Perseverance: la nueva misión de la NASA que buscará antiguas huellas de vida en Marte
Tiene 45 kilómetros de ancho, se encuentra al norte del ecuador marciano y posee una historia que atrajo atrae la atención de los científicos planetarios. El cráter Jazero -así se llama el lugar en el que amartizará en 2021 el vehículo de la NASA Perseverance- tiene un pasado que lo hace especial: si hoy las bajas temperaturas y la aridez dominan la mayor parte del planeta, hace 3500 millones de años el paisaje habría sido completamente diferente en la región en donde se dará el descenso de la nueva misión estadounidense a Marte.
Inundado por un antiguo río, el cráter Jazero habría dado lugar a la formación de un lago. Y allí en donde hubo agua en estado líquido, y en este caso con aporte de sedimentos transportados por un río, pudo haberse encendido la chispa de la vida.
Si bien la búsqueda de indicios de vida actual o pasada en Marte no es algo nuevo, la búsqueda de las pistas que se acerquen a una respuesta sobre la existencia de un pasado con actividad microbiana en el planeta será una cuestión central en esta misión, conocida como Mars 2020.
A cargo de la búsqueda de las huellas de vida estará el vehículo más pesado que se haya enviado al suelo marciano: el rover Perseverance tiene tres metros de largo por 2,7 de ancho y 2,2 de alto. En total, 1025 kilos de ruedas, cámaras, herramientas y sensores. Un laboratorio móvil creado a imagen del rover Curiosity, que aún recorre la superficie de Marte.
Perseverance estudiará la composición del suelo, medirá la velocidad del viento y la temperatura, el tamaño de las partículas de polvo, hará experimentos, como la transformación del dióxido de carbono de la atmósfera en oxígeno, entre otras tareas. Aunque la cuestión de la vida ocupará gran parte de sus acciones.
"A nivel de lo que es la estructura del rover es muy parecido al Curiosity que está ahora en Marte - comenta el astrobiólogo argentino Gerónimo Villanueva, investigador en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA-. El gran cambio que hubo ahora es la instrumentación que va en el robot. Este tiene un perfil mucho más astrobiológico".
En este sentido, el principal instrumento que escudriñará la superficie del cuarto planeta del Sistema Solar en busca de materia orgánica no tiene cualquier nombre: como el personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle, SHERLOC (Scanning Habitable Environments with Raman & Luminescence for Organics and Chemicals), un espectrómetro montado sobre un brazo robótico que utiliza un láser ultravioleta, buscará detectar moléculas que puedan estar asociadas al desarrollo de formas de vida. Su asistente, como no podía ser de otra forma, será Watson, una cámara propia para ver en detalle las muestras analizadas.
Marte y un pasado habitable
La búsqueda de vida pasada en Marte se basa en una hipótesis que, con el paso de las exploraciones, ha ido adquiriendo robustez: hace miles de millones de años, el planeta habría tenido ciertas características de habitabilidad que no presenta ahora.
"Existe consenso en que Marte en el pasado podría haber tenido condiciones menos inhóspitas y por ende más favorables para la vida", dice la astrobióloga Ximena Abrevaya, investigadora en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (UBA-Conicet).
Villanueva, por su parte, señala: "Se cree que en los primeros mil millones de años Marte tenía una actividad hidrológica interesante, con ríos, glaciares, tal vez océanos o grandes reservorios de agua y lluvia".
Una atmósfera más espesa, humedad y la existencia de agua líquida -un solvente universal- habrían sido parte de la "biografía" del planeta, entre cuatro mil y tres mil millones de año atrás.
En busca de registros vida en el pasado
La NASA ha repetido que la búsqueda se orientará a la búsqueda de evidencias de vida pasada. ¿Por qué no se está hablando en esta misión de hallar rastros de vida que exista hoy en Marte?
"Posiblemente luego de que las sondas Viking exploraran las posibilidades de vida en el Marte actual y que los resultados arrojaran conclusiones que indicarían que no habría vida en el Marte de hoy en día, muchas de las investigaciones entonces se tornaron a indagar si en verdad la vida pudo haber existido en el pasado y hoy está extinta", apunta Abrevaya, directora del Núcleo Argentino de Investigación en Astrobiología.
"Si bien algunos científicos creen que los resultados de las Viking no fueron concluyentes en cuanto a ser categóricos sobre la imposibilidad de que exista vida en Marte en el presente, hay una corriente que apunta a buscar vida en el pasado, influenciada también por el hecho de que el Marte actual es mucho más inhóspito que lo que se supone que fue el primitivo, y por ende hoy en día habría menos chances, aunque no las podemos considerar nulas", añade Abrevaya.
Villanueva, por su parte, asegura que la búsqueda de vida actual y pasada están relacionadas, aunque aclara: "Si existe vida ahora en Marte va a ser muy difícil que sea en la superficie, porque la radiación es muy fuerte, tiene que estar muy protegida, entonces es muy poco probable. Si hay vida en Marte ahora es subterránea y Perseverance no la puede medir".
Qué buscará Perseverance
Curiosity ya detectó azufre, nitrógeno, hidrógeno y carbono, entre otros elementos, extraídos de rocas arcillosas, necesarios para la vida. El científico argentino indica que ahora la idea es conocer qué tan común es la materia orgánica en Marte. "Lo que queremos ver es si hay material orgánico más complejo", agrega.
En tanto el gas metano detectado en la atmósfera marciana en años anteriores por el momento tiene un origen que sigue siendo interrogante pero que podría comenzar a ser entendido a partir del nuevo rover de la NASA. "Aún se desconoce si la fuente es biótica o abiótica, es decir a partir de un proceso biológico relacionado a la existencia de vida, o a partir de un proceso geológico, es decir una reacción química o geoquímica donde la vida no estaría involucrada", dice Abrevaya.
Hay incluso quienes sueñan con hallar estromatolitos, estructuras rocosas formadas por microorganismos, y que constituyen el registro fósil más antiguo de las primeras formas de vida que poblaron nuestro planeta, hace 3500 millones de años.
"Si esos estromatolitos están acá tal vez en Marte también se crearon y podrían ser indicadores fidedignos o de mayor importancia de que en su momento hubo vida allá", explica Villanueva.
No obstante, el astrobiólogo de la NASA explica: "Los estromatolitos son elementos que son difíciles de distinguir en realidad. Uno puede tener indicadores de que los estamos viendo pero en realidad vamos a tener que recurrir a dos métodos esenciales para ver si son estromatolitos marcianos".
Traer a la Tierra muestras de roca y materiales del planeta rojo en futuras misiones sin humanos o los futuros análisis que puedan realizar los astronautas in situ serán pasos claves para contar con "evidencia fidedigna", dice el investigador. Hasta entonces, difícilmente pueda afirmarse que Marte alguna vez albergó vida,como así tampoco podrá asegurarse lo contrario. Por un buen tiempo más, el final seguirá abierto, aunque cada vez con más información sobre el aparentemente habitable planeta Marte de un pasado lejano.