"Aprendí más en los pasillos de la escuela que en el aula"
"Veo a varios de mis compañeros dormirse en clase y, si bien a mí no me pasa, muchas veces me preguntó: '¿Qué estoy haciendo acá? ¿Estoy aprendiendo algo?'. Aunque me interesa lo que dicen los profesores, hay algo que me impide conectar con lo que nos enseñan", afirma contundente Valentino Grizutti, alumno de 5° año de una escuela pública de la Ciudad.
Él sintetiza lo que piensa la mayoría de los estudiantes sobre los métodos de enseñanza actuales y fue uno de los jóvenes convocados por LA NACION para conocer los reclamos y propuestas de los alumnos para mejorar la educación secundaria, en el marco del Mes de la Educación. Además, fue uno de los estudiantes convocados para las mesas de diálogo que realizó este año Educar 2050, en el marco de #YoVotoEducación, un proyecto que busca trabajar sobre los ejes prioritarios en pos de una próxima gestión educativa.
Sin embargo, Valentino asegura que, al salir del aula, las cosas cambian un poco: no solo habla con los docentes y les hace preguntas sobre sus materias, sino que también logra vincular los temas con aspectos de la realidad. "En ese intercambio en los pasillos, aprendo más que durante la clase", afirma el joven de 18 años.
Para él, algo particular se genera en ese intercambio: "Es una conversación entre personas y no entre roles sociales y ahí se encuentra una de las cuestiones a cambiar en los métodos de enseñanza: los roles establecidos de jerarquía". Por eso, afirma que es fundamental que se rompa con la figura jerárquica en la que el docente es el que sabe y el joven solo repite.
Muchos de los jóvenes coinciden en que la educación de hoy está basada en la certeza, en la repetición y en lo práctico. "El sistema educativo no debería ser un lugar en el que se busque que los alumnos repitan 'verdades', sino uno en el que se estimule el pensamiento crítico y puedan reflexionar sobre lo que se les enseña", expresa Valentino.
Además, cree que los docentes no deberían buscar que los alumnos piensen como él, sino todo lo contrario: que lo cuestionen. "¿De qué le sirve al docente que el alumno repita todo lo que él dice? ¿No sería más rico que pueda cuestionarse la realidad y llegue a ver otro aspecto que antes no veía? Ahí creo yo que está el cambio para la educación del futuro", asegura.
Que los adultos puedan escuchar qué tienen los jóvenes para decir. Abrir espacios de debate para que puedan formar sus propias opiniones sobre la realidad. Abordar territorios en conflicto e incluir debates que interpelen a los alumnos. Esas son algunas de las prácticas que forman parte de la "nueva dialéctica entre el profesor y el alumno" que propone Valentino.
Para eso, considera que debe entrar en juego una segunda cuestión: la vinculación de los contenidos con la realidad social: "Hoy, la mayoría de los docentes no busca que lo que dictan en sus materias tenga un vínculo con el presente y, así, la escuela termina convirtiéndose en una burbuja". Además, agrega que –sin importar cuál sea la materia– es esencial la relación entre contenidos y realidad brindándoles "una noción de la actualidad política y social".
Pero para Valentino, no debe responsabilizarse enteramente a los docentes por estas cuestiones. "Creo que es responsabilidad del estado enfocarse en realizar una transformación estructural de la escuela, con cambios en los planes de educación, por ejemplo, más que la inclusión de tecnologías, como computadoras o tablets", sostiene.
"Es real que existen necesidades tecnológicas y que estas no se cumplen, pero las instituciones educativas se quedan en eso, en que todo se soluciona con artilugios tecnológicos", afirma el joven, que cree que no existe una mirada que realmente busque cambiar las cosas en la educación. "Siempre todo se 'resuelve' con parches para tapar las cosas que no funcionan o que funcionan mal", asegura.
Un cambio estructural. Eso es lo que cree Valentino que debe producirse en la escuela secundaria: un cambio en cuanto a cómo enseñar, cómo generar debates con los alumnos y, fundamentalmente, escuchar qué tienen ellos para decir. "Una educación contemporánea es una en que, en lugar de determinar certezas, busca la reflexión y fomenta el pensamiento crítico", concluye.
5 aspectos que deberían cambiar en los métodos de enseñanza según los jóvenes
- Rol del docente y su vínculo con el alumno. La mayoría de los jóvenes considera que los métodos de enseñanza actuales son demasiado expositivos, de conocimientos que se transmiten de forma vertical y sin dar participación a los estudiantes. Además, hoy el conocimiento está al alcance de nuestras manos: por eso, buscan que en lo que dicta el docente, un diferencial, que logre "despertar su pasión" y los entusiasme con los contenidos que les enseñan
- Tomar en cuenta las individualidades y habilidades propias de cada uno. Muchos de los chicos consultados coinciden en que todas las personas aprendemos de formas diferentes y buscan que el método de enseñanza no sea tan sistemático y se adapte a las particularidades de cada uno
- Contemplar los intereses de los chicos. Educación sexual integral (ESI), medioambiente y salud mental son algunos de los temas que casi todos los alumnos mencionaron como problemáticas actuales que les interesan, pero que no se tratan como corresponde en sus escuelas
- Los métodos de evaluación quedaron viejos. Muchos aseguran que desde que tienen recuerdo de haber entrado a la escuela, el sistema fue siempre el mismo; nada cambió a pesar de que la sociedad evolucione a la par de las nuevas tecnologías y formas de pensar el mundo. Además, afirman que uno de los principales inconvenientes con las formas de evaluar es que los docentes se preocupan más por que los alumnos "repitan" los contenidos, que por que los puedan entender y comprender
- Cambios en la dinámica de las clases. La mayoría de los alumnos consultados considera que los planes de estudio son demasiado rígidos y piden hacer hincapié en un aprendizaje participativo, "más dinámico" y por proyectos