Coronavirus: el desafío de los padres separados para estar cerca de los hijos en tiempos de cuarentena
Diego Moreno es de los que siempre creyó en el poder sanador de los besos y los abrazos. Especialmente los de su hija Mercedes, de 13 años. Hoy, sin embargo, debe contentarse con los besos y abrazos virtuales, que se mandan a diario con su hija por WhatsApp –él desde la casa de su novia y ella desde el hogar que comparte con su madre- porque los otros, los reales, están contraindicados por culpa del nuevo coronavirus (Covid-19).
La imposibilidad de Moreno es compartida por muchísimos padres que, en tiempos de pandemia, deben ponerle pausa al derecho de estar en contacto con sus hijos a partir de que entró en vigor la cuarentena obligatoria. Si bien la letra del Decreto de Necesidad y Urgencia estipula ciertas excepciones, el espíritu de la norma es el mayor resguardo posible de toda la población para aplanar la curva de contagios.
Por otra parte, el alcance de la cuarentena está teniendo efectos nocivos en la economía, con un claro impacto en los ingresos de miles de argentinos, ya sean trabajadores informales, empresarios o empleados en relación de dependencia. ¿Qué ocurre si esos padres deben pagar una cuota alimentaria?
La extensión del período de aislamiento hasta después de Semana Santa hace que esta y otras preguntas resuenen más fuerte, sin una clara respuesta. En el caso de las familias con padres separados, el desafío es claro, cómo llegar a un adecuado punto de equilibrio entre diferentes derechos en pugna: el derecho a la salud, el alimentario y el referido a la comunicación entre padres e hijos.
Estar lejos para protegerla
La cotidianidad que Moreno mantenía con su hija antes de la pandemia no es la regla entre los padres separados: la retiraba todos los días de la semana del colegio, almorzaban juntos y además compartían el fin de semana cada 15 días. Hoy extraña horrores esa cotidianidad.
"El anuncio de la cuarentena nos tomó por sorpresa. Estábamos cenando en mi casa, en Caballito. Después de cenar la llevé a la casa de su mamá, en Villa Pueyrredón, y yo me vine a vivir a lo de Natalia, mi novia, que es a ocho cuadras de donde vive mi hija, como una forma de no pasar la cuarentena solo y además para estar cerca de Mercedes por si surge algo. Estar tan cerca y no poder verla es feo, horrible. Pero entiendo que es una manera de cuidarla", explica Moreno, que trabaja en forma independiente en electrónica automotriz y además toca el banjo en tres bandas de música: Gypsy Vanner, Calabian Brass y Barbosa Bros. "Como mucha gente, hoy prácticamente no tengo ingresos. Y el no saber cuánto va a durar la cuarentena me genera mucha incertidumbre. Si esto dura hasta mayo, no sé cómo voy a poder solventar los gastos de mi hija y los míos", agrega preocupado.
Moreno cuenta que ayer se acercó hasta la casa que su hija comparte con la mamá a llevarles dinero. "La madre de mi hija es empleada administrativa en una empresa y me contó que le bajaron el sueldo a la mitad. Está muy complicado… En lugar de depositarle el dinero, preferí acercarme para ver cómo estaban y entré a la casa. Fui con mucho temor. Estar sentados a más de un metro de distancia y no poder darle un abrazo para cuidarla es feo, horrible", reconoce.
Aunque la situación económica le genera muchísima incertidumbre, confía en que las cosas se recompondrán. "De esto se sale trabajando. El que labura, va a poder arrancar", agrega confiado vía WhatsApp, el mismo medio de comunicación que hoy le permite estar cerca de su hija a pesar de todo.
Preservar la salud física
El titular del Juzgado de Familia N° 25, Lucas Aon, cree que, en 32 años que lleva como juez, ninguna otra situación vivida se compara con nuestro presente. "Nunca tuvimos que enfrentarnos con una cuarentena de estas características. Es una situación impensada de la que no hay experiencia previa. Y las resoluciones que se están tomando tienden a preservar el derecho a la salud física", opina el magistrado, quien no desconoce las múltiples repercusiones que esta pandemia está teniendo por fuera del ámbito de la salud, como es el caso de la economía.
"El derecho alimentario es prioritario. Pero en esta situación, si se hace complicado el pago, es necesario ser flexibles. Esto vale tanto para quien tiene que pagar como para quien tiene que administrar. Obviamente, hay que privilegiar el pago, si no se puede todo, de lo que se pueda. Y quien recibe, tiene que administrar lo mejor posible. Después se revisará lo que se hizo en este tiempo", agrega Aon.
El derecho alimentario es prioritario. Pero en esta situación, si se hace complicado el pago, es necesario ser flexibles.
Por su parte, la investigadora del Conicet y experta en derecho de familia, Marisa Herrera, considera que no debe perderse de vista que estamos ante una situación de extrema responsabilidad que requiere, por sobre todas las cosas, de paciencia. "Como bien se dice 'la vacuna somos todos' y la responsabilidad social de cuidar a los niños de toda posibilidad de contagio es clara. Por lo tanto, los profesionales del derecho como así también de la psicología deberían colaborar en acompañar estas medidas al bajar las expectativas de litigio y contener la angustia que produce estar un tiempo sin poder abrazar un hijo. Además, no se debe perder de vista el avance de la tecnología que, si bien no reemplaza la presencia, el cara a cara, al menos permite tener una comunicación fluida a través de diferentes medios digitales", analiza Herrera.
Gracias a la tecnología, se acorta la distancia que hoy hay entre Fernando Bruni y sus hijas Valentina de 9 y Josefina de 6, que están pasando la cuarentena junto a Paz Cazaux, la mamá de las niñas.
Los profesionales del derecho como así también de la psicología deberían colaborar en acompañar estas medidas al bajar las expectativas de litigio y contener la angustia que produce estar un tiempo si
Psicólogo de profesión, Bruni sostiene que si un padre separado vive cerca de sus hijos, él le recomendaría que no se deje ganar por el pánico y que trate de mantener contacto sin transgredir las normas. "Lamentablemente no es mi caso. Ellas viven en Villa Pueyrredón y yo, en Palermo. Así que, anticipándonos a lo que iba a pasar, acordamos con la mamá que las chicas permanecieran todo el tiempo con ella durante la cuarentena. Sobre todo a medida que se fueron acortando las posibilidades de transporte, esta era la mejor manera de resguardarlas", sostiene.
Antes de la pandemia, él retiraba a las nenas del colegio entre una y dos veces por semana en forma alternada, permanecían con él hasta el día siguiente y las llevaba al colegio. Además pasaban juntos un día y una noche del fin de semana. El cambio con este presente de contactos virtuales es rotundo. "Todavía estoy haciendo el duelo por no verlas. Pero como padre me tranquiliza saber que estoy haciendo lo correcto. Si esto se extiende más de la cuenta, iremos viendo. La situación es muy dinámica y habrá que ir viendo sobre la marcha", agrega.
Cazaux concuerda en que la permanencia de sus hijas con ella fue la mejor decisión para todos. "Las tres tenemos una rutina. Cuando tengo que trabajar, ellas se arman sus juegos. Por suerte Valen me ayuda un montón. Jose a veces se aburre un poco, pero las dos entienden que el trabajo es importante", agrega Cazaux, psicopedagoga de profesión y coordinadora general de una institución que trabaja con chicos con discapacidades.
Hasta el momento, el medio de comunicación de las chicas con su padre han sido las videollamadas. "Mantienen más o menos la misma regularidad de contacto que cuando lo veían. Además las llaman los abuelos paternos y también la tía paterna. Están en contacto con todos", afirma.
Otras alternativas
Si bien, en un principio, el decreto 297/2020 que estableció el aislamiento obigatorio generó dudas en lo que respecta a la situación de los hijos de padres separados, una resolución posterior, la 132/2020, la enmarcó dentro de los casos excepcionales.
"La restricción prevista en el DNU no se aplica si cuando entró en vigencia, el niño se encontraba en otro domicilio del que tiene su centro de vida o es el más adecuado para cumplir con la cuarentena. (…) Además, no se aplica si alguno de los progenitores por razones laborales, asistencia a otras personas u otras causas de fuerza mayor tienen que ausentarse del hogar. (…) También la normativa tiene en cuenta las cuestiones de salud, en cuyo caso se podrá trasladar a niños y adolescentes a la casa del otro progenitor, siempre priorizando la no circulación", puede leerse en el sitio web del Gobierno.
Fuentes del ministerio del Interior aseguraron a este medio que, hasta el momento, no se abrieron causas por violación de cuarentena cuando se trató de padres trasladando a sus hijos.
Lo cierto es que la prórroga del período de aislamiento, anunciada el domingo último, es vivida con angustia por muchos padres impedidos de ver a sus hijos. Fue, justamente, la prolongación de ese escenario incierto lo que generó que Alejandra Seminara y Javier Frazzetto, separados hace 5 años y padres de Jazmín de 9, buscaran una alternativa más llevadera para todos.
Hasta el sábado último, la desesperación le ganaba por momentos la pulseada a Seminara, quien vive con Jazmín en Villa del Parque. "Al ser empleada de comercio, me bajó mucho el sueldo y los gastos eran cada vez más elevados. Además, estaba sola para todo: el trabajo, las tareas de Jaz, la limpieza de la casa", recuerda.
Fue entonces cuando Frazzetto le propuso que fueran ambas a pasar la cuarentena con él. "Antes no nos llevábamos bien, por algo nos separamos. Pero ante esta situación tan excepcional, los dos pudimos guardarnos el ego en el bolsillo y entender que esta era la mejor opción", reflexiona Alejandra.
En diálogo con LA NACIÓN, Frazzetto -empresario en los rubros alimenticio y de transporte, y además productor agropecuario- cuenta que otro de los motivos que lo llevó a tomar esta decisión fue la certeza de saber que, durante el período de aislamiento, iba a ser cada vez más difícil ver a su hija. "Lo más lógico era acompañarnos en esta situación. Estamos en un momento muy complicado, del que sólo podremos salir entre todos, lo digo a nivel personal como a nivel social. Tenemos que poder sostenernos mutuamente y pasar este tiempo de la mejor manera posible, en un contexto sumamente preocupante", sostiene.
"Yo sé que puedo con todo, pero mejor pasar este momento en familia –agrega Seminara-. Jazmín está feliz, aunque sabe que una vez que pase la cuarentena, nos volvemos a casa. Pero en una situación tan compleja como esta, lo mejor es dejar las diferencias de lado y aliarte con los tuyos."
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