Tormenta de bradiquinina: apuntan a otra explicación para las secuelas que deja el coronavirus
Un análisis de los datos de 40.000 genes tomados de 17.000 muestras de Covid-19 recolectados en los últimos meses y analizados por una supercomputadora apuntan a la bradiquinina como responsable de los daños colaterales que el Covid-19 genera en el cuerpo.
Summit es la segunda computadora más veloz del mundo, y aún así le tomó una semana analizar los datos para Daniel Jacobson, científico jefe de los sistemas de computación biológica del Laboratorio Oak Ridge, que depende del Departamento de Energía de los Estados Unidos.
El análisis apoya lo que se conoce como la hipótesis de bradiquinina, que refiere a los efectos que el coronavirus parece tener en el cuerpo, y que van más allá de lo que usualmente se espera, cercanos a una gripe. Jacobson y su equipo publicaron los resultados de su análisis en julio último en eLife.
Lo que Jacobson encontró es que una vez que el virus ingresa en el organismo, asociándose a los receptores ACE2 (algo conocido) para entrar en las células y replicarse, y al mismo afecta el sistema renina-angiotensina-aldosterona, que regula la presión sanguínea, incluyendo los niveles de bradiquinina en sangre.
En un cuerpo sano, ACE degrada la bradiquinina, pero cuando el coronavirus está presente no puede hacerlo, por lo que crece el nivel de bradiquinina en sangre, lo que aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos, y eso termina afectando al resto de los órganos, generando las lesiones hoy asociadas con el coronavirus.
Para Jacobson, lo que hasta ahora se conoce como tormenta de citoquinas es, en realidad, el resultado de una tormenta de bradiquinina en sangre, que explicaría también las lesiones cardíacas que muestran muchos pacientes recuperados de coronavirus.
El hallazgo, de replicarse en otros estudios, permitiría aprovechar tratamientos ya existentes para neutralizar las secuelas del coronavirus y darle más tiempo al cuerpo para curarse.