Cada vez más escuelas crean conciencia sobre la igualdad de género
WISCONSIN. - En una helada mañana en Madison, Wisconsin, la escarcha bordea las ventanas y la docente Erin Vogel lee en voz alta frente a su clase de segundo grado de la Escuela Primaria Crestwood.
La historia trata sobre Rojo, un crayón confuso cuyo nombre no coincide con su color real: todo lo que dibuja sale azul. "Era rojo", dice Vogel, "pero no era muy bueno en eso". Entonces, se vuelve hacia sus alumnos, sentados sobre coloridas esterillas en el suelo del aula, y les pregunta de qué piensan que trata la historia. "Trata de que no importa quién sos por fuera", dice Kate, una alumna. "Si ven que es rojo, pero que realmente pinta azul, entonces solo tienen que pensar, ‘Bueno, él es diferente’", agrega.
Esta es una conversación usual, parte de una amplia iniciativa del Distrito Escolar Metropolitano de Madison para combatir la intimidación y el acoso, fomentando la empatía y la inclusión e incorporando a sus enseñanzas temas sobre la igualdad de género en la educación primaria. Y no son los únicos. Madison forma parte de un abanico de esfuerzos de escuelas de Estados Unidos, grandes y pequeñas, para erradicar el sexismo antes de que se arraigue y se manifieste en los puestos de trabajo, y para prevenir el abuso o la violencia doméstica, en pleno auge del movimiento #MeToo.
Cada vez más instituciones se suman: la idea es darles a los estudiantes la oportunidad de pensar en la inclusión y la diversidad a medida que aprenden a leer, escribir y resolver problemas matemáticos.
Romper estereotipos
"Estos niños están creciendo con la conciencia de que existe un desequilibrio de poder en nuestra sociedad, y se enfrentan al desafío de descubrirlo y analizarlo", dice Joshua Forehand, director de la Escuela Comunitaria Nuestro Mundo, una primaria de Wisconsin que introdujo debates sobre género e identidad en su plan escolar.
Una herramienta fundamental para el trabajo del Distrito Escolar de Madison es Welcoming Schools, un programa de la Fundación Human Rights Campaign. Comenzó como una respuesta a las necesidades de los estudiantes transgénero y de aquellos que no se identifican exclusivamente como hombres o mujeres. Ahora, su objetivo es abordar temas más amplios, como la igualdad y la tolerancia.
Pero ese es solo un ejemplo de una larga lista de inactivas que surgieron en Estados Unidos desde principios de 2000. Algunas, como Expect Respect, de la SAFE Aliance de Austin, Texas, comenzaron como grupos de apoyo para estudiantes que sufrieron violencia en el hogar y entre compañeros, o relaciones abusivas. Otros, incluido Coaching Boys Into Men, que comenzó en el área de la Bahía de California, se centran en criar a niños compasivos y en redefinir la masculinidad.
Los educadores sostienen que los programas están teniendo efecto. "Estamos criando una generación de niños que ven a las niñas como iguales", afirma Vogel.
Programas como Welcoming Schools tienen por base una premisa científica: existe una correlación entre el acoso o bullying a una edad temprana (especialmente basado en el género) y el acoso sexual en la adolescencia y la adultez. En 2003, una evaluación del proyecto Expect Respect Elementary School descubrió que los estudiantes que participaban en juegos de roles y en los debates de clase podían identificar con mayor precisión que sus compañeros el aspecto del acoso sexual.
Muchos programas de diversidad y tolerancia, incluido Welcoming Schools, se toparon con cierta resistencia, especialmente en temas como los padres del mismo sexo.
"Algunos padres no quieren que sus hijos, estudiantes de primer y segundo grado, vuelvan a casa diciendo que las personas pueden tener estructuras familiares diferentes", señala Dorothy Espelage, profesora de psicología de la Universidad de Florida. Aun así, cree que los educadores deberían llegar a los estudiantes lo más pronto posible, siempre en un clima de respeto.
Sara Miller Llana, Christian Science Monitor
Sara Miller Llana