30 chicas víctimas de violencia a punto de quedarse sin "hogar"
En abril del año pasado, llegaron al hogar San José, en San Miguel, dos hermanitas de 10 y 5 años que habían sufrido abuso por parte de su padre. Apenas entraron, la más chiquita tenía muchas dificultades: no podía caminar ni comer sola y hasta había dejado de hablar.
"La más grande no quería ni ir al colegio porque había tomado el rol de madre", recuerda Lorena Smulever, directora del hogar. "Su preocupación debería ser elegir el color del lápiz para pintar, no si su hermana come o no", agrega.
Después de 10 meses de arduo trabajo, el equipo de profesionales de la casa (trabajadores sociales, psicólogos, acompañantes terapéuticos y asistentes médicos) logró que la pequeña hablara de nuevo y que la mayor pudiera volver a ser una niña. Hoy, las dos viven con una tía en la Ciudad y asisten a la escuela con la que el hogar se mantiene en contacto.
Según el último informe publicado por Unicef en diciembre del año pasado, son 9.748 los niños, adolescentes y jóvenes sin cuidados parentales institucionalizados en nuestro país. Hoy, viven en el hogar San José 30 chicas de entre 6 y 17 años víctimas de violencia, abuso o abandono.
Además de brindarles contención y afecto, dentro del enorme predio donde se encuentra la casa hay un jardín de infantes, una escuela primaria y un secundario a los que asisten las chicas junto a otros alumnos del barrio. También, tienen actividades extracurriculares como hockey, fútbol, boxeo y tela, y todas se encuentran con tratamiento psicológico.
Las chicas viven en el hogar hasta que se logra una reinserción familiar, aparece un familiar que se desconocía, o entran en el proceso de adopción. "Una de las tareas más difíciles es que vuelvan a confiar", destaca Lorena ya que, la mayoría de las veces, las chicas no solo fueron golpeadas o vulneradas (generalmente por una figura masculina), sino que tampoco fueron escuchadas por nadie. "Nos cuesta mucho que logren hablar y que tengan esperanzas de que estarán mejor", explica.
De todas las que viven en este momento en el hogar, hay un grupo de siete adolescentes que este año cumplen 18 años, edad en la que el Estado deja de ser responsable de los jóvenes sin cuidados parentales.
Por eso, desde el hogar comenzaron con un proyecto para que puedan quedarse hasta los 21, asumiendo diferentes hábitos y responsabilidades de forma progresiva. "Todavía son chicas, no terminaron el secundario. Queremos que aprendan a hacer un currículum, cómo presentarse a una entrevista laboral y hasta hacer una pasantía", explica la directora.
Sin embargo, el hogar está pasando por un difícil momento: la casona fue construida en 1928 y fue deteriorándose con el tiempo: hay vidrios rotos, luces quemadas, paredes descascaradas y es necesario reinstalar todo el sistema eléctrico.
Hace dos semanas, personal de la Asesoría de Menores de la Provincia se acercó para hacer una revisión y avisó al equipo directivo que, si no se hacían las restauraciones necesarias, el hogar podría llegar a cerrarse. "Las chicas están muy bien, pero si no nos movemos como comunidad, la parte edilicia no se va a arreglar", pide Lorena.
Desde el Gobierno bonaerense aclaran que "la Provincia le brinda asistencia económica al hogar y, en caso de que cierre, las menores serán trasladadas a otro conveniado por el gobierno bonaerense".
Si bien la Municipalidad de San Miguel está colaborando con dinero para la instalación eléctrica y la Asociación Civil Damas de Caridad de San Vicente de Paul organiza dos cenas anuales para recaudar dinero, todavía necesitan juntar 5.000.000 de pesos para terminar con los arreglos ya que, además, tienen el gas cortado y no podrán calefaccionar la casa en el invierno.
Podés ayudar donando lo que puedas en la cuenta Hogar Escuela San José. CBU 0140029801505500969156. Alias GRANJA.SANTO.POZO. Cuenta corriente en pesos Nro. 5055-9691/5 Banco Provincia, o con una donación mensual ingresando a este link.
Contacto
4664-1109 / hogarsanjose.arg@gmail.com