Un hallazgo en la genética de los lobos mutantes de Chernobyl ayudaría a entender su resistencia a una enfermedad
Un estudio de más de diez años en los sobrevivientes caninos al desastre nuclear determinó que serían inmunes al cáncer y su modificación genética ayudaría a prevenir un desarrollo futuro en humanos
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El desastre nuclear de Chernobyl sacudió el 26 de abril de 1986 al mundo, tras la explosión de la central nuclear homónima en Ucrania. La radiación que se expulsó allí afectó a los trabajadores y habitantes que rápidamente debieron evacuar la ciudad. Con los años posteriores, y un área de exclusión prohibida para habitar nuevamente, la vida silvestre se desarrolló sin problemas y ganó el terreno que alguna vez perdió. Los lobos grises fueron una de las especies que sobrevivieron a la contaminación y, según reveló un estudio, serían inmunes al cáncer.
La especie deambulante viviría fuera y dentro de la zona de exclusión, y hasta en las inmediaciones de los restos de la excentral nuclear. Según Cara Love, bióloga evolutiva de la Universidad de Princeton, quien se encargó durante diez años de observar a estos animales, tendrían un superpoder para resistir los niveles de radiación y la posterior aparición de cáncer.
Este hallazgo es prometedor para la vida humana, tanto para pacientes como para astronautas que están en constante exposición a la radiación en el espacio. Según Cara, el sistema inmunológico de los lobos se alteró y asimiló al de las personas que reciben tratamientos contra el cáncer.
En enero, la investigadora presentó su estudio en Seattle, Washington, luego de un arduo trabajo que, entre otras cosas, supo sortear la pandemia y la invasión rusa a Ucrania. Según explicó, junto a su equipo de trabajo, en 2014 tomó muestras de sangre de estos lobos y les aplicó un collar de GPS para rastrear las zonas en las que habitaban con el fin de entender cuán cerca del reactor estaban. Los resultados la dejaron totalmente perpleja.
La zona de exclusión tiene un 11,28 milirem de radiación, esto equivale a seis veces más de lo permitido en exposición para los trabajadores de una planta nuclear convencional. Además de los lobos, allí quedaron perros que fueron abandonados por sus dueños; mientras que los osos pardos, bisontes, jabalíes, alces y más de 200 especies de aves, lo transformaron en su hogar cotidiano.
El medio británico The Mirror resaltó del informe que “los lobos de Chernobyl sobreviven y prosperan a pesar de generaciones de exposición y de la acumulación de partículas radiactivas en sus cuerpos”, a la vez que insistió en que “parecen resistentes a un mayor riesgo de cáncer”. Sobre lo llamativo del asunto, destacó que esta especie está expuesta a seis veces más radiación que lo permitido para los seres humanos.
Incluso, la comunidad científica no descartó que otros animales, descendientes de los que quedaron allí cuando sucedió la explosión del reactor, también hayan desarrollado un sistema inmune para prevenir la aparición de cáncer en los últimos 37 años.
Las ranas mutantes de Chernobyl
Además del caso de los lobos grises mutantes, que habrían desarrollado una resistencia sólida contra el cáncer, a lo largo de los años, diferentes aficionados y genetistas irrumpieron en el área de zona exclusiva con el fin de estudiar la naturaleza en un estado totalmente distinto al del resto del mundo.
Una de las sorpresas que se llevaron los investigadores se trató de la aparición de ranas arbóreas, que originalmente fueron siempre verdes, pero que, con la exposición a la radiación, su pigmentación cambió a oscura o negra.
Otra sorpresa fue el de los caballos salvajes Przewalski que se introdujeron allí luego de los trabajos de limpieza y protección para aumentar la vida silvestre en el bosque circundante. Lo cierto es que de 36 ejemplares en 2002, su población se duplicó en pocos años y va en ascenso.