Modifican procesos de esterilización
Los priones, causantes de las demencias transmisibles, resisten los métodos tradicionales
"Ya no es suficiente tratar el instrumental médico con los métodos tradicionales. Ahora, y a raíz de las demencias transmisibles, como es el caso de las infecciones por priones -agente que provoca el denominado "mal de la vaca loca"-, el concepto de esterilidad cambió radicalmente", afirma el virólogo y farmacólogo argentino radicado en Francia, Pablo Goldschmidt.
El investigador, que acaba de brindar una conferencia sobre el tema en el Congreso Latinoamericano de Cirugía Máxilo Facial e Implantología realizado en La Paz, Bolivia, explicó a La Nación que "en el caso de los priones, estamos frente a un agente infeccioso no convencional, que no desaparece ni con la irradiación ni con las temperaturas habituales a las que se somete el instrumental para su esterilización, ni los dispositivos médicos".
Goldschmidt agrega un dato fundamental: "La esterilización con glutaldehído, lactonas o formol aumenta el poder infectivo de los priones. El prión es una proteína que se enrosca en forma de hélice Beta, y su poder infeccioso proviene precisamente de que esté plegada, el formol y el glutaldehído fijan la hélice; es como si la preservaran en vez de destruirla".
Complemento dietario
El 28 de enero de 2001 una denuncia del diario inglés Independent puso en vilo a los sistemas sanitarios: demostró que una partida de cientos de toneladas de harina con priones producida en ese país, y que debió ser quemada, fue, sin embargo, exportada a 69 países. Entre ellos, Holanda, Francia y Alemania. Más de 30 toneladas de esta harina salieron hacia Israel y tres a Rusia. Otra partida habría aparecido en Kenya. Las harinas que se utilizan como complemento dietario para la cría de ganado también se vendieron para la cría de cerdos y pollos.
La constatación de que la enfermedad pudo haber sido diseminada es lo que motiva la necesidad de prevenir la transmisión iatrogénica; es decir, la que se da en los medios hospitalarios y sanitarios en general, por la incorrecta desinfección del instrumental. Aunque es muy poco lo que se sabe, lo que se conoce alcanza como para haber determinado que la encefalopatía espongiforme bovina puede transmitirse de un paciente infectado a otro a través del contacto de tejidos.
La enfermedad que tuvo su origen en una patología de las ovejas denominada scrapie , y que fue transmitida a las vacas porque con los restos de ovinos infectados se elaboró alimento vacuno, provoca en el hombre síndromes psiquiátricos, demencia y muerte muy rápida en personas de todas las edades; no como la encefalitis espongiforme de Creutzfeldt-Jacob, cuyo promedio de inicio son los 55 años.
En el mundo, por cada millón de personas, una por año padece encefalitis con demencia, un mal parecido al de Alzheimer, pero que avanza muy rápido y provoca la muerte en poco tiempo. "Si nos ceñimos a los datos estadísticos, en la Argentina tiene que haber entre 30 y 35 personas que desarrollan la enfermedad por año. En Chile, donde hay muy buena vigilancia epidemiológica, detectan hasta 20 personas por año a las que se les practica una autopsia y presentan imágenes de encefalitis espongiforme", dice Goldschmidt.
La transmisión
Pero más allá del origen de la encefalopatía espongiforme, lo real es que se transmite de persona a persona cuando hay contacto entre tejidos, y que resulta prioritario eliminar cualquier riesgo de transmisión conocido. Si se toma material infectado por priones de personas con el mal, y se inyecta en otra, estos tipos de demencias se transmiten. Razón por la cual los pacientes que llegan a los centros médicos con síntomas de demencia o crisis melancólicas inexplicables que derivan rápidamente en demencia deben ser tratados con las precauciones adecuadas.
"Ahora -sostiene el especialista- en el campo de la esterilización debemos trabajar de otra manera. El virus del HIV muere a 56°C en 30 minutos y todas las autoclaves que se utilizan en neurología, cirugía general y odontología suben a 122°C. Pero el prión sólo pierde su poder infeccioso a 200°C durante por lo menos una hora en calor seco y a 134° durante 20 minutos con calor húmedo."
Algunos laboratorios de Ottawa, Canadá, que analizaban priones, eliminaban el agua de desecho en el campo, pero el prión es tan sólido que pudieron recuperarlo de la tierra, donde continuaba activo. "El agua de laboratorio, donde se sospeche la presencia de material contaminado con priones, antes de ser eliminada, debe ser tratada con cloro puro o hidróxido de sodio", explica.
Los especialistas ingleses sostienen que cuando se trata a alguien con síntomas de demencia, hay que tirar todo el material o esterilizarlo de manera diferente: se aconseja lavarlo y cepillarlo enérgicamente con detergente alcalino, después lavarlo nuevamente con detergente alcalino varias veces y enjuagarlo bien, y luego autoclavarlo a 134°C y no a 122°C.
También es conveniente que el personal que manipula esos instrumentos utilice guantes de metal especiales que impiden los cortes y los pinchazos.
Ni bacteria, ni virus, ni hongo
Las neuronas poseen una proteína (la PrP) que es la encargada de mantener la estructura tridimensional de la neurona. Ante un estímulo que aún no puede determinarse, esa proteína se enrosca sobre sí misma en forma de hélice, dando origen al prión que, a su vez, va modificando también a otras proteínas adyacentes.
Al cambiar la conformación espacial, estas proteínas hacen que las neuronas se desorganicen y mueran. Así, el tejido cerebral se deforma, dando la imagen de esponja que se observa cuando se analizan los cortes histológicos de los animales y personas infectadas.
Stanley Prusiner, el científico que recibió el Premio Nobel por haber formulado el concepto de prión , fue quien describió por primera vez la microbiología y la infectología de una enfermedad que no es transmitida por bacterias, virus u hongos, sino por estructuras que carecen de ADN.
"Estamos por primera vez en presencia de una enfermedad que se transmite en ausencia de código genético", explica Pablo Goldschmidt, refiriéndose al "mal de la vaca loca" y a la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob.