"Mi mayor orgullo es ayudar a que se tome conciencia de la esquizofrenia"
En "Una mente brillante", bucea en los procesos mentales del genio y la locura
Una fría mañana de 1959 John Forbes Nash Jr., un joven profesor del Massachusetts Institute of Technology (MIT) que perfilaba como la próxima gran estrella del mundo de las matemáticas, llegó a la universidad con una copia del diario bajo el brazo. Y señaló, a nadie en particular, que una historia de la tapa contenía un mensaje de extraterrestres que sólo él podía descifrar.
A los pocos meses, Nash estaba encerrado en un hospital psiquiátrico, iniciando una vida en las tinieblas, sujeto a todo tipo de tratamientos con drogas hasta quedar convertido en un vagabundo que recorría los claustros de la universidad de Princeton dejando extrañas inscripciones en los pizarrones. Décadas después, recibía el premio Nobel de Economía.
Tragedia y cuento de hadas
"Cuando escuché la historia por primera vez quedé maravillada. ¡Era una tragedia griega, una obra de Shakespeare y un cuento de hadas convertidos en uno!", confesó en diálogo telefónico con LA NACION Sylvia Nasar, la autora de "Una mente brillante" (Grijalbo) la biografía del genial matemático sobre la que se basó la película protagonizada por Russell Crowe y una de las favoritas al Oscar.
Nasar, que es periodista del New York Times y profesora de periodismo de la Universidad de Columbia, fue finalista del premio Pulitzer por su libro, best-seller en los Estados Unidos. Pero asegura que su mayor orgullo es haber contribuido a que más gente tomara conciencia de los flagelos de la esquizofrenia -y, también, de que la enfermedad es curable-.
-¿Cómo era el genio de Nash antes de la enfermedad?
-El genio de Nash era de ese tipo misterioso más comúnmente asociado con la música o el arte que con la matemática. No era simplemente que su cerebro trabajara más rápido, que su memoria retuviese más o que su poder de concentración fuese mayor. Nash resolvía los problemas con flashes de intuición que no eran racionales. Así como otros grandes intuitivos de las matemáticas, Nash tenía visiones. Las pruebas y los cálculos para llegar a ellas venían mucho después, y pocos podían comprenderlos.
-Pero lo admiraban...
-Es que la matemática es una disciplina muy particular. Aunque obviamente está relacionada con la ciencia, la estética del trabajo es muy importante. Cuando los matemáticos describen los trabajos que admiran, el adjetivo más frecuente es "profundo". Pero inmediatamente después, hablan de su "belleza".
-¿Se podría decir que Nash sufría por ser excesivamente racional ?
-La fe de Nash en la racionalidad y el poder del pensamiento puro era extrema, aún para un joven matemático en la nueva era de las computadoras y los viajes espaciales. ¡Hasta Einstein una vez lo retó por querer mejorar la teoría de la relatividad sin estudiar física! Para Nash, la racionalidad lo podía todo. Quería transformar las decisiones de la vida cotidiana en cálculos, algoritmos y reglas matemáticas. Incluso qué ascensor tomar o con quien casarse.
-Varios matemáticos han declarado sentirse identificados con su descripción de Nash.
-Bueno, Nash tenía un profesor que había desarrollado un sistema de algoritmos para nunca repetir la combinación de sus trajes. El mismo despreciaba completamente el sentimiento y la convención. Pero una vida vivida con reglas tan rígidas termina siendo lo opuesto de lo racional, porque implica la negación básica de la posibilidad de una coincidencia. Todo tiene un significado. Si Nash veía tres hombres con sobreros colorados en un día, decretaba una conspiración comunista.
-Esa racionalidad extrema también lo llevaba a despreciar el trabajo de sus colegas, ¿no es verdad?
-Nash era un pensador, no un académico ni un estudiante, totalmente desinteresado de lo que los demás hacían. Por un lado, eso lo llevó a muchas calles sin salida intelectual que fácilmente se podrían haber evitado. Pero por el otro, le permitió una mirada renovadora a temas que otros despreciaban por bizarros. Y allí se dieron sus grandes descubrimientos.
-¿Coexisten el genio y la locura?
-El genio y el trastorno bipolar (o maníacodepresivo) frecuentemente van juntos. Pero la esquizofrenia es una enfermedad mucho más devastadora. Nash escribió estudios muy buenos después de enfermarse, pero nunca del calibre de su trabajo anterior.
-¿Cómo explica la forma casi milagrosa en la que mejoró su condición?
-Nadie puede saberlo con certeza, pero hubo una combinación de factores afortunada. Por un lado, él mismo logró motivarse lo suficiente como para volver a tomar contacto con la realidad. Por otra, la edad lo ayudó a superar la enfermedad. Y, fundamentalmente, su entorno supo protegerlo y apoyarlo.
-¿Llegó a conocer a Nash? ¿Qué opinó del libro y la película?
-Nash y yo nos hicimos bastante amigos después de la publicación del libro, y me dijo que la película le gustó mucho, sobre todo el ritmo acelerado. Y cree que Russell Crowe se parece mucho a él.
-¿Cuál es su opinión de la película?¿Fue fiel a su libro?
-Fue fiel al espíritu de la vida de Nash. El retrato que logra del trastorno mental es extraordinario. Conozco a muchos pacientes que al terminar de verla me han dicho: "Finalmente, mi familia pudo comprender mi enfermedad".