La dispepsia, primer motivo de consulta en gastroenterología
Sus síntomas habituales son náuseas, dolor, acidez y distensión abdominal
"Todavía no probé bocado y ya tengo acidez... ¿Será lo que comí? ¿Me convendrá tomar mate? No, si me siento tan mal que no me pasa ni un vaso de agua..."
Son muchas las personas que -palabras más, palabras menos- comienzan sus días así. Según una encuesta del Club Argentino del Estómago y Duodeno, la dispepsia funcional, caracterizada por ardor, distensión abdominal, saciedad precoz (sentirse lleno rápidamente, dolor, náuseas y vómitos, que se prolongan más de tres meses, es la primera causa de consulta gastroenterológica.
El dato surge de un trabajo realizado por la entidad entre pacientes de 20 centros de gastroenterología de todo el país, que arrojó que el 32% delas personas demandan atención por esta afección, de origen desconocido.
"Es la causa más frecuente de consulta en gastroenterología y el segundo motivo de consulta al médico, después de la hipertensión arterial", explica el doctor Carlos A. Waldbaum, médico del servicio de Gastroenterología del hospital de Clínicas y Presidente del Club Argentino del Estómago y Duodeno ( www.caded.org )
Este club científico, formado hace 9 años, tiene 400 miembros y organiza el 10 y 11 de abril el IV Simposio Nacional de Patología Gastrointestinal, una reunión que este año, por primera vez, tendrá un costo de inscripción de 10 pesos destinados a la Fundación Ernesto Sabato, que alimenta y educa a chicos de 7 a 14 años.
El doctor Fernando Man, secretario del Club (una entidad sin fines de lucro) y médico del Servicio de Gastroenterología del Hospital Posadas, de Haedo, indica que los análisis y pruebas complementarias de los pacientes con dispepsia funcional tienen resultados normales.
"Por eso es muy frecuente que lleguen al consultorio con una gran preocupación -afirma Man con su dulce acento tucumano-. Dicen: ¿cómo puede ser que me sienta tan mal si no tengo nada ? Sí tienen algo , aunque no sea orgánico sino funcional. Sabemos que entre los dispépticos los alimentos tardan más en salir del estómago, y que tienen una mayor sensibilidad en la mucosa digestiva, es decir, una mayor viscerosensibilidad, que no se vincula con un problema emocional sino con la cantidad de receptores nerviosos presentes sobre ese tejido, cuya respuesta, si está amplificada, incrementa la sensación de malestar y dolor."
Waldbaum añade que todo paciente con síntomas de dispepsia debe someterse a pruebas diagnósticas para "descartar patologías como úlcera gástrica, trastornos esofágicos, cáncer gástrico, o alguna alteración a nivel biliar o de páncreas que también pueden causar síntomas de dispepsia, aunque no funcional sino orgánica. Este diagnóstico se logra con análisis de sangre, ecografías y endoscopia gastrointestinal."
Los especialistas aseguran que cuando un paciente comprende que esos molestos trastornos no tienen causa orgánica se siente más tranquilo y el cuadro mejora. "Pero eso no significa -puntualiza Waldbaum- que la dispepsia tenga origen emocional, aunque los factores psicológicos influyen. El aparato digestivo es un sistema muy complicado, donde se producen procesos complejísimos. Tiene un sistema nervioso propio, tanto o más complejo que el sistema nervioso central (SNC). Por un lado, el aparato digestivo trabaja en forma autónoma y, por otro, lo hace unido al SNC. Debido a esto produce sintomatología que, en el caso de la dispepsia, no tiene que ver sólo con lo que la persona come o con sus nervios... Además, enfermedades que durante mucho tiempo se creyeron de origen emocional, como la úlcera, tienen causa orgánica."
La dieta del bebe
El doctor Man explica que muchos pacientes dispépticos se autosometen a dietas muy estrictas, autopesquisando qué alimentos les hacen daño. "Dietas de bebe -dice Man-, zapallo y pollo hervido. Pensamos que no tiene sentido una dieta restrictiva fuera de un momento en que los síntomas sean agudos. Es lógico rechazar un tuco, vino, chocolate o cítricos si hay mucha acidez. Pero el resto del tiempo importa más cómo se come que lo que se come."
Los especialistas dicen que no sólo para los dispépticos, sino también para la población en general, la recomendación es no comer a las apuradas, realizar una alimentación variada, ingestas no copiosas por las noches y realizar varias comidas pequeñas a lo largo del día más que enormes platos de una sola vez.
"Hoy disponemos de fármacos que inhiben o bloquean la secreción ácida, son drogas nuevas con gran potencia -afirma Waldbaum-. Pero también se indican drogas para aumentar la velocidad de evacuación gástrica (algo así como acelerar un estómago lento), llamadas proquinéticas , que actúan sobre los receptores nerviosos de la mucosa gastroduodenal y permiten que el estómago se adapte a su contenido. Y lo más nuevo son psicofármacos, inhibidores de la recaptación selectiva de serotonina (IRSS), antidepresivos, pero en este caso no se utilizan para tratar la depresión. Lo que se busca es que, que en dosis muy bajas, modulen la respuesta del paciente a su propia percepción de dolores y molestias gastroduodenales, por ejemplo, síntomas como la sensación de abdomen lleno, que debido a la viscerosensibilidad del paciente seguramente le producen más molestias que a otras personas."