A 60 días de la desaparición de Loan: “Está vivo y sabemos que alguien se lo llevó”
José Peña, hermano del niño que fue visto por última vez el 13 de junio, pide que la Justicia se centre en buscarlo; explica por qué asegura que está con vida; y cuenta cómo viven hoy sus padres
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Se despertaba temprano, desayunaba con sus padres un mate cocido con pan y cuando terminaba salía corriendo de su casa, en medio de un campo en el paraje el Algarrobal, en Nueve de Julio, Corrientes. Se desesperaba por ir lo de su hermano, José, quien vive justo al lado.
Golpeaba la puerta insistentemente hasta que José le abría. Entonces, Loan Danilo Peña, de cinco años, le preguntaba por su sobrino, de tres años, su compinche. “¿Podemos ir a jugar”, decía casi sin aliento. Después, los dos hacían “desastres” en la sala, y afuera, bajo la mirada atenta de su familia, jugaban a la pelota, andaban en bici, pedían pasear en el caballo, ayudaban un poco en la huerta. Hace más de dos meses, Loan era feliz en su rutina de niño. Hace exactamente 60 días su compinche no deja de preguntar por él.
“Hay siete personas detenidas, se las investiga, pero ninguna dice nada. Lo que queremos es que la Justicia se centre en buscarlo. En mi sentir está vivo y debe estar extrañando mucho a la familia, mucho a su mamá. Tiene que estar en su casa. Tiene que estar jugando con mi nene”, dice José Peña, uno de los hermanos del niño que fue visto por última vez el 13 de junio.
José habla con LA NACION en una videollamada y se muestra indignado cuando recuerda ese día, que cayó un jueves. Cerca de las cuatro de la tarde se enteró de que su hermano menor se había perdido. Después de almorzar en la casa de su abuela paterna, Catalina, Loan se fue junto con otros niños, entre ellos sus primos, y un grupo de adultos a buscar naranjas. El papá de Loan, José, se quedó en la casa para dormir una siesta. Loan estaba acompañado por su tía Laudelina Peña y su esposo, Bernardino Antonio Benítez; y una pareja amiga, Daniel Ramírez, conocido como “Fierrito”, y Mónica Millapi. Esos adultos dicen que en un momento lo perdieron de vista. Ninguno supo explicar cómo. Solo dijeron que el niño había decidido volver a lo de su abuela por su cuenta.
“A las 16 fuimos con mis hermanos a ayudar a buscarlo. Pensábamos que se había perdido, pero ahora sabemos que alguien se lo llevó. Los niños que estaban con él hablaron en la última Cámara Gesell y dijeron que un hombre encapuchado se lo llevó en un caballo. Yo sé que quienes están presos saben qué pasó. ¿Cómo puede ser que no hablen?”, dice, con el ceño fruncido.
Con la hipótesis principal de que Loan fue secuestrado con fines de trata, hoy hay siete detenidos: los cuatro adultos que acompañaban al niño en el naranjal y una pareja de amigos de la abuela Catalina, que también habían sido invitados al almuerzo: la exfuncionaria municipal María Victoria Caillava y su marido, el excapitán de la Armada Carlos Pérez, a quienes apuntan por, presuntamente, haber trasladado a Loan en su camioneta. El séptimo detenido es el comisario local Walter Maciel, acusado de encubrimiento.
“Alguien lo vendió”
José repite varias veces que ese día los adultos detenidos ya sabían lo que iban a hacer, que Loan cayó en sus manos por azar. “Era la primera vez que iba Loan a esa casa. Mi papá no sabía que Catalina había organizado un almuerzo con otra gente. Ellos dos cayeron ahí”, se lamenta.
—¿Qué pensás que le pasó?
—Alguien se lo llevó porque no se encontró nada de él. Solo el botín que fue plantado por Laudelina. Creo que alguien lo vendió y detrás hay algo muy grande. En un 100% creo que es trata de personas, como dicen. Lo sacaron de Nueve de Julio porque estuvimos buscando por el monte, por las lagunas, todo se rastrilló. Las 700 personas del pueblo rastrillaron más que la policía. Nos chocábamos entre nosotros. Pero él no está. Mi hipótesis es que quizás ya está en otro país. Y para mí está vivo. Está vivo y va a estar acá, debe estar extrañando a su mamá y a toda la familia. Queremos que vuelva Loan. No se lo tragó la tierra, tengo fe de que va a aparecer.
—¿Qué hizo la policía, el fiscal o el juez apenas hiciste la denuncia?
—Mi papá dio aviso a la policía a eso de las 16 y los agentes llegaron recién a las 18. Entre la comisaría y el campo [de Catalina] hay 10 o 15 minutos. Ellos empezaron a buscar en la zona donde supuestamente se perdió, pero muy por encima. Los vecinos y nosotros fuimos los que más buscamos. Había más vecinos que policías.
José vuelve a repetir que los vecinos fueron quienes más ayudaron y comienza a enumerar todos los errores que se cometieron en la búsqueda. “El comisario (Walter Maciel, detenido e imputado) actuó encubriendo. Ni siquiera bloqueó la zona. Hay rutas y caminos linderos, y se dejó todo abierto. No hubo controles en los autos para revisar qué llevaban en los baúles. Y te lo dice todo el pueblo, no yo solo. El Alerta Sofía sirve, pero se hizo tarde. Se tendrían que haber cerrado las fronteras, la provincia. Se perdió mucho tiempo”.
“Mi hijo pregunta cuándo vuelve Loan”
Loan baila con un acordeón pequeño al ritmo de un chamamé. Sonríe con calma, disfruta. Esa imagen, desde un video familiar, recorrió el país en las primeras semanas de su búsqueda.
“Loan era muy activo, es muy pillo. Bailaba y no le importaba si lo estaban filmando”, recuerda José cuando se le pregunta cómo era, cómo es, Loan.
“Lo suyo era su bicicleta, el acordeón, su pelota, su ropa de gaucho, el caballo. No era mucho de los juguetes, los rompía”, cuenta con una sonrisa. Cuando se le pregunta por otras fotos de Loan, otros videos, la indignación aparece otra vez.
“Hay mucho en el teléfono de mi mamá. Pero el mismo día que desaparece Loan le sacaron el teléfono. Mi papá directamente no tiene. Se lo sacaron a mi mamá, que ni siquiera estuvo en el almuerzo. Y a todos los que estuvieron en esa casa se los quitaron a las semanas ¿Es justo eso? ¿Por qué?”, replica.
Vuelve a quejarse de los errores cometidos y dice: “Deberían cambiar muchas cosas. No saben cómo buscar chicos, hay que cortar las rutas… pero es difícil si hay poderosos en el medio”. Hace alusión al comisario, al abogado de Laudelina [José Fernández Codazzi], que luego fue señalado por ella misma como quien la obligó a mentir, a decir que Loan estaba muerto, que la funcionaria municipal y su esposo, el exmilitar, lo habían atropellado sin querer y habían ocultado su cuerpo. Tampoco olvida el posteo del gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, en el que celebra ese testimonio de Laudelina, luego desmentido por ella misma.
Hoy la rutina en la casa de los Peña va de la tristeza a la desesperación. María Noguera, su madre, puede estar tranquila un rato, barriendo la casa o junto con su marido en la huerta, y repentinamente largarse a llorar. Y cuando rompe en llanto, le sigue su marido, y todos lloran y todo es un desastre, cuenta José.
“Está destruida. Nosotros dejamos que se descargue, pero después le damos una pastilla para que se tranquilice”, dice José y baja la cabeza, como vencido.
Ante la pregunta de cómo está su hijo con la desaparición de Loan, dice: “No le decimos nada. Él pregunta todos los días: ´¿Cuándo viene Loan a buscarme? ¿Cuándo viene a jugar?´. Lo extraña. Nosotros le cambiamos de tema. Solo esperamos que encuentren a Loan ya. Tiene que estar con nosotros, con su familia, con mi nene, jugando”.
Más información
- Si querés saber qué es lo que hay que hacer durante las primeras horas de desaparición de una persona, podés entrar a esta guía de LA NACION con toda la información necesaria sobre cómo proceder.
- La investigación especial “Qué les pasó a las 5000 mujeres perdidas que el Estado no sabe cómo buscar”, hecha por LA NACION en marzo pasado, visibiliza las ineficiencias de policías, fiscales y jueces para buscar a las mujeres desaparecidas.