Combatir fobias o enseñar tenis, inusuales misiones de ayuda
En un tercer sector cada vez más diversificado, hay organizaciones que abarcan todas las necesidades, incluso las más impensadas
Un grupo que cuida a los gatos del Jardín Botánico de Buenos Aires, otro que ayuda a personas a superar sus fobias. Personas que enseñan tenis a gente con disminución visual y otras que cooperan para acercar la tecnología a los artistas y a los más chicos en las escuelas.
Todas son instituciones que manejan causas fuera de lo común. Esas de las que no escuchamos todos los días. Como Fobia Club, un lugar para tratar trastornos de ansiedad con una premisa particular: los cursos -gratuitos- están coordinados por ex pacientes que ahora son voluntarios.
"El impulso nos lo dieron los pacientes recuperados, que querían retribuir lo que les habíamos dado. Así, los capacitamos e hicimos un grupo de coordinadores que, guiados por profesionales, se dedicaron al acompañamiento terapéutico", cuenta el doctor Gustavo Bustamante, de la fundación Fobia Club.
Así se formó un club integrado por los pacientes y por más de 100 profesionales y coordinadores en todo el país, donde afirman que la clave para tratar las fobias es la exposición.
"Encerrado en un consultorio el paciente se rehabilita parcialmente. Hacemos actividades de exposición grupal con personas que tiene esa dificultad. Ahí actúan los coordinadores: la clave del éxito está dada en que son personas que padecieron el cuadro, que cuentan con un bagaje que es único, que generan empatía con el paciente y nos permiten contar con una información extra que el profesional, como no lo padeció, muchas veces no puede desarrollar para entenderlo", explica Bustamante.
Tenis para ciegos
En los más de 30 años como profesor de tenis, Eduardo Raffetto jamás imaginó que iba a crear la Asociación Argentina de Tenis para Ciegos. Fue culpa del "destino" o de una especie de "varita mágica" que hizo que Eduardo emprendiera esta hazaña cinco años atrás.
"Salía del centro donde daba clases y me paró una mamá con dos nenas ciegas para preguntarme si podían practicar tenis. Ese mismo día busqué en Internet alguien que lo haya implementado y encontré una asociación en Japón que daba clases para personas con disminución visual", relata Eduardo.
Desde Japón le enviaron un manual para empezar a aplicar en la Argentina. "No sabía cómo tratar a personas con discapacidad visual -asegura Eduardo-. Entonces me tuve que capacitar con profesionales de la discapacidad visual, traduje el manual japonés para ver si era viable y formamos un grupo de profesores."
Hoy, la asociación -única en América del Sur- brinda clases gratuitas de tenis en las cinco sedes que tiene en el país. "¿Cómo damos clases? En sí la dinámica de lo que es la enseñanza no cambia, sí como nosotros le enseñamos a una persona ciega a pegarla a la pelota, cómo correr, entre otras cosas", dice Eduardo.
El caso de Victoria Bembibre fue distinto al de Eduardo. Ella quería involucrarse para entender y ayudar en la realidad del otro y, como le gustaban los animales, se unió como voluntaria a lo que hoy es la Asociación Gatos Botánico.
"Empezó como un grupo informal, barrial, que iban a alimentar a los gatos, y en 2010 se formalizó la asociación -dice Victoria-. Contamos las historias de los gatos que viven en el jardín de manera lúdica, para concientizar a la gente que adopte gatos más adultos y que no abandone a estos animales en el parque."
Hoy hay alrededor de entre 30 y 50 gatos que viven en el jardín, de los 400 que lo habitaban cuando empezaron la asociación. "Hacemos recorridos de alimentación todos los días del año, castramos a los gatos para evitar que crezca la población, hacemos campañas de adopción online y trabajamos en conjunto con los vecinos del barrio", asevera la voluntaria.
Los integrantes de Cambá también decidieron trabajar en conjunto. Crearon una cooperativa de trabajo, con la que dan talleres de electrónica y robótica en diferentes escuelas del país.
"Somos un grupo de desarrolladores de softwares, técnicos y artistas, que hacemos proyectos independientes, ayudamos a artistas visuales que requieran cierta programación para sus obras y creamos "De mentes libres", proyecto educativo donde difundimos el uso del software y hardware libre, y el trabajo grupal y colaborativo", cuenta Neto Licursi, socio de la cooperativa.
Así, los chicos visitan escuelas dando talleres itinerantes, donde la consiga es que creen una máquina real o imaginaria, que se dispare de la imaginación y que se pueda concretar. "Impulsamos este proyecto porque estamos convencidos de que la mejor manera de hacer las cosas es en grupo", sintetiza Neto.ß
Cómo colaborar
Fundación Fobia Club
www.fobiaclub.com
Asoc. Gatos Botánico
www.facebook.com/hacefelizaungato
Asociación Argentina de Tenis para Ciegos
www.tenisparaciegos.org
Cambá
www.camba.coop