A contra reloj: cómo se trabaja para encontrar a las niñas y niños desaparecidos
Las primeras 72 horas de búsqueda son claves; el caso de M. expuso la importancia de que los diferentes organismos estatales funcionen de forma aceitada, rápida y precisa
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Las primeras 72 horas son claves. Un lapso de tiempo precioso en el que cada minuto cuenta y del que, en muchos casos, depende la vida de las niñas, niños y adolescentes que se pierden o desaparecen. Desde el momento en que se realiza la denuncia, se activa un engranaje de actores que trabajan a contra reloj para que la búsqueda tenga un resultado exitoso: fiscales, juzgados, fuerzas de seguridad, un abanico de organismos estatales como el Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (Sifebu) o el Ministerio Público Fiscal, y organizaciones sociales como Missing Children o la Red Solidaria. Cada uno tiene un rol fundamental y el compromiso de la ciudadanía, en muchísimos casos, puede terminar aportando la pista determinante, ese llamado que marca la diferencia y que en el caso de M. vino de la mano de una vecina de Luján.
El hallazgo en las últimas horas de la pequeña de 7 años desaparecida desde el lunes volvió a exponer la importancia de que esa maquinaria funcione de forma aceitada, rápida y precisa. En la Argentina se estima que se pierden entre cinco y nueve personas por día, de las cuales entre uno y dos son chicas y chicos. Algunos casos, como el Sofía Herrera o el de M., explotan en los medios, pero hay muchos, muchísimos otros, que permanecen en las sombras. Desde Red Solidaria advierten que el 90% aparecen cuestión de horas, ese tiempo tan valioso que es difícil de medir en minutos. ¿Qué mecanismos se despliegan cuando una chica o chico desparece? ¿Cuáles son los actores que intervienen?
La denuncia
Todo empieza con una denuncia, que puede tener varias vías de ingreso: ser en una comisaría o fiscalía, realizada por un familiar o allegado de la niña o niño; también mediante un llamado al 911 o a la línea 145, que es coadministrada por el Ministerio de Justicia de la Nación y la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), que depende del Ministerio Público Fiscal. Los especialistas subrayan que, en todos los casos, la denuncia debe realizarse y ser tomada de forma inmediata. “Es un mito que hay que esperar un mínimo de 24 o 48 horas a ver si aparece. Eso no es legal, no existe, no hay ninguna disposición en ese sentido. Así lo hemos plasmado en nuestra Guía Práctica para la Búsqueda de Personas”, subraya Marcos Parera, secretario coordinador del Área Institucional de la Protex y quien formó parte del Comité Nacional Operativo del Programa Alerta Sofía que coordinó la búsqueda de M.
Creada en 2013, además de especializarse en trata de personas y tráfico ilícito de migrantes, la Protex tiene competencia para intervenir a pedido de los fiscales en causas de desaparición de personas. “En el caso de M., por ejemplo, la madre hizo la denuncia al 911. Eso quedó radicado en una fiscalía criminal y correccional de CABA y la fiscal a cargo, sabiendo de nuestra especialización, nos solicitó colaboración”, cuenta Parera.
Se activa la búsqueda
Una vez realizada la denuncia, los pasos a seguir dependen de cada caso. No es lo mismo que desaparezca un adolescente que una niña o niño de 4 o 7 años. “Debemos suponer que un niño o niña pequeño, por ejemplo, no se aleja voluntariamente de su núcleo de contención o su red familiar, sino que fue alejado forzosamente. En cambio, en el caso de un adolescente de 17, a través de las entrevistas con familiares, docentes o amigos, se puede suponer que se alejó por problemas familiares, por ser hogares expulsores, por haber atravesado situaciones de abuso sexual u otras violencias”, detalla Parera.
En todos los casos, se inician protocolos de búsqueda y de alerta con las fuerzas de seguridad, que pueden ser provinciales, locales o federales, y se da intervención a organismos de niñez, adolescencia y familia. Las estrategias de investigación, van a varias según las circunstancias y particularidades: puede ser que en algunos casos los especialistas consideren que no conviene difundir masivamente en los medios la búsqueda porque, por ejemplo, se está siguiendo el rastro de un padre que se llevó a su hijo de su hogar y que de esa forma, alertado, podría apagar su celular y perjudicar la posibilidad de intervenir su celular y geolocalizarlo. “A lo mejor si sabe que lo están buscando apaga el teléfono. Hay que tener mucho cuidado cuando se analiza la técnica de investigación y las medidas probatorias. Lo primero es encontrar la persona con vida, no al culpable. Después se pasa a esa segunda etapa que es investigar la responsabilidad de la persona y lograr eventualmente la condena”, detalla el coordinador de la Protex.
Los motivos
Puede haber distintos motivos detrás de la desaparición de una niña, niño o adolescente. Según las estadísticas basadas en los procesamientos y sentencias en las que intervino la Protex, poco menos del 10% de las víctimas totales de trata con fines de explotación sexual son chicas y chicos. “No digo que no haya casos que no se detectaron –aclara Parera–. En este marco no descartamos ninguna hipótesis, porque todo es posible. A lo mejor esa niña o niño no fue alejado o secuestrado para explotarlo sexualmente pero sí para ser vendido”. En la mayoría de los casos en que intervienen, las desapariciones suelen estar vinculadas con delitos de abuso sexual. Algunos, terminan en femicidios.
Contención familiar
Para una familia, la desaparición de un chico o chica es un hecho sumamente traumático y doloroso. Parera subraya que la contención psicológica es clave mientras se realiza la investigación. Hay varios organismos que brindan acompañamiento en ese sentido. En el ámbito del Ministerio Público Fiscal, está la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC). También está el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a la Personas Damnificadas por el Delito de Trata, del Ministerio de Justicia. Por su parte, el Ministerio de Seguridad tiene un gabinete psicólogo que intervino en el caso de M. Otros ejemplos son el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de CABA y otros organismos de protección provinciales.
Disparar el alerta
El Alerta Sofía es un mecanismo excepcional creado dentro del ámbito del Ministerio de Seguridad de la Nación, particularmente del Sifebu, que se activa ante una situación de riesgo inminente para la vida del chico o chica que desapareció. Desde su creación en 2018 se activó solo en dos ocasiones: en 2019, en la búsqueda de Abril, la niña de 10 años desaparecida en Punta Indio; y actualmente, con M. Las dos chicas fueron encontradas con vida.
“Son casos en que necesitamos pedirle ayuda a toda la sociedad porque tenemos muy poco tiempo para encontrar a esa niña o niño. Las estadísticas de Estados Unidos dicen que el 76% de los chicos que son sustraídos son asesinados en las primeras tres horas. En esos casos, no tenés tiempo para actuar”, explica Leticia Risco, coordinadora del Sifebu. En el caso de M., tuvieron un requerimiento de la fiscalía para activar el alerta, y de la decisión participaron la Protex y la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación (Senaff). Además del Enacom, en su despliegue juegan un rol fundamental socios como Facebook (que manda un alerta a sus usuarios en un radio de 160 kilómetros), Missing Childen y la Defensoría del Pueblo de la Nación.
Más allá de esos casos puntuales, el Sifebu intervienen por requerimiento judicial en unas 10 desapariciones diarias: esta mañana, por ejemplo, además de M., encontraron a un pequeño desaparecido en Balvanera. Este sistema nació con el objetivo de realizar una articulación entre las distintas jurisdicciones del país para facilitar el intercambio de información y acciones en la búsqueda de personas. Trabajan de forma coordinada con los fiscales y fuerzas a cargo de la investigación. “Chequeamos las medidas que ese están haciendo y ponemos a disposición recursos federales, entrecruzando información entre las agencias gubernamentales”, detalla su coordinadora, y agrega que en los casos en que intervienen, un 70% de las personas fueron encontradas. “En el caso de M. entendimos que si la comunidad tenía conocimiento de esta situación iba a poder colaborar y eso fue demostrado en la práctica. Hoy es un día feliz”, concluye Risco.