Un estudio revela que los lagos bajo el hielo antártico son más habitables que lo imaginado
Los lagos que hay debajo de la capa de hielo de la Antártida pueden ser más hospitalarios de lo que se pensaba anteriormente, lo que les permitiría albergar más vida microbiana.
Este es el hallazgo de un nuevo estudio, publicado en la revista Science Advances, que podría ayudar a los investigadores a determinar los mejores lugares para buscar microbios que podrían ser únicos en la región, habiendo estado aislados y evolucionando solos durante millones de años. El trabajo podría incluso proporcionar información sobre lagos similares debajo de las superficies de lunas heladas que orbitan alrededor de Júpiter y Saturno, y la capa de hielo del sur de Marte.
Se pueden formar lagos debajo de la gruesa capa de hielo de la Antártida, donde el peso del hielo provoca una inmensa presión en la base, lo que reduce el punto de fusión del hielo. Esto, junto con el suave calentamiento de las rocas de abajo y el aislamiento proporcionado por el hielo del aire frío de arriba, permite que se acumulen charcos de agua líquida.
Más de 400 de estos lagos “subglaciales” se descubrieron debajo de la capa de hielo de la Antártida, muchos de los cuales han estado aislados entre sí y de la atmósfera durante millones de años. Esto significa que cualquier vida en estos lagos podría ser igual de antigua, proporcionando información sobre cómo la vida podría adaptarse y evolucionar en condiciones de frío extremo persistente, que ocurrieron anteriormente en la historia de la Tierra.
Las expediciones perforaron con éxito dos pequeños lagos subglaciales en el borde de la capa de hielo, donde el agua puede entrar o salir rápidamente. Estas investigaciones revelaron vida microbiana debajo del hielo, pero si los lagos más grandes aislados debajo de la capa de hielo central contienen y sostienen vida sigue siendo una pregunta abierta.
Ahora, los investigadores del Imperial College de Londres, la Universidad de Lyon y el British Antarctic Survey demostraron que los lagos subglaciales pueden ser más acogedores de lo que parecen. Como no tienen acceso a la luz solar, los microbios en estos entornos no obtienen energía a través de la fotosíntesis, sino procesando productos químicos. Estos se concentran en sedimentos en los lechos de los lagos, donde se cree que es más probable que haya vida.
Sin embargo, para que la vida esté más extendida y, por lo tanto, sea más fácil de muestrear y detectar, el agua del lago debe mezclarse, debe moverse, para que los sedimentos, los nutrientes y el oxígeno se puedan distribuir de manera más uniforme.
En los lagos de la superficie de la Tierra, esta mezcla es causada por el viento y por el calentamiento del sol, lo que genera corrientes de convección. Como ninguno de estos puede actuar en los lagos subglaciales, se podría suponer que no hay mezcla.
Sin embargo, el equipo detrás del nuevo estudio encontró que otra fuente de calor es suficiente para provocar corrientes de convección en la mayoría de los lagos subglaciales. El calor es geotermal, es decir, se eleva desde el interior de la Tierra y se genera por la combinación del calor sobrante de la formación del planeta y la desintegración de los elementos radiactivos.
Los investigadores calcularon que este calor puede estimular las corrientes de convección en los lagos subglaciales que suspenden pequeñas partículas de sedimento y mueven el oxígeno, lo que permite que una mayor parte del cuerpo de agua sea hospitalario para la vida.
El investigador principal, el doctor Louis Couston, de la Universidad de Lyon y del British Antarctic Survey, señaló en un comunicado que “el agua de los lagos aislados bajo la capa de hielo de la Antártida durante millones de años no está quieta e inmóvil; el flujo de agua es en realidad bastante dinámico, lo suficiente para hacen que los sedimentos finos se suspendan en el agua”.
“Con el flujo dinámico de agua, todo el cuerpo de agua puede ser habitable, incluso si más vida permanece concentrada en el suelo. Esto cambia nuestra apreciación de cómo funcionan estos hábitats y cómo en el futuro podríamos planear muestrearlos cuando se lleve a cabo su exploración”, agregó.
Las predicciones de los investigadores pueden ser probadas pronto, ya que un equipo del Reino Unido y Chile planea tomar muestras de un lago llamado Lake CEC en los próximos años. Las muestras tomadas a lo largo de la profundidad del agua del lago mostrarán dónde se encuentra la vida microbiana.
Las predicciones también podrían usarse para generar teorías sobre la vida en otras partes del Sistema Solar, como explica el coautor, el profesor Martin Siegert, codirector del Instituto Grantham - Cambio Climático y Medio Ambiente, en el Imperial College.
“Nuestros ojos ahora se dirigen a predecir la condiciones físicas en depósitos de agua líquida en lunas y planetas helados. La física de las bolsas de agua subglaciales es similar en la Tierra y las lunas heladas, pero el entorno geofísico es bastante diferente, lo que significa que estamos trabajando en nuevos modelos y teorías. Con nuevas misiones dirigidas a lunas heladas y mayores capacidades informáticas, es un gran momento para la astrobiología y la búsqueda de vida más allá de la Tierra”, concluyó.