Presentaron un vehículo que promete revolucionar el tránsito urbano
Funciona con baterías recargables en un enchufe y lleva un solo pasajero, de pie
No es un hovercraft, ni una mochila helicóptero, ni una rampa de teleportación.
El dispositivo desarrollado por Dean Kamen -que había promovido especulaciones febriles desde que se dieron a conocer algunas claves en enero- no anda a hidrógeno, una teoría dominante en las discusiones de Internet. Tampoco usa una supereficiente máquina Stirling.
Pero si las expectativas del público no se cumplieron esta semana, por lo menos los especuladores habrán satisfecho su curiosidad.
Kamen mostró un revolucionario dispositivo de dos ruedas que funciona a baterías diseñado para un sólo pasajero que viaja de pie. La principal novedad reside en un misterioso efecto, producido por un giroscopio cuidadosamente regulado, que le permite al vehículo intuir a dónde quiere ir su conductor, e ir allí.
El Transportador Humano Segway, mejor conocido por su ex nombre en código, Ginger, puede desarrollar 19 kilómetros por hora y no tiene frenos. Su velocidad y dirección se controlan únicamente con el peso cambiante del pasajero y un mecanismo manual que está en un extremo del manubrio.
"Ustedes se preguntarán cómo funciona", dijo Kamen, montando en uno de los aparatos la semana última, durante una prueba en los cuarteles generales de su compañía, en Manchester. "Piense hacia adelante" dijo, inclinando levemente su cabeza y dirigiéndose hacia un periodista. "Piense hacia atrás", continuó, revirtiendo su curso sin esfuerzo.
Sensores de movimiento monitorean el centro de gravedad del conductor más de 100 veces por segundo, señalando al motor eléctrico y a las ruedas hacia qué lado doblar y a qué velocidad.
Kamen asegura que sólo ahora descubre el secreto porque tuvo tiempo para solicitar patentes cruciales y está listo para probarlo en público. El Servicio Postal de los Estados Unidos, el Servicio de Parques Nacionales y la ciudad de Atlanta piensan comenzar pruebas de campo con el revolucionario vehículo a principios del año próximo. Amazon.com y diversas compañías que fabrican partes para el Segway quieren utilizar el dispositivo para ahorrar dinero reduciendo el tiempo que le lleva a los empleados moverse dentro de los campus y galpones de las empresas.
A una velocidad promedio de casi 13 kilómetros por hora, o tres veces la que desarrolla la marcha a pie, Kamen afirma que el Segway puede andar unos diez kilómetros con una carga de seis horas, por menos de diez centavos de electricidad obtenida en un enchufe de pared.
Es fácil comprender por qué el prototipo del nuevo vehículo suscitó el interés de luminarias de la tecnología como Steven Jobs, fundador de Apple, y Jeff Bezos, presidente de Amazom.com. John Doerr, socio de la firma de capital de riesgo Kleiner Perkins Caufield & Byers invirtió 38 millones de dólares en este proyecto, la mayor inversión unitaria de la historia de la firma.
Distinguido el año último con la Medalla Nacional de Tecnología, otorgada por el presidente Bill Clinton, Kamen, de 49 años, ganó millones de dólares creando dispositivos médicos que incluyen la primera bomba de insulina y la primera máquina de diálisis portátil.
Habiendo abandonado la universidad antes de graduarse, Kamen reunió un total de alrededor de 90 millones de dólares para desarrollar su creación.
"No hubo nada innovador para los peatones desde que se inventaron las zapatillas de lona -dijo Kamen-. Nosotros creemos que si se integra la tecnología Segway en las ciudades será mejor para todos."
Este es un gran "si". Se supone que el Segway andará en las veredas, y muchas municipalidades prohíben vehículos motorizados allí. Las máquinas pesan 33 kilos, y si bien pueden entrar y salir de los ascensores, subirlas o bajarlas por las escaleras es muy diferente.
Cada uno viene con una llave electrónica encriptada para ahuyentar ladrones y bromistas. Pero encadenar la máquina a un parquímetro o un poste de luz es mucho más extraño que hacerlo con una bicicleta.
Además está el precio. Cuando los primeros modelos estén a la venta, dentro de aproximadamente un año, costarán alrededor de 3000 dólares.
"No quiero ser amargo -dijo Paul Saffo, director Instituto del Futuro en Menlo Park, California-, pero cuesta alrededor de 2000 dólares y pesa como veinte kilos de más."
"La gran pregunta es: ¿lo van a aceptar los peatones? -dijo Sheila Lynch, directora ejecutiva de Northeast Advanced Vehicle Consortium, una organización sin fines de lucro que auspicia proyectos de transporte alternativo-. No puede saberse. He visto muchas innovaciones prometedoras que no funcionaron."