Una herramienta usada para hacer manicuras puede dañar el ADN y causar mutaciones cancerígenas
De acuerdo a una investigación liderada por la Universidad de California, este tipo de dispositivos son incluso más peligrosos que las camas bronceadoras y producen severos daños a nivel celular
- 5 minutos de lectura'
Los dispositivos de secado de esmalte de uñas de luz ultravioleta pueden representar un problema de salud mayor de lo que se pensaba. Investigadores de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, descubrieron que su uso genera muerte celular y mutaciones en el ADN que pueden causar cáncer.
El uso de estos dispositivos es común en los salones de uñas y se valen de un espectro particular de luz ultravioleta que va de 340 a 395nm (nanómetros) para secar los productos químicos que se usan en las manicuras. Para hacerse una idea del riesgo, los investigadores lo compararon con las camas bronceadoras.
Dichas máquinas tienen potentes filtros que emiten radiaciones ultravioletas con un espectro que puede ser incluso menor que la usada en los secadores de uñas, aproximadamente de 280 a 400 nm. Y, para el caso del uso de las cabinas bronceadoras de rayos UVA, esta suficientemente demostrado son cancerígenas.
“Si observa la forma en que se presentan estos dispositivos, se comercializan como seguros. Pero hasta donde sabemos, nadie estudió cómo funcionan y si afectan o no a las células humanas a nivel molecular y celular hasta ahora”, advirtió Ludmil Alexandrov, profesor de medicina molecular en San Diego y autor del estudio.
De acuerdo al trabajo, que fue publicado en Nature Communications, los investigadores encontraron que el uso de estos dispositivos emisores de rayos ultravioleta durante solo una sesión de 20 minutos conduce a entre un 20% y un 30% a la muerte del tejido celular.
Junto a ello, en caso de estar expuesto a tres sesiones consecutivas de 20 minutos, el porcentaje de células muertas varía entre 60 y 75. La exposición a la luz ultravioleta también causó daños mitocondriales y en el ADN de las células restantes, y provocó mutaciones con patrones similares a los del cáncer de piel.
“Vimos varias cosas: primero, vimos que el ADN se daña. También vimos que parte del daño en el ADN no se repara con el tiempo y conduce a mutaciones después de cada exposición al secador de esmalte de uñas ultravioleta. Por último, vimos que la exposición puede causar disfunción mitocondrial”, explicó Ludmil.
De hecho, durante el estudio examinaron a pacientes con cánceres de piel y vieron “exactamente” los mismos patrones de mutaciones en estos pacientes.
Los investigadores advierten que, si bien los resultados muestran los efectos nocivos del uso repetido de estos dispositivos en las células humanas, se necesitaría un estudio epidemiológico a largo plazo antes de afirmar de manera concluyente que el uso de estas máquinas aumenta el riesgo de cáncer de piel.
No obstante, los resultados del estudio fueron claros: el uso crónico de estas máquinas secadoras de esmalte de uñas está dañando las células humanas.
Prácticas riesgosas
Estos datos en células humanas, junto con una serie de informes previos de cánceres en personas que se hacen manicuras en gel con mucha frecuencia, dibujan una imagen de un procedimiento puramente cosmético que es más arriesgado de lo que se creía anteriormente.
Pero, ¿hacerse una manicura en gel una vez al año es realmente motivo de preocupación, o solo deberían preocuparse aquellos que lo hacen con mucha frecuencia? Para contestar a esta pregunta se necesitan más estudios para cuantificar cualquier aumento en el riesgo de cáncer y con qué frecuencia de uso.
Pero con muchas alternativas a este procedimiento cosmético, el riesgo puede no valer la pena para algunos consumidores.
“La evidencia sugiere fuertemente que la radiación emitida por los secadores de esmalte de uñas ultravioleta puede causar cáncer de mano y que los secadores de esmalte de uñas ultravioleta, similares a las camas de bronceado, pueden aumentar el riesgo de cáncer de piel de aparición temprana”, reiteraron.
Sin embargo, se justifican futuros estudios epidemiológicos a gran escala para cuantificar con precisión el riesgo de cáncer de piel de la mano en personas que usan regularmente secadores de esmalte de uñas UV. “Es probable que dichos estudios tarden al menos una década en completarse”, opinaron los expertos.
Aunque otros productos de consumo usan luz ultravioleta en el mismo espectro, incluida la herramienta utilizada para curar empastes dentales y algunos tratamientos de depilación, los investigadores señalan que la regularidad de uso, además de la naturaleza completamente cosmética de los secadores de uñas, los distingue.
Más detalles sobre el estudio
La idea de estudiar estos dispositivos en particular se le ocurrió a Alexandrov en el consultorio de un dentista. Mientras esperaba a que lo atendieran, leyó un artículo de una revista sobre una joven concursante de un concurso de belleza a la que se le diagnosticó una forma rara de cáncer de piel en el dedo.
“Pensé que era extraño, así que comenzamos a investigarlo y notamos una serie de informes en revistas médicas que decían que las personas que se hacen manicuras en gel con mucha frecuencia, como los concursantes de concursos y los esteticistas, informan casos de cánceres muy raros en los dedos”, afirma Alexandrov.
Y lo que vieron fue que no había comprensión molecular de lo que estos dispositivos estaban haciendo a las células humanas. Para realizar el estudio, Zhivagui expuso los tres tipos de células a dos condiciones diferentes: exposición aguda y exposición crónica al dispositivo de luz ultravioleta.
Bajo exposición aguda, se colocaron placas de Petri que contenían uno de los tipos de células en una de estas máquinas de curado UV durante una sesión de 20 minutos. Luego se sacaron durante una hora para reparar o volver a su estado estable, y luego se les dio una exposición más de 20 minutos.
Observaron muerte celular, daño y mutaciones en el ADN en ambas condiciones, con una elevación de las moléculas de especies reactivas de oxígeno, que se sabe que causan daño y mutaciones en el ADN, y disfunción mitocondrial en las células. El perfil genómico reveló además niveles más altos de mutaciones somáticas.
Con información de Europa Press