Día de la solidaridad: una cadena de favores donde todos pueden hacer algo
Magalí Duarte y sus cinco hijos perdieron la casa donde vivían por un incendio y terminaron en la calle, durmiendo en un colchón cerca de la estación de subte Leandro N. Alem. Un día, entre tantas personas que pasaban indiferentes, alguien se detuvo y les preguntó cómo habían llegado hasta ahí. Era un lunes de mayo de 2017 y Alejandro Repetto (55) volvía de trabajar en su estudio de abogados cuando decidió acercarse. Magalí no tenía techo ni trabajo y sus hijos habían abandonado la escuela. Hoy, los Duarte viven en un departamento, los chicos están escolarizados y ella consiguió un empleo estable.
Alejandro, que trabaja full time y es papá de tres hijos, admite que él solo no hubiera podido cambiarle la vida a esa familia, tanto por los recursos económicos que hacían falta como por la disponibilidad de tiempo. Sin embargo, hubo un factor clave que lo hizo posible: el ecosistema colaborativo y solidario de Saun que reúne, guía y empodera a quienes se proponen cambiarle la vida a otra persona.
Este espacio de articulación social –que acaba de lanzar una nueva plataforma– ya logró impactar de forma positiva en 150 personas en situación vulnerable, en más de cuatro países, alcanzando una recaudación de 160.000 dólares que fueron destinados a casos específicos.
Con la ayuda de Saun, Alejandro encontró lo que necesitaba: herramientas de comunicación, una red de personas dispuestas a colaborar y los recursos para la recaudación de fondos. Así, se convirtió en una de las 2000 personas que ya acudieron a esta plataforma para impulsar una campaña solidaria. Detrás de cada una de ellas se esconde una historia de vida diferente, desde un niño sin acceso a la salud que necesita operarse para recuperar su movilidad hasta una familia de refugiados recién llegada al país y sin ningún tipo de contención.
¿Cómo funciona esta metodología? Alguien decide ayudar a otra persona y activa un caso. Saun lo aprueba de acuerdo a determinados parámetros y brinda guías con consejos prácticos y los pasos a seguir para que la campaña sea exitosa (por ejemplo: estrategias de comunicación o tips para recaudar fondos). Luego, se comunican los objetivos del caso en la plataforma online y las personas, empresas y entes públicos pueden elegir diferentes roles para sumarse y formar parte de un equipo Saun.
Las opciones para involucrarse son variadas, cada quien elige en qué caso participar y cómo hacerlo. Entre las distintas alternativas las personas pueden realizar tareas voluntarias, comprometerse con un aporte económico, ser influencer o creativo de la campaña, sumar a su empresa, convertirse en el mentor de un caso, aportar sus conocimientos profesionales, facilitar una red de contactos, entre otras.
Fue esta articulación la que permitió que Alejandro consiguiera un hogar para la familia de Magalí. "Al poner el caso en la plataforma de Saun, pudimos formar un equipo de cinco personas que se sumaron en diferentes tareas. Para estar coordinados, además de reunirnos, armamos un grupo de WhatsApp", cuenta este hombre que empezó ayudando a los Duarte donándoles la ropa que había sido de su hija Margarita, quien falleció a los 5 años y cuyas cosas habían quedado intactas desde su partida.
Dentro de este grupo de colaboradores, que también integra la mujer de Alejandro, uno de sus miembros consiguió el departamento que hoy le prestan a Magalí y sus hijos. Alguien más se movilizó para encontrarle trabajo a ella dentro de su empresa, realizando tareas de limpieza una vez por semana.
Además, se encargaron de gestionar el DNI y las partidas de nacimiento de los niños, realizarles los controles de salud y lograr que retomen la escuela. Hoy este grupo sigue ayudando a los Duarte y comparten momentos importantes en sus vidas como actos escolares, cumpleaños y festejos navideños.
"El impacto crece cuando trabajás en red y se vuelve todo mucho más fácil. Lo más lindo son los abrazos que nos dan los chicos y saber que ya no pasan frío en la calle", dice Alejandro.
Gracias a la plataforma de crowdfunding de Saun, hoy cuentan con el apoyo de 5.000 pesos mensuales para destinar al sostenimiento de esta familia que sigue luchando por salir adelante.
"Al mediodía los chicos comen en la escuela pero a la noche pasan hambre, estamos haciendo lo que podemos para ayudarlos. Nos gustaría conseguirle más horas de trabajo a Magalí o a su pareja que se las rebusca cartoneando", sueña en voz alta Alejandro.
Emprendedores con vocación de servicio
¿Cómo surgió este proyecto de impacto social? Todo empezó en 2014, cuando Gonzalo Erize (33), estaba viajando por el mundo y conoció en Laos a Saun, un chico de 11 años que sufría una enfermedad que afectaba su colon. Decidió invertir todos sus ahorros y mover su red de contactos para financiar la operación que le salvó la vida. Saun fue la primera historia de esta organización a la que pronto se sumaron otros dos emprendedores con vocación de servicio: Sebastián (38) y Tomás Méndez Trongé (31).
"Cuando la gente quiere ayudar a otro, se le presentan muchos no. No tengo recursos, no tengo tiempo, no tengo los contactos, no tengo la accesibilidad a ciertas cosas. Entonces Saun lo que hace es dar respuesta a todas esas carencias. Nosotros no resolvemos el caso, sino que lo resuelve el mismo ecosistema colaborativo basado en la articulación", explica Erize.
Para ello, las personas que eligen sumarse a un caso, se ponen en contacto directamente con el líder de ese equipo a través de la web. Existe un rol muy importante que es el del mentor, previamente capacitado por los fundadores de esta metodología, que acompaña al líder en todo el proceso y mantiene informado a Saun sobre los avances del caso.
¿Por qué este emprendimiento ya movilizó a tanta gente? Para Tomás Méndez Trongé se debe a que "ayudar es adictivo". "Nosotros hablamos de cambiarle la vida a una persona en situación vulnerable pero cuando ayudás, hay dos vidas que se transforman, la tuya y la del otro. Una de las cosas que hizo que crezcamos fue mostrar el impacto que se genera a través de los casos", sostiene. Y agrega: "Compartir cómo se transforman las historias de la gente contagia a que muchos se quieran sumar" .
Sobre este punto, Sebastián enfatiza: "La idea es que si te interesa cambiar la realidad, seas vos el protagonista. Nuestro llamado es bien concreto: ¿Qué estás haciendo para que eso que te duele cambie? ¿Cuál es tu acción?". Y concluye: "No hay ‘no’ que valga, porque siempre existe alguna cosa que podemos hacer desde nuestro lugar".
Para saber más:
Pasá a la acción: www.saun.org