Cómo se sostienen las ONG sobre las que se apoya el Estado para difundir la búsqueda de personas perdidas
Missing Children Argentina y Personas Perdidas articulan con comisarías, fiscalías, juzgados y el sistema nacional; en muchos casos, como ocurrió con Loan, son los primeros en lograr la viralización de las imágenes de niños, adolescentes y adultos desaparecidos; pero su operación depende de unos 30 voluntarios
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El teléfono de Ana Rosa Llobet suena constantemente mientras habla con LA NACION. Ana Rosa se disculpa y dice que desde que se inició la búsqueda de Loan Peña, el niño de 5 años desaparecido en la provincia de Corrientes, cada día que pasa, más gente se se quiere contactar con Missing Children Argentina, la organización que preside desde 2020.
“Es como si la gente hubiera descubierto que existimos”, dice la mujer en relación a esta ONG nacida en 1999 y que se sostiene únicamente gracias al trabajo voluntario de 18 personas, siete de las cuales viven en Bahía Blanca. Ella es una de esas siete. “Mucha gente cree que, tal vez por nuestro nombre, somos la filial local de una organización internacional que nos respalda con recursos, pero no. Esto se sostiene a pulmón. Usamos nuestras computadoras, pagamos nuestros celulares. Ni siquiera tenemos sede”, grafica Ana Rosa.
A pesar de todas estas limitaciones materiales, Missing Children Argentina es hoy un recurso sobre el que se apoyan comisarías, juzgados, fiscalías y hasta el propio Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (Sifebu) para difundir la búsqueda un niño, una niña o un adolescente que desaparece.
De hecho, no es la única organización no gubernamental con la que el Estado articula. Ocurre lo mismo con Personas Perdidas, el brazo de la Red Solidaria que difunde no sólo casos de niños, niñas y adolescentes, sino también de adultos. Este detalle no sólo habla de la seriedad y la trayectoria de las organizaciones sino también de la falta de estructura del Estado para viralizar cada búsqueda que se presenta.
“Las búsquedas de personas perdidas nos llegan por redes, canales de comunicación, por organizaciones amigas y por distintos organismos del Estado”, explica Martín Giovio, miembro de Red Solidaria, quien agrega que la articulación con el Estado se remonta al comienzo de la organización. “Desde nuestros inicios que estamos en constante comunicación con los distintos organismos que intervienen en la búsqueda”, agrega
Tanto desde sus sitios web, así como también a través de sus redes sociales, ambas organizaciones contribuyen con la difusión de las búsquedas de personas desaparecidas, el seguimiento de los casos y la contención de las familias en forma voluntaria y sin perseguir ningún tipo de fin de lucro. Este trabajo se vuelve crucial cuando la tarea de buscar se extiende por años y las familias sienten que se quedan solas en la búsqueda. Por hacer lo que hacen, tampoco reciben ningún tipo de aporte o subsidio estatal.
Cuando describe el trabajo que realizan en Personas Perdidas, Martín Giovio cuenta que la tarea depende de un grupo de 15 personas que van cumpliendo diferentes roles. “Abrazar a la familia, contenerla, que sepan que no están solos, difundir las imágenes por todas las redes y estar, lo mas cerca posible, de cada familia”, enumera.
Actualmente no existe un número oficial que sea certero sobre la cantidad de personas efectivamente desaparecidas en la Argentina. A partir de un pedido de acceso a la información hecho y analizado por LA NACION Data, en abril de 2023 el Sifebu tenía 21.894 búsquedas vigentes a ese momento. De este total, más de la mitad (11.493) buscaban niñas, niños o adolescentes.
Sin embargo, una porción de esas búsquedas han sido resueltas y no se dieron de baja del registro del Sifebu por distintas razones: a veces, porque la persona aparece y la Justicia no se entera. Si bien LA NACION pudo saber que las autoridades están depurando ese registro, al día de hoy, el número real es un enigma. Existe un consenso entre funcionarios, especialistas y referentes de ONG acerca de que el número total rondaría las 10.000 personas.
En el marco de una investigación sobre mujeres desaparecidas realizada en 2023, fuentes del Sifebu reconocieron ante LA NACION que articulan con Missing Children Argentina y con Personas Perdidas para difundir las búsquedas. Este medio se comunicó con el organismo para conocer más detalles sobre esa articulación pero al cierre de esta nota no había obtenido respuesta.
“Nos entran mensajes a toda hora”
Este año, Personas Perdidas y Missing Children Argentina cumplen 25 años de trayectoria. “En 1999 sonó el teléfono de Red Solidaria. Un hombre había dejado a sus cuatro hijos en el colegio y desde ahí su familia no supo nada más. Se había perdido en La Pampa. A las tres semanas apareció caminando en Chamical, La Rioja“, recuerda Martín.
Cuando la lista de personas perdidas llegó a 33, en la agrupación dijeron: “Esto nos excede”, agrega Giovio. Y fundaron Personas perdidas. Desde entonces, llevan difundidas 1352 historias. “Ahora buscamos a 410 adultos, 136 son mujeres. Y seguimos buscando a 99 chicos y chicas”, puntualiza.
Missing Children Argentina también nació en 1999, presidida entonces por María Marta García Belsunce. “María Marta viajó entonces a los Estados Unidos para ver cómo trabajaba Missing Children. Cuando volvió, fundó la organización y quiso ponerle ‘Chicos perdidos de Argentina’. Pero como existía ya una organización con ese nombre, no se pudo. Y optó por el nombre que tenemos”, explica Ana Rosa, quien atiende personalmente el número de contacto de la organización. “A la noche tengo que apagar el teléfono, porque nos entran mensajes a toda hora”, dice.
Missing Children Argentina difunde desapariciones que le llegan de comisarías, fiscalías, juzgados y del Sifebu. Lo hace a través de su sitio web y de sus redes sociales. En paralelo, la organización tiene alianzas con diferentes empresas que difunden las imágenes en sus productos.
“A veces, las propias familias nos piden ayuda. Si tienen hecha la denuncia en una comisaría, difundimos esas búsquedas también”, puntualiza Ana Rosa. Por día, reciben entre cuatro y cinco denuncias. Desde sus inicios, han difundido 17.937 desapariciones. Actualmente, hay activas unas 110.
Cada nueva denuncia es derivada a un voluntario para que le dé seguimiento: hablar con la familia si la búsqueda llegó por otro canal, o con la comisaría o la Justicia, si llegó por otra vía. “Por lo general, en los juzgados y las fiscalías nos atienden bien, porque saben que somos serios. Con las comisarías suele ser más difícil. A veces, si la persona que tomó la denuncia no está, no saben de qué les estamos hablando”, dice Ana Rosa.
Cada voluntario tiene asignado un número de casos a los que les da seguimiento periódicamente. “Muchas veces, cuando los chicos aparecen, no nos avisan. Y tener circulando la imagen de un chico que apareció es muy dañino para él. Así que todo el tiempo estamos verificando que las búsquedas sigan activas”, explica.
Ana Rosa reconoce que, en ciertos picos de trabajo como el actual, les hacen falta más voluntarios. “Pero somos sumamente cuidadosos al sumar gente. Tenemos que conocerla bien, ya que manejamos información muy delicada. Esta tarea no es para cualquiera”, concluye.
A dónde llamar si tenés un dato sobre alguna persona perdida:
- Podés escribirle al Ministerio de Seguridad haciendo click en este link o llamando a la línea 134.
- Podés llamar al 911.
- Si hay sospechas de que el caso está vinculado con trata de personas, se puede llamar a la línea 145 de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas
- Si se trata de un niño, niña o adolescente, podés comunicarte con la organización Missing Children al 0800 333 5500
- Si la persona es adulta, podés comunicarte con Personas Perdidas vía WhatsApp al 11-4915-9470 o por Instagram a @personasperdidas.
Más información
- Si querés saber qué es lo que hay que hacer durante las primeras horas de desaparición de una persona, podés entrar a esta guía de LA NACION con toda la información necesaria sobre cómo proceder.
- La investigación especial “Qué les pasó a las 5000 mujeres perdidas que el Estado no sabe cómo buscar”, hecha por LA NACION en marzo pasado, visibiliza las ineficiencias de policías, fiscales y jueces para buscar a las mujeres desaparecidas.