Acompañar: el Gobierno recortó los programas para ayudar a mujeres que sufren violencia de género
Un informe hecho por varias organizaciones revela cómo se ejecutó en el primer bimestre de 2024 el presupuesto que maneja el Ministerio de Capital Humano de Sandra Pettovello
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María se animó a soñar con alquilar “un hogar de verdad”, uno con cocina y una habitación. Soñaba con llegar de su trabajo informal de niñera, abrir la puerta de su casa, levantar los juguetes del piso y hacer la cena. Dormir a su bebé de un año y, recién después, acostarse y dormir en paz. Hasta soñó con apartar el dinero del alquiler, en un sobre prolijo, así de importante, independiente y feliz se soñó.
En 2023 había llegado al hogar refugio para mujeres víctimas de violencia de género de Rosa Zucchi, en Ituzaingó, con las ilusiones rotas pero con la firmeza de alejarse de su abusador y proteger a su hijo. Rosa le recomendó que se anotara en el plan Acompañar, una ayuda económica de urgencia que se otorga por seis meses, y en el Potenciar Trabajo, como para que consiguiera trabajo y pudiera terminar de estudiar. Gracias a ellos, y a ella, María terminó la secundaria, consiguió el trabajo informal de niñera y con la ayuda del Estado tuvo dinero propio por primera vez en sus 24 años.
Para no ser una carga en el hogar que la amparaba, sacó una tarjeta de crédito y compró alimentos en cuotas. Pensaba en poder tener un dinero extra para ese techo propio. Pero soñó demasiado. Su salario no es ni un cuarto de un salario mínimo (gana unos 50 mil pesos) y hace dos meses que no cobra los planes del Estado, cuenta. Y enseguida dice que no hizo nada malo para merecer eso.
“No me compré una moto ni un departamento, no me tomé vacaciones en el exterior. Yo dependía de esa plata para pagar la tarjeta. Ahora me cobran intereses y se me rompe el corazón usar la AUH (Asignación Universal por Hijo) del nene. Me quería independizar, pero ni el sueldo en negro me alcanza. Me dicen que puede ser una falla en el sistema y que por eso no cobro. Espero que así sea. Estoy desesperada”, explica María a LA NACION, con angustia.
Pero esas no serían fallas en el sistema. El gasto en las políticas públicas que apuntan a ayudar a las mujeres que viven situaciones de violencia de género, que deben buscar refugio de hombres que intentaron matarlas a ellas y a sus hijos, o que buscan ayuda económica para no caer en la indigencia junto a sus niños, fue un 33% más bajo en los dos primeros meses de 2024 que en igual periodo de 2023. Y no es que la cantidad de beneficiarias haya bajado.
“Este ajuste es peor que el que sufrió el presupuesto nacional total, que fue del 24%. En el caso del programa Acompañar, en enero y febrero fue de un 69% con respecto a enero y febrero de 2023″, explica a LA NACION Malena Vivanco, economista de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), a partir de un informe que elaboró la organización sobre el análisis de las partidas presupuestarias ejecutadas por el gobierno de Javier Milei en los primeros dos meses de este año.
Para ello, explicó Vivanco, se estudió el listado de partidas señaladas por el Gobierno en el Presupuesto Abierto (al que cualquier ciudadano puede acceder) como Presupuesto con Perspectiva de Género. Para ser exactos en el análisis, se realizó el ajuste por inflación a partir de datos de IPC-INDEC y del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) para febrero de 2024.
Así, desde la ACIJ se informó que en total se redujo un 65% la ejecución del presupuesto para los programas que buscan asistir a las mujeres que sufren violencia de género: donde se incluyen las actividades Acompañar y la línea 144. Estos programas dependen ahora del Ministerio de Capital Humano, liderado por Sandra Pettovello. LA NACION consultó a esa cartera sobre ese recorte, pero no obtuvo respuesta alguna.
Para qué sirve Acompañar
El programa Acompañar fue creado por decreto y está dirigido a mujeres y personas del colectivo LGBTI+ en situación de violencia de género de todo el país. Les brinda durante seis meses consecutivos un apoyo económico (un Salario Mínimo, Vital y Móvil, hoy en $202.800) y soporte psicológico y social. El objetivo es que dejen el espiral de violencia, se sientan valiosas y puedan independizarse económicamente, ya que el agresor es quien suele ser el que trabaja mientras ellas cuidan de los hijos. Al irse de esos hogares violentos, se quedan sin techo y sin dinero. Como le pasó a María antes de llegar al refugio de Rosa Zucchi, “Hogar Nuestra Señora de la Sonrisa” para mujeres violentadas.
“En estos momentos estamos asistiendo a 10 madres con sus hijos, cuatro de ellas viven en la casa hogar y las otras son madres que estuvieron aquí y ahora necesitan ayuda porque no pueden solas. Lo poco que ganan se les va en el alquiler y buenos trabajos no consiguen porque hacen changas en el horario del colegio de los chicos”, cuenta Rosa sobre las mamás cabeza de familia.
Si bien quieren salir adelante económicamente, no tienen a más nadie que a ellas, a Rosa y a programas del Estado que hoy se recortan, según se ve en el monitor de presupuesto.
“Hay mucha incertidumbre. Esta es una nueva gestión, se redefinen planes, pero eso es lo que se ve, incertidumbre”, dice a LA NACION Marina Salmain, que es abogada de la Defensoría Pública N°3 de la Nación y trabaja con mujeres que sufren violencia de género en CABA.
A través de las trabajadoras sociales, que son las primeras que las contienen y prestan asistencia, Marina las ayuda a tramitar medidas cautelares para proteger su integridad física, como órdenes de restricción de acercamiento. También, a gestionar las herramientas que da el Estado en procesos no penales como el acceso a alimentos, al régimen comunicacional y divorcios.
“Podemos seguir derivando casos en riesgo alto y riesgo medio, pero no obtuvimos respuesta concreta de que se otorgaran nuevos pagos del Plan Acompañar. Las trabajadoras sociales dicen que sí hay constancia de que se han pagado cuotas el año pasado y que se dan nuevos ingresos, pero no nuevos pagos”, explica Salmain.
Por otra parte, indica que Acompañar es un plan que funcionó bastante bien, pero que tiene una duración de seis meses. “El Estado ayuda, pero la situación de las mujeres que pasan por violencia de género continúa”, se lamenta.
Qué pasa si se recorta la ayuda
Desde su inicio en 2021, accedieron al programa Acompañar 352.000 mujeres de todo el país. Según una investigación del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), estas mujeres, como María, invirtieron los modestos recursos ofrecidos por el programa en medidas de seguridad para prevenir nuevos incidentes, acceder a vivienda segura, retomar sus estudios, empezar capacitaciones técnicas e invertir en emprendimientos para su sostenimiento económico.
Vivanco señala que también el programa Potenciar Trabajo, del cual dos tercios de sus beneficiarios son mujeres, se redujo, de acuerdo a la ejecución presupuestaria de los primeros dos meses, el 71% en comparación con el primer bimestre de 2023. Los informes del Indec ponderan la importancia de esas ayudas a las mujeres: dos de cada tres personas del grupo de menores ingresos son mujeres.
Además, el programa Registradas, que busca reducir la informalidad laboral en el sector de trabajadoras de casas particulares y fomentar su acceso y permanencia en el empleo registrado, si bien sigue teniendo presupuesto asignado, fue eliminado.
“El contexto social influye fuertemente en la capacidad de las mujeres sometidas a violencia de género a romper la relación, en sus estrategias de supervivencia y en las posibilidades de mantenerse a salvo. Salir de la relación requiere de recursos materiales, apoyo social y respuestas institucionales, que dejarán de garantizarse con el recorte en la ejecución de partidas”, advirtió la defensora Salmain, quien asegura que es “el Estado el que debe garantizar el derecho de toda persona a vivir sin violencia y sin discriminación”.
Vivanco sintetiza: “Desfinanciar estos programas pondría aún más en riesgo a las personas que recurren a esas políticas públicas. Además, en este contexto de inflación y crisis económica, es clave fortalecer lo que promueve la justicia de género”.
Cómo se realizó el estudio. Acij, conjuntamente con el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), en alianza con Amnistía Internacional, CELS, EcoFeminita, Fundar y FES Argentina, analizó el presupuesto ejecutado en el primer bimestre de 2024 y el ejecutado en el mismo periodo de 2023. Se utilizó el listado de partidas señaladas por Presupuesto Abierto como Presupuesto con Perspectiva de Género, a las que se les aplicaron los ponderadores informados por el mismo sitio y luego se ajustaron las cifras por inflación.
Ayuda en el Ministerio Público de la Defensa. Desde allí (Viamonte 1685/7, CABA) se ayuda a las mujeres que sufren violencia de género que pueden acerca su caso a los abogados y abogadas que actúan ante los fueros Civil, Comercial y del Trabajo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. También pueden dirigirse al “Equipo de Trabajo en Centros de Acceso a la Justicia-ACCEDER”, que en los barrios populares realiza el abordaje de la temática a partir de la detección temprana de casos. Para conocer las sedes de atención del Equipo Acceder, hacé clic aquí.
Cómo colaborar con el Hogar Nuestra Señora de la Sonrisa, de Ituzaingó: en zucchirosa@gmail.com.