El 35% de las personas que llaman a la línea de asistencia del Gobierno porteño es por consumo de esa droga; este año se comunicaron chicos desde los 13 años; ¿por qué son pocas las mujeres que se comunican?
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Como un baldazo de agua helada. Así sintieron los padres de Francisco las palabras del médico de guardia que acababa de atender a su hijo de 22 años después de que se descompensara en el living de la casa familiar y terminara con una convulsión.
Lo de su hijo no había sido producto de un cuadro de epilepsia jamás diagnosticado sino una intoxicación por consumo de cocaína. “Suponíamos que fumaba marihuana cuando se veía con amigos, pero esto no”, reconoció la pareja, con tono de incredulidad por lo que estaba escuchando.
“Esto” era, en realidad, un consumo persistente que había comenzado un año antes, según reconoció después Francisco. Ese consumo venía tensando su vínculo con el mundo: había dejado de estudiar, no tenía planes de trabajar y las discusiones con su familia eran permanentes.
Marcos, en cambio, había empezado a consumir sustancias a los 15 años, cuando comenzó a robarle medicación psiquiátrica a su abuela. Para cuando su mamá lo descubrió, un año más tarde, ya había experimentado con otras drogas, como marihuana y cocaína.
Lo de Clara, de 19, se supo después de que dos pastillas que tomó en una fiesta electrónica le “pegaran” muy mal y la descompensaron. Terminó en la guardia con hipertermia. Llevaba dos años consumiendo cocaína sin poder decírselo a nadie.
Cocaína, la sustancia que más lleva a pedir ayudar
Lo dicen los especialistas: ante la baja percepción de riesgo que suele haber sobre sustancias como el alcohol o la marihuana, es frecuente que el consumo de cocaína sea lo que dispare un primer pedido de ayuda.
El último Boletín Epidemiológico de la Dirección General de Políticas Sociales en Adicciones de la Ciudad de Buenos Aires lo confirma: la cocaína es la principal sustancia por la que las personas se comunican a la línea 108 opción 3 del Gobierno porteño, que recibe llamadas de personas en situación de consumo o de allegados de alguien que consume en busca, sobre todo, de ayuda para empezar un tratamiento. Representa el 34,9% de las sustancias mencionadas.
“Cuando el consumo de cocaína se vuelve frecuente, la persona se empieza a preocupar y llama. Quizás, antes de la cocaína, venía consumiendo, tal vez por años, alcohol o marihuana, pero jamás consultó por esos otros consumos porque están más naturalizados socialmente”, explica Jésica Suárez, a cargo de la mencionada Dirección, que depende del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad.
¿Por qué las mujeres no piden ayuda para ellas?
El informe, que toma los llamados recibidos entre enero y junio de este año, registra un crecimiento del 24% en un año: 1683 llamados contra 1356 en el mismo período de 2022. Y aporta datos interesantes sobre esta población. Por ejemplo, que cuando la persona llama para pedir ayuda para sí misma, en el 70% de los casos son varones. En cambio, cuando quien llama busca ayuda para alguien más, en el 75% de los casos son mujeres, en su mayoría, madres que entienden que un hijo o hija está en problemas.
El hecho de que no pidan ayuda para sí mismas no quiere decir que las mujeres no consuman sustancias, sino que tiene que ver con los prejuicios que pesan sobre las adicciones. “Sobre la mujer adicta pesa un doble estigma. Ya de por sí hay un prejuicio social generalizado contra las personas que consumen. Pero si esa persona es mujer, se le suma otra condena, ya que, socialmente, las mujeres están muy asociadas a los roles del cuidado. Entonces está esa idea de que una mujer que consume no puede cuidar. Y si, además, tiene hijos, muchas veces ocurre que no pide ayuda por miedo a que se los saquen”, analiza Suárez.
El reporte señala que, en la mayoría de los casos, las personas que requieren ayuda se encuentran en situaciones de policonsumo. Consumen regularmente alcohol y cocaína, o alcohol, marihuana y cocaína, o alcohol y marihuana, por ejemplo. Aunque quizás llamen puntualmente por una sustancia que les genera preocupación.
Después de la cocaína, las sustancias que más mencionan, son el alcohol, la marihuana y la pasta base. Aunque hay algunas variaciones según el género. En el caso de las mujeres, la cuarta sustancia consumida más declarada a la hora de llamar es el crack. También es más alto entre mujeres la ingesta de sedantes, tranquilizantes y depresores.
La mayor parte de las llamadas provienen de las comunas de la zona Sur de CABA. Que la demanda sea más elevada en esa zona es un dato que no desconocen los médicos. Carlos Damin, el jefe del servicio de Toxicología del Hospital Juan A. Fernández, que cuenta con tres dispositivos para el tratamiento de las adicciones, se lo decía a LA NACION hace algunas semanas: “Necesitamos otro servicio de estas características en la zona Sur de CABA”.
Llaman chicos y chicas desde los 13 años
La opción 3 de la línea 108 funciona todos los días, las 24 horas. Ofrece atención a las personas que están en consumo, ya sea conteniéndolas, si es que están pasando por alguna situación de crisis, o derivándolas a espacios de tratamiento. Las pueden referenciar a centros propios o con los que el Gobierno porteño tiene convenio, una vez que el Centro de Admisión las evalúa.
“Si la persona está en condiciones de acercarse a alguno de nuestros espacios para ser evaluada, le pedimos que se acerque. Pero a veces ocurre que tiene miedo de cruzarse con alguien que la conozca. En esos casos la derivamos a algún espacio en otro barrio, o bien se hace la evaluación en forma virtual”, explica Suárez.
La funcionaria agrega que el equipo que trabaja allí está compuesto por psicólogos y operadores socioterapéuticos y que, a principios de este año, sumaron otra vía de contacto: Boti. “Es una opción pensada, sobre todo, para los más jóvenes, que quizás son más reacios o por diferentes motivos no pueden llamar. Basta con poner alguna palabra relacionada con el consumo de sustancias para que el sistema derive con operadores de esta línea que ofrecen, incluso, la posibilidad de llamar a la persona”, amplía.
Si bien la mayor parte de las llamadas que llegan son hechas por personas que tienen entre 25 y 49 años, durante el primer semestre se contactaron chicos y chicas desde los 13 años. Del total registrado, unos 242 llamados fueron realizados por chicos y chicas de entre 13 y 24 años. Este número es un 10% superior al registrado en el primer semestre de 2022. Unos 94 llamaron pidiendo ayuda para sí mismos mientras que en el resto de los casos se trató de llamadas indirectas, es decir de familiares o allegados de algún chico en situación de consumo.
En este segmento de edad, el de los que tienen entre 13 y 24 años, la sustancia por la que más se llama también es la cocaína (29,83% del total), seguida por marihuana (25,06%) y paco (17,54%). También se menciona consumo de crack, barbitúricos y benzodiazepinas, entre otros.
El pico de llamados, siempre dentro de este segmento, se dio a los 16 años, con un 10,33% del total, seguido de los 17 y los 18, con cerca de un 10% del total de comunicaciones para cada caso. Y la diferencia por género replica los porcentajes generales: el 62,4% de los que piden ayuda son varones contra 12,8% de mujeres (el resto no informó género).
Suárez explica que el sistema está logrando cubrir el 100 % de las llamadas que reciben, que varían según la hora y el momento del día. “La mayor demanda por tratamiento la tenemos de lunes a viernes desde la mañana y hasta la tarde. Durante la noche y los fines de semana, recibimos llamados de personas que están en crisis, ya sea porque están en consumo y se alarmaron por algún síntoma, o porque el lugar en el que reciben tratamiento está cerrado y tienen alguna situación que no están pudiendo controlar bien. En esos casos brindamos contención”, concluye.
Dónde pedir ayuda:
–La línea 108 opción 3 funciona todos los días, las 24 horas. También se puede acceder al servicio vía chat, a través de Boti, escribiendo cualquier palabra que remita a un consumo problemático
–El Hospital Fernández está en Av. Cerviño 3356, CABA. Su servicio de Toxicología tiene guardia todos los días, las 24 horas. Los consultorios externos funcionan de lunes a viernes de 8 a 20 y la atención de primera vez es por demanda espontánea. Teléfonos: (011) 4808-2655 o 4801-7767.
–Línea 141: Es un servicio telefónico de primera escucha y asistencia inmediata de la Sedronar. Es anónimo y gratuito, funciona las 24 horas, los 365 días del año. Brinda información, atención y acompañamiento para situaciones de consumo de sustancias. Cuenta, además, con contención diferenciada para los familiares y entornos afectivos que realizan consultas.
–Narcóticos Anónimos: brinda atención de manera libre, gratuita y confidencial las 24 horas del día a través de su línea: 0800-333-4720. WhatsApp: 1150471626. Desde su página web se puede asistir a una reunión virtual.
–Fundación Niños sin Tóxicos: Fundartox realiza prevención, diagnóstico, asistencia e investigación vinculadas a vinculadas al consumos problemático de sustancias de sustancias psicoactivas; también brindan acompañamiento y asesoramiento a familiares. WhatsApp: 11-4404-8004; https://fundartox.org
–Fundación Manantiales: se dedica a la investigación y tratamiento de personas con adicciones. Por la emergencia sanitaria, ofrecen grupos gratuitos para quienes tienen problemas de adicciones y familiares de forma online. Comunicarse por WhatsaApp al 11-5582-4000 o al 11-2655-8000.
–Para informarte sobre más lugares donde pedir ayuda, a qué señales hay que estar alertas y cómo acompañar a un familiar, podés navegar la guía de LA NACIÓN sobre adicciones.