Por qué los astrónomos vigilan de cerca al asteroide Apophis
Los astrónomos afirman que tendrán que continuar vigilando al asteroide Apophis (en griego significa "dios del caos") para poder determinar claramente cuales son las posibilidades de que esta roca espacial pueda impactar contra la Tierra en su acercamiento más riesgoso, que ocurrirá en 2068. Si bien aseguran que las posibilidades de este choque son muy bajas, ahora un nuevo elemento se sumó a sus análisis del recorrido de este cuerpo celeste: un efecto de aceleración que puede cambiar su trayectoria en el espacio.
De acuerdo a lo que informaron los científicos que siguen los movimientos del Apophis, en determinadas circunstancias el Sol puede calentar un asteroide de forma desigual, lo que produce que esa roca del espacio irradie una energía térmica de forma asimétrica. Eso puede ocasionar un pequeño empujón al objeto en una determinada dirección. Este efecto se llama aceleración de Yarkovsky, y puede desviar el viaje espacial de un asteroide, según consigna la revista especializada Live Science.
Los astrónomos no habían tomado en cuenta ni medido este empuje del sol sobre Apophis, y no incorporaron este efecto en su cálculo de la amenaza del asteroide por su posible impacto con nuestro planeta en 2068. Antes de que incorporaran a sus análisis la aceleración de Yarkovsky, los científicos habían señalado que la posibilidad del impacto de este objeto contra la Tierra era muy pequeña, alrededor de 1 en 150.000.
Ahora, un nuevo estudio muestra que el asteroide se está alejando de su órbita previamente prevista en unos 170 metros al año debido al efecto Yarkovsky, señaló el autor principal de este informe y astrónomo de la Universidad de Hawái en Manoa, David Tholen, durante una conferencia de prensa el pasado 26 de octubre.
Qué es el efectoYarkovsky
"El hemisferio más cálido del asteroide empuja un poco más fuerte que su mitad más fría, y eso hace que el asteroide se desvíe de lo que le marcaría una órbita puramente gravitacional", agregó Tholen.
El Apophis tiene unos 340 metros de diámetro y hasta ahora se había hecho el cálculo de su trayectoria sin tener en cuenta este proceso de aceleración. Desde que el cuerpo celeste fue descubierto en 2004, se recopilaron muchos datos sobre su trayectoria como para prácticamente descartar su impacto con la Tierra en 2068.
Sin embargo, ahora que se está calculando la órbita afectada por la energía del sol, con la aceleración consecuente, no se puede descartar que el asteroide sea una amenaza para el planeta en esa futura fecha, según lo que señaló Tholen.
"El escenario de impacto de 2068 todavía está en juego -dijo el científico-. Necesitamos rastrear este asteroide con mucho cuidado".
Antes del 2068, el asteroide hará una aproximación cercana -pero segura- a la Tierra. Será en el año 2029, en el mes de abril, donde será incluso visible a simple vista, además de una gran oportunidad para que los observatorios obtengan una visión más detallada de su superficie y su forma.
"De todas las fechas, el viernes 13 de abril de 2029 es cuando ocurrirá el sobrevuelo", dijo Tholen, que agregó que ese acercamiento ayudará a estudiar mejor el asteroide y a predecir más fácilmente escenarios de acercamientos futuros.
El equipo de Tholen hizo el descubrimiento después de cuatro noches de observación en enero y marzo de este año con el telescopio óptico-infrarrojo Subaru, de factura japonesa, pero ubicado en la cima del volcán Mauna Kea, en Hawai. Los investigadores recolectaron 18 exposiciones del asteroide con una precisión muy alta.
"Realmente fijamos la posición de este asteroide extremadamente bien. Fue importante para tener una fuerte detección del efecto Yarkovsky", dijo Tholen.
Si existe alguna amenaza de impacto, los astrónomos sabrán mucho antes de 2068 cómo abordar el problema. Ingenieros de todo el mundo están desarrollando ideas sobre cómo desviar asteroides peligrosos para nuestro planeta, conceptos que abarcan desde tirones gravitacionales hasta "impactadores cinéticos" que desviarían una roca amenazante.
En este sentido, la NASA tiene una Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria que recopila observaciones de asteroides con una red de telescopios asociados, y que imagina escenarios para el desvío de asteroides o (en el peor de los casos) para evacuar poblaciones amenazadas por una roca espacial. Hasta ahora, tras décadas de observaciones no se han encontrado amenazas inminentes de asteroides o cometas contra nuestro planeta.