Coronavirus: el video que se hizo viral ante el desafío de mantener la escuela abierta
"Queridos estudiantes: levántense temprano a la mañana, lávense la cara y dispónganse para aprender con nosotros."
Entre tantos memes, gráficos e información que circuló por las redes sociales en los últimos días, un video llamó especialmente la atención. Con más de 800.000 reproducciones en poco más de cinco días, su exhortación a ser protagonistas del proceso educativo en medio de la pandemia de coronavirus caló hondo no sólo entre los jóvenes –la población para la que fue pensado- sino también entre padres y docentes.
El mensaje llega en un momento en el que la manera en que cada escuela está pudiendo afrontar la continuidad educativa de sus alumnos, tras la abrupta suspensión de clases por la pandemia del nuevo coronavirus Covid-19, es motivo de conversación y permanente debate. También de fastidio.
Mientras que, para algunos, la cantidad de actividades que deben realizar los chicos en sus casas es excesiva, para otros es escasa. En cualquier caso, son frecuentes las quejas de los padres por el rol docente que deben terminar cumpliendo para explicar temas y orientar a los hijos cuando no siempre se cuenta con tiempo y energía. Dado que todos los indicios hacen presumir que la vuelta a clases no sucederá inmediatamente después de Semana Santa, una pregunta se impone: ¿cómo lograr que el proceso de aprendizaje de niños y adolescentes durante la cuarentena sea fruto de un vínculo constructivo entre el hogar y la escuela?
"Esta pandemia nos viene a hackear la vida entera. Que había que hackear la escuela ya lo sabíamos. Tenemos que aprovechar esta oportunidad para repensar el proceso de aprendizaje y resignificar el vínculo de las escuelas con las familias", sostiene Lila Pinto, directora ejecutiva del Colegio Tarbut, ubicado en Olivos, la institución que difundió el video que se viralizó con tanta rapidez.
"El video les habla a los adolescentes. Su mensaje pone énfasis en la necesidad de convocar a los chicos de secundaria a hacerse protagonistas de su aprendizaje. En síntesis, que la escuela está abierta y tienen que aprovecharla. Sin embargo, nos toca a todos porque nos invita a preguntarnos qué pensamos de la escuela abierta hoy. Pone en debate lo que estamos sintiendo", agrega Pinto.
Nuevas estrategias
Paola Rebori asegura que, en 21 años de docencia, ninguna situación vivida se asemeja a este contexto de pandemia. Es maestra de Lengua y Ciencias Sociales en los dos módulos de quinto grado que tiene la Escuela N° 1 Domingo Faustino Sarmiento, ubicada en San Martín, en el turno mañana.
"El comienzo de clases fue raro. El coronavirus ya rondaba. De hecho, en la lista de materiales, les habíamos pedido a los padres alcohol en gel. Pero el corte de las clases fue abrupto. No nos dio tiempo a nada", reconoce.
Dado que la población que asiste a su escuela es muy heterogénea y no todos cuentan con computadora, Rebori decidió junto con la docente que imparte Matemática y Ciencias Naturales, que los contenidos se iban a enviar a través del grupo de padres de Whatsapp. Le envían la información a una mamá y ella se lo reeenvía al resto.
"Este año el Gobierno mandó en forma gratuita los manuales de Lengua y Matemática así que por suerte los chicos empezaron la suspensión de clases con ese material. Pero fue todo tan rápido que no bajó, desde las instancias superiores, una estrategia sobre cómo seguir, aunque la directora está en permanente contacto con nosotras", explica Rébori.
"Ahora, a mi compañera se le ocurrió armar un blog y estamos en eso. Porque sólo con el Whatsapp no podemos ver la producción de los chicos y así podríamos interactuar más con ellos y con sus familias. De todas formas, sabemos que no todos van a poder usar la herramienta del blog, por eso la pensamos como un complemento de lo que ya venimos haciendo", agrega la docente, quien está al tanto de los chistes que circulan en forma online sobre el rol de los maestros en esta pandemia.
"No es una tarea sencilla la que nos toca. Especialmente a las maestras de escuelas estatales, por lo general, con menos recursos. El maestro está tratando de buscar tareas, viendo como dar un seguimiento, buscando herramientas para acompañar tanto a los chicos como a sus familias. No estamos de vacaciones, como se lee en algunos chistes. Los maestros estamos y, en muchos casos, cumpliendo funciones que no nos corresponden, como ir a repartir alimentos a nuestra población más vulnerable", concluye Rebori.
Aunque por momentos se siente desbordada y falta de ciertas herramientas para acompañar a su hija menor en su proceso de aprendizaje en este tiempo tan especial, Claudia Rorai no pierde de vista que la suspensión de clases fue abrupta para todos. "Los colegios no estaban listos para esto. Creo que nadie lo estaba", considera Rorai, mamá de Martina, de 9 años, y de Facundo, de 14. Los dos asisten al Instituto La Salette, ubicado en Saavedra.
"Facu trabaja en una plataforma virtual que tiene el colegio desde antes de la pandemia. Aunque ahora se intensificó mucho su uso. Todo es por ahí. Como está en segundo año, es muy autónomo, aunque a veces se complica con las materias técnicas, como Electrónica. Por suerte, mi marido le explica. En cambio, con Martina la que se sienta soy yo. Ella hace todo sola, pero necesita que yo esté a su lado. Eso la tranquiliza. No hay que perder de vista que es un tiempo difícil para los chicos y el humor a veces no es el mejor", sostiene Rorai, quien cuenta que en el caso de Martina, recibe las consignas por mail en forma semanal. "Por ahora es todo repaso. Habrá que ver cuando comiencen los temas nuevos", agrega.
En el Instituto Arabe Islámico, ubicado en Floresta, los grupos de Whatsapp fueron la vía de comunicación elegida entre la institución y las familias. Una vez realizadas, las tareas deben enviarse a la docente para su seguimiento.
"El objetivo es que haya aprendizaje pero sin perder de vista que falta algo fundamental que es la interacción con el docente y entre los alumnos. Y no podemos pedir a la familia que sea docente porque ser docente requiere una preparación. Sólo les pedimos que acompañen a los chicos y les brinden las herramientas, pero que los dejen trabajar de la manera más autónoma posible", explica María Caride, directora de la institución.
"Creo que todo esto revaloriza el rol del docente. Muchas veces es una figura que no se valoriza. Se suele decir: ‘Bueno, ¿quién no es capaz de enseñar?’. Pero yo puedo googlear los síntomas de una gripe y eso no me convierte en médico. Cuesta que la sociedad mire al docente como un profesional. Esta es una buena oportunidad para empezar a hacerlo", reflexiona Caride.
Por su parte, Lila Pinto comenta que el Colegio Tarbut cuenta con experiencia en enseñanza remota pero de manera integrada con el modo presencial. "Las escuelas no tenemos experiencia en el home office. Hubo que hacer un esfuerzo para organizar el trabajo remoto. Construir otros lenguajes de gestión, organizar equipos de trabajo de otra manera. Cuando salgo a las 9 a aplaudir a los médicos, siempre pienso que mis maestros también se merecen un aplauso porque también ellos están aprendiendo", reconoce la directiva.
En esta tercer semana de suspensión de clases la institución se encuentra consolidando una estrategia basada en ocho ejes, que apuntan a la enseñanza no sólo académica, sino también de ciertas habilidades como la autonomía, la resiliencia, la autorregulación y la empatía, fundamentales para atravesar este momento (ver más abajo).
Adaptación y flexibilidad
Pero independientemente de las particularidades de cada institución educativa y de la población que a ella asista, el docente y Educador Innovador TED-Ed, Pablo Yafe, cree que hay tres puntos clave a la hora de pensar cómo debe acompañar la escuela a las familias que la integran. "El primero es no hacer de cuenta que no pasa nada, no hacernos los tontos ni ofrecer la ilusión de una normalidad estéril desabrigada de los avatares de nuestra excepcional coyuntura. La manera de acompañar es hablando de lo que pasa, con los tamices pedagógicos pertinentes, en el marco de nuestras materias y de nuestros espacios de reflexión. Hablar de los que nos pasa al interior de la Institución y hablar acerca del encierro, de este nuevo mundo, del miedo a la muerte", explica.
"En segunda instancia –agrega Yafe, también coordinador pedagógico del Colegio Tarbut y creador del video que la institución difundió-, creo que es fundamental que la comunidad educativa toda blanquee el carácter transitorio de sus pactos. Que los alumnos, familias, docentes y directivos sepan que esto es nuevo para todos, que debemos hacer lo mejor que esté a nuestro alcance, pero que debemos adiestrar una flexibilidad que nos permita aceptar que los ‘instintos’ pedagógicos que tuvimos hace tres días, pueden y deben ser repensados; y quizás incluso ameriten la corrección de rumbos y hasta la resignificación de misiones y objetivos. Por último, creo imprescindible sostener la potentísima capacidad de la institución escolar de generar sentidos, de traducir la historia, formar criticidad y encontrar trascendencia en el acto subversivo de existir", reflexiona el especialista.
A Liliana Gómez la suspensión de clases la sorprendió con su hijo mayor, Lautaro, comenzando primer año; con su hijo menor, Joaquín, habituándose a cuarto grado, y a ella misma iniciando el período de adaptación de sus alumnitos de sala de dos. "Ni el horario completo hacíamos en Jardín. Y de repente, todo es virtual. Es un desafío en una sala como la mía, en donde todo pasa por poner el cuerpo", sostiene Gómez, docente de jardín de infantes desde hace 27 años, quien se desempeña actualmente en el Jardín de Infantes N° 5 del distrito escolar 10, ubicado en Saavedra.
Gómez dice que Lautaro, el mayor, que asiste al Instituto Santa Ana y San Joaquín, de Belgrano, está aprendiendo a organizarse. "Pasó de las clásicas cuatro materias de la primaria a tener doce. A algunos de los profesores no llegó a conocerlos. Pero por suerte es muy autónomo. Joaquín requiere más mi presencia pero es lógico, porque todavía es chico", sostiene la docente. En ambos casos, el aprendizaje se vale de plataformas virtuales. "En el caso de Joaquín, que va a la Escuela N° 15, del distrito 10, de Saavedra, ya nos avisaron que en breve comenzarán con clases virtuales", agrega.
Para su labor docente, se vale de herramientas como Padlet, que permite compartir contenidos digitales en formato de carteleras virtuales. "Afortunadamente, con ayuda de la capacitadora, pudimos atravesar este primer tramo. Ahora la idea es comenzar a tener un vínculo de ida y vuelta con las familias. Pedirles fotos, presentarnos, proponerles actividades. Si bien ya veníamos capacitándonos en herramientas tecnológicas, la pandemia aceleró los tiempos", reconoce.
En cualquier caso, y sea por los medios que sea, lo esperable sería que este tiempo de estudio en cuarentena enriquezca la vuelta a clases. Pablo Yafe espera que algo de eso ocurra, por ejemplo, con los hábitos de higiene que estamos incorporando.
"Es posible que la preocupación actual por el cuidado obsesivo de nuestros cuerpos y de su higiene pueda traducirse al cuidado de nuestras mentes, de nuestros vínculos y del tejido social en general –analiza Yafe-. Sería deseable que este aprendizaje nos permitiera cuidar la escuela, cuidar a los docentes y sus condiciones materiales y espirituales de trabajo, a los alumnos y a sus familias. Despojarla de una lógica de demanda, de provisión servicio y lograr ese necesario corrimiento hacia el valor inexorable del aprendizaje. Heredar un cuidado que nos permita refrendar la irremplazable magia del vínculo entre un docente y su estudiante, allí donde se gestan las semillas de una buena parte de toda potencialidad humana."
Cuáles son las ocho estrategias para enseñar en tiempos de coronavirus que propone el Colegio Tarbut:
- Anticipar la propuesta de trabajo para toda la semana, por nivel
- Organizar una red de acompañamiento que interactúe de manera fluida con un grupo de alumnos
- Compartir con los alumnos las propuestas de trabajo académico, proyectos y actividades a través de plataformas digitales propias o de terceros, grupos de redes sociales. Consejo: contextualizar el sentido de las consignas
- Coordinar instancias de encuentro entre alumnos y docentes
- Retroalimentación formativa: involucra el feedback que los docentes ofrecen a los alumnos y otras estrategias de reflexión sobre lo aprendido: autoevaluación, evaluación entre pares, devoluciones grupales en base a los trabajos individuales, entre otras
- Diseñar junto con los equipos de orientación y las direcciones de nivel un esquema de seguimiento personalizado para acompañar a alumnos y familias
- Proponer propuestas culturales que permitan explorar otras maneras de ser, hacer y expresarse. Por ejemplo, visitas a museos virtuales, búsquedas del tesoro online, etc.
- Establecer los canales de comunicación más apropiados en función de las necesidades específicas de cada contexto y población
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