¿Por qué existe el orgasmo?
Sobre el sexo y el orgasmo hay todavía más escrito que sobre gustos. Sin embargo, la ciencia aún no tiene respuesta certera para la pregunta de por qué existe el orgasmo desde el punto de vista evolutivo, cómo y por qué apareció ese fenómeno en el que el placer desmayado gana a la conciencia y cuáles fueron las razones por las cuales se impuso, es decir, generó una ventaja reproductiva. Sobre todo el orgasmo femenino, dado que la relación entre el orgasmo masculino y la eyaculación que permite la reproducción está clara. Pero las mujeres pueden concebir hijos sin sentirlo.
Liberación de óvulos
A falta de consenso, hay algunas pistas y varios experimentos. Uno de estos fue el que diseñó un grupo de científicos de la Universidad de Cincinnati (Estados Unidos), publicado hacia finales del año pasado, que abona la hipótesis de que el orgasmo estuvo asociado con la liberación de óvulos; es decir que trabajaría como inductor de la ovulación, función que –notaron- existen en otras mamíferas.
Con el correr de la evolución ese mecanismo se ha perdido, está claro, y no sólo por la alteración que hace la cultura de la herencia biológica. "Nuestro experimento parece apoyar la idea de que un reflejo parecido al orgasmo de nuestro pasado evolutivo fue usado alguna vez para inducir la ovulación", le explicó a LA NACION Mihaela Pavlicev, autora del trabajo. "Desde luego, el hecho de que es algo que sucedió hace mucho tiempo genera la pregunta de si aún cumple alguna función; no ya la original, sino una diferente, ya que las características que no se usan suelen degenerar, modificarse", agregó la investigadora, ahora mudada al departamento de biología evolutiva de la Universidad de Viena (Austria). Pavlicev asimismo afirmó que tiene previsto hacer más investigación sobre el asunto para tener datos extras acerca de la evolución de los genitales femeninos en los mamíferos.
Pero estas ideas aún no han reunido el consenso necesario, ya que bien podría ser el orgasmo algo neutro desde el punto de vista evolutivo: apareció de casualidad y quedó. "El problema del orgasmo femenino humano es que no es ni mucho menos indispensable para una fecundación exitosa, lo que ha llevado a algunos a especular que es un mero artefacto evolutivo", explicó Ambrosio García Leal, biólogo y doctor en filosofía español, autor de libros de divulgación sobre la evolución, como El sexo de las lagartijas.
"Así como los varones tienen pezones aunque no den de mamar, las mujeres tienen clítoris (que son esencialmente esbozos embrionarios de pene) aunque no tengan que inyectar esperma en el cuerpo de sus parejas. Y un efecto colateral de la posesión de un clítoris es la posibilidad de tener orgasmos si se estimula de la manera adecuada, pero esto no tendría ningún significado adaptativo", agregó.
Reforzar el vínculo con la pareja
Entre las hipótesis barajadas por los investigadores se propuso que el orgasmo femenino humano surgió como manera de reforzar el vínculo de pareja humano en función reproductiva: cuidar a la prole con amor. Los orgasmos, bajo este paraguas conceptual, contribuyen a tener una vinculación emocional más fuerte (que otros llaman amor). "El problema es que en las otras especies monógamas no hay ninguna evidencia de orgasmo femenino, lo que no impide el establecimiento de lazos duraderos (incluso de por vida) entre machos y hembras", desconfía García Leal, quien también cita otra idea que aparece como polémica, pero que tiene visos de cientificidad evolutiva: que las contracciones orgásmicas permitieron a las mujeres ancestrales ejercer cierta selección sexual en un régimen de competencia espermática (a base de favorecer el éxito reproductivo de los varones con los que llegaban al orgasmo).
Selección sexual
Esa es la que prefiere el autor de La conjura de los machos: "Yo me decanto por la interpretación del orgasmo femenino como un mecanismo de selección sexual en un régimen de competencia espermática, en particular uno donde se daba lo que se conoce como ventaja del último. Si las hembras humanas ancestrales copulaban con varios machos en sucesión hasta llegar al orgasmo, podrían haber privilegiado a su favorito a base de llegar al orgasmo preferentemente con él, aunque previamente se dejaran penetrar por otros machos del grupo. Esto es congruente con otros hechos intrigantes de la sexualidad humana, como la mayor tardanza de las mujeres en llegar al clímax o el tamaño y, sobre todo, la forma del pene humano, cuyo diseño sugiere que habría actuado como una bomba de extracción del esperma rival depositado previamente", dijo a la vez que aceptó que "quizá no sea la explicación más romántica, pero es la que tiene más sentido para mí".
"Todo es especulación", dice el periodista científico catalán Pere Estupinyà, "pero se interpreta como un premio placentero asociado a la eyaculación del macho que le condiciona a querer repetirlo. No está claro si cumple una función importante en la hembra. Más curioso es el período refractario en machos, que les impide continuar gastando energías con una hembra con quien ya ha copulado, pero reactiva el deseo si aparece una nueva".
El autor de S=EX2, donde visitó en extenso estos temas con información de primera mano de los principales investigadores del mundo, aclara que fisiológicamente no es diferente en hombres y mujeres. "Se han hecho estudios que describen sensaciones sin marcas de género y las respuestas son indistinguibles. El clítoris tiene una erección igual que el pene, hipersensibilidad tras el orgasmo igual que el glande, los mismos espasmos musculares, la mujer eyacula un líquido -generalmente poco- parecido al semen pero sin espermatozoides. Es cierto que la mujer puede continuar con la excitación y tener multiorgasmos, y que suele tener diferentes sensaciones cuando el orgasmo viene por la estimulación directa del clítoris externo o por penetración vaginal, pero el hombre en ciertas condiciones también puede ser multiorgasmo y tener esas sensaciones", agregó.
Un reflejo
Pero como la biología es origen, pero no destino, después de una aproximación evolutiva conviene tomar unas pastillas de cultura para desbiologizar el ambiente. En ese sentido, Beatriz Literat, sexóloga clínica y ginecóloga del Halitus Instituto Médico, afirma que las generalidades para hablar de las funciones biológicas chocan contra su experiencia de anorgasmia y anhedonia masculina, donde la función eyaculatoria está bien, pero no se experimenta placer. "Desde lo neurológico el orgasmo es un reflejo, como el estornudo o el parpadeo o los reflejos de la rodilla o el codo", dijo.
Para poder llegar al orgasmo se necesita que la vía nerviosa esté en perfectas condiciones, pero a la vez "es necesario que se reclute todo el aparato cognitivo, lo que pensamos, amalgamar lo que sentimos y lo que le pasa a nuestra persona como integridad con lo biológico", agregó Literat, quien mencionó otro aspecto cultural para el hombre: asociar potencia y placer con autoestima. "En cambio, las mujeres, cuyos genitales están escondidos, han sido condenadas por sentir placer sexual. Recién desde hace 30 años o 40 estamos haciendo público que las mujeres también tenemos derechos sexuales", concluyó.