Qué sabe la ciencia sobre la hipnosis
Nuevos estudios sugieren que sólo entre el 10 y el 15% de los adultos y entre el 80 y el 90% de los chicos pueden ser hipnotizados
Lejos de una puesta teatral en la que un reloj oscilante a la altura de los ojos logra anular la voluntad, una sesión de hipnosis clínica se parece más a un agradable espacio para el relax... Y, aunque parezca extraño, sin dejar de percibir lo que ocurre alrededor.
Sin luces estridentes, con una temperatura ambiente placentera y un silencio que se impone, el paciente se deja llevar por la voz del médico hasta alcanzar en pocos minutos la más intensa concentración. Es entonces cuando el cerebro es más receptivo a las indicaciones terapéuticas y de modificación de conductas.
"Con la sugestión se puede influir la actividad cerebral de manera muy específica, con la ventaja de no tener que usar drogas. En manos de profesionales bien entrenados, puede dar un excelente resultado. El principal obstáculo es que recién estamos empezando a comprender qué pasa en el cerebro durante la hipnosis y cuál es su alcance", dijo el doctor Amir Raz en diálogo telefónico con LA NACION desde su oficina en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Raz, científico reconocido por sus hallazgos sobre el comportamiento del cerebro sometido a hipnosis y mago por afición, es uno de los expertos seducidos por los secretos que oculta este método que obtuvo su nombre en 1842.
La última revisión de estudios sobre hipnosis clínica confirma su utilidad para reducir el dolor, bajar de peso, dejar de fumar, controlar la hipersensibilidad que dispara las alergias, estabilizar la presión arterial, reducir las náuseas y los vómitos de la quimioterapia, eliminar verrugas o disminuir la cantidad de transfusiones en pacientes hemofílicos, entre otras cosas.
"Las investigaciones demuestran su efectividad para tratar muchas afecciones y contra enfermedades que no siempre la medicina tradicional puede curar, o como terapia adicional a los tratamientos convencionales", explicó a LA NACION el doctor James Stewart, autor de la revisión publicada este año en la revista Mayo Clinic Proceedings y especialista de la División de Enfermedades Cardiovasculares de la Clínica Mayo en Jacksonville, EE.UU.
Claro que no todos somos potenciales usuarios de esta técnica. Sólo del 10 al 15% de los adultos es altamente hipnotizable; cuanto más capacidad creativa, mejor. Los chicos, en cambio, son el mejor grupo: entre el 80 y el 90% de ellos responde a la inducción mediante imágenes, juegos o relatos. Para Raz, esta diferencia se debe a que hasta los 12 años no se desarrolla por completo la parte frontal del cerebro, responsable de funciones cognitivas que aumentan las barreras contra la inducción hipnótica.
Durante la hipnosis, todo ocurre en el cerebro. Pero, ¿cómo..? "La respuesta más simple es que aún no tenemos ninguna pista...", admitió Raz. Según el neurocientífico, aunque la corteza cerebral nunca se relaja, la hipnosis altera su actividad. En especial, en el área prefrontal. "Esto ya indica que el cerebro está procesando la información de manera diferente", dijo.
Básicamente, el médico crea mediante sugestión una nueva "idea" que modifica el funcionamiento del área cerebral sobre la que se intenta trabajar. El estado hipnótico favorece el cumplimiento de esos mensajes. Cuando Raz dijo a personas hipnotizadas que verían dibujos muy coloridos, las resonancias magnéticas mostraron que el área del cerebro responsable de "ver" el color trabajaba activamente frente dibujos en blanco y negro.
"No sabemos exactamente qué es la hipnosis, pero sí que dispara un conjunto de fenómenos. No es similar al sueño, sino al estado alfa de meditación, pero con picos de atención", opinó el doctor en psicología clínica Carlos Malvezzi Taboada, director del Instituto Gubel de Investigación y Docencia en Hipnosis, Psicoterapias Breves y Medicina Psicosomática.
En el consultorio, el médico percibe esa receptividad cuando el paciente responde a indicaciones, como abrir los ojos. "En ese momento, deja de lado los mecanismos de defensa de la vigilia y focaliza lo que se le está planteando -señaló-. Cuando le digo a un paciente que descanse y se afloje, invito a que estas sensaciones se reflejen en la corteza cerebral mediante la palabra."
Comportamiento literal
Durante un trance hipnótico, la persona actúa literalmente, es decir, responde sólo lo que le preguntan. "Si se le dice: «¿Tiene hora?», responderá que sí o que no -explicó-. No es lo mismo que a una persona hipnotizada se le diga: «¡No te olvides de esto!» que «Por favor, acordate de esto». En el primer caso, la estoy descalificando indirectamente, mientras que en el segundo, estoy reforzando el condicionamiento positivo al confiar en que recordará."
Muchas son las formas de inducir un trance hipnótico. "Se puede hipnotizar a una persona mientras corre, levanta pesas o lee un libro -afirmó Raz-. De hecho, muchos quedan hipnotizados a diario y sin inducción porque es un estado natural, como cuando se está tan concentrado en una tarea que se pierde la noción del tiempo."
-¿La hipnosis es peligrosa?
-Cuando está en malas manos es lo mismo que la medicina en manos equivocadas.
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