una oferta de trabajo con paga excesiva, o condiciones extremadamente buenas, o en donde se enfatiza la necesidad de ciertas características como la edad en lugar de la experiencia, o que se realizan en lugares alejados del propio entorno.
Qué hacer si sospecho que alguien está siendo víctima de una red de trata:
- Mantener el diálogo con esa persona a fin de detectar cualquier situación irregular.
- Si la persona es mayor de edad y recibe una oferta de trabajo en el extranjero, verificar con gente del lugar y pedir referencias. Y tomar contacto con el Consulado de ese país en caso de pérdida de contacto con la persona o algún otro indicio de peligro.
- En el país, llamar a la línea 145 de la PROTEX. La denuncia se puede realizar en forma anónima.