Un estudio advirtió por el fenómeno solar que ocurre cada 100 años: la “superllamarada”
Estas fuertes explosiones energéticas tienen una intensidad superior a la de las tormentas solares; los datos fueron recopilados por el telescopio espacial Kepler de la NASA
- 3 minutos de lectura'
Un intenso fenómeno solar podrá tener lugar en el cielo en poco tiempo: se trata de la “superllamarada”, una explosión energética de gran intensidad que se da en las estrellas similares y cercanas al Sol, y que puede afectar de distintas maneras a la vida en la Tierra.
Un estudio publicado recientemente en la revista científica Science reveló que este fenómeno -en el que se libera hasta mil veces más energía que una llamarada solar típica- es más común de lo que se pensaba hasta el momento. El equipo de investigación utilizó los datos recopilados por el telescopio espacial Kepler de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) entre 2009 y 2013, que observaron 56.450 estrellas similares al Sol e identificaron 2889 eventos de superllamaradas en 2527 de ellas.
Anteriormente se creía que estos eventos ocurrían en intervalos que iban desde los mil años hasta los diez mil, pero el hallazgo mostró que en realidad tienen una frecuencia de -por lo menos- uno por siglo. “Nos sorprendió mucho descubrir que estas llamaradas son tan comunes”, dijo Valeriy Vasilyev, primer autor del estudio y también investigador del MPS.
Los resultados sobre la periodicidad del fenómeno alertaron a los especialistas debido a que el último gran evento solar registrado ocurrió hace más de 165 años, lo que sugiere que podría haber otro en cualquier momento.
Los efectos en la Tierra
Según el servicio meteorológico Meteored, estos resultados pueden tener implicancias “significativas” en la Tierra. Si bien el fenómeno sería mucho más intenso si proviniera directamente del Sol, tiene un impacto considerable en el uso de la tecnología: es habitual que al mismo tiempo que ocurren se reporten desde fallas en las redes eléctricas y en los sistemas de comunicación por satélite hasta apagones masivos.
Los especialistas destacaron dos fases críticas en un evento de esta magnitud: en primer lugar, la sobrecarga de infraestructuras, en la que las partículas cargadas inducirían corrientes eléctricas en redes críticas; y en segundo, las eyecciones de masa coronal, en las que se liberan grandes cantidades de plasma solar y campos magnéticos que podrían dañar los transformadores eléctricos y los cables submarinos que son esenciales para el servicio de Internet.
El medio ambiente también puede verse afectado. A lo largo de este año, varias tormentas solares intensas (pero con una fuerza menor a la de la superllamarada) dieron lugar a auroras visibles en lugares con latitudes mucho más bajas de lo que es habitual. A lo largo de la historia, se observó que en casos de episodios más fuertes los anillos de crecimiento en los troncos de árboles y las capas de hielo glaciar también quedaron marcados.
En este marco, distintos especialistas de todo el mundo trabajan para desarrollar sistemas de alerta temprana para prevenir la llegada de este tipo de situaciones y así mejorar la resistencia de la infraestructura eléctrica y de telecomunicaciones.