¿Cómo se puede prevenir el bullying?
La familia y el equipo docente de las escuelas son los principales encargados de estar alertas y frenar progresivamente el bullying
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Prevenir la violencia y el bullying entre los chicos y las chicas no puede ser un hecho aislado y circunstancial, sino que por su magnitud requiere un abordaje integral y un trabajo conjunto de las familias y las escuelas. Según cifras de la evaluación Aprender 2017, seis de cada 10 chicos y chicas en edad escolar dijeron haber presenciado casos de humillación entre pares, discriminación por alguna característica personal o familiar (desde su religión u orientación sexual, hasta nacionalidad o aspecto físico) y violencia.
El bullying deja heridas profundas y consecuencias a largo plazo no solo en el niño, la niña o el adolescente que lo sufre, sino también en quien agrede. Quien hace bullying está buscando éxito y reconocimiento a través del miedo y la manipulación, y cuando lo logra, ese aprendizaje no es bueno porque termina incorporando un modelo errado de cómo manejarse en la vida.
El acoso, la exclusión y la manipulación traspasan el cara a cara de la escuela o el club, se dilatan de manera virtual en las redes y pueden volverse constantes. El cyberbullying es una de las formas de hostigamiento más usada por los adolescentes y que se transforma en una experiencia altamente dolorosa para muchos chicos. La violencia es una conducta aprendida y que, por tanto, puede desaprenderse.
Por eso, la intervención de los adultos (padres, escuela y, en muchos casos, de un profesional) a la hora de resolver la problemática del bullying es fundamental. Si bien para los padres enterarse que su hijo o hija es víctima de acoso es angustiante y doloroso, el primer paso será hablar con él y lograr que cuente lo que le pasa.