La degeneración macular no se resuelve con anteojos
Sólo hay un período relativamente corto en que puede ser tratada si se agrava; por eso es necesario estar atentos y consultar a un oftalmólogo periódicamente
El efecto de la degeneración macular sobre la visión es raro: es no ver, o ver distorsionadamente, justamente ahí donde se quiere fijar la vista. Esto hace que en Estados Unidos se considere como la principal causa de "ceguera legal", porque la persona no queda completamente ciega por esta enfermedad, pero la visión central puede quedar afectada hasta el punto de que sea imposible leer, reconocer rostros, ver los semáforos, enhebrar una aguja y muchas otras tareas que hacen a la calidad de vida.
La degeneración macular relacionada con la edad (DMRE) es una lesión que inutiliza parte de la mácula, que es el área de la retina responsable de la visión central. El deterioro visual que produce la DMRE no se corrige con anteojos, y de hecho para el 90% de estas maculopatías no existe tratamiento alguno, salvo algunas medidas que pueden ayudar, en todo caso, a endentecer su desarrollo.
Estas son las formas "secas" de DMRE; pero en las llamadas "formas húmedas" de DMRE, donde el daño está producido por el crecimiento anormal de nuevos vasos sanguíneos en la retina –neovascularizaciín o angiogénesis– sí existe un tratamiento posible que permite detener el crecimiento e incluso mejorar la visión: "Por eso es importante que las personas consulten oportunamente al oftalmólogo, que no tomen esa pérdida de visión como algo normal", explicó el doctor Oscar Donato, jefe del servicio de Retina del Hospital Pedro Lagleyze.
Las formas "secas"de DMRE, que son las que menos daño funcional producen (aunque también son generalmente irreversibles) pueden evolucionar hacia las formas "húmedas" o no, y a su vez las formas "húmedas" pueden manifestarse sin otro antecedente previo; por eso este fenómeno debe ser tenido en cuenta por todas las personas, en especial después de los 60 años de edad, ya que a partir de entonces la DMRE aparece en un 5% de la población.
Según el jefe del servicio de Retina del Hospital de Clínicas "José de San Martín", Jorge Bar, la lesión producida por la DMRE progresa en promedio 120 micrones por año. La mácula, responsable de la visión central del ojo, tiene un diámetro de 1,5 milímetros; de modo que en poco más de 10 años la persona puede llegar a perder la visión central. "Pero el 90% de los casos más graves corresponden a las formas húmedas de la enfermedad, que son las que afortunadamente podemos tratar", señaló el oftalmólogo.
La droga aprobada para el tratamiento de la DMRE "húmeda" es el ranibuzumab (Luentis), un anticuerpo monoclonal que se aplica en forma de inyecciones intraoculares. Esta droga, que inhibe el proceso de angiogénesis, es muy similar a otra llamada bevacuzumab (Avastin), que se usa para el tratamiento del cáncer de colon y que no está aprobada para uso oftalmológico, pero funciona como reemplazo del ranibizumab.
Acceder al tratamiento. Aunque es mucho menos frecuente, hay formas de degeneración macular que pueden afectar a personas más jóvenes. Eso le sucedió a Analía Cantero, una abogada marplatense de 31 años que hoy preside la Asociación Argentina de Baja Visión (Aabavi), cuya función es ayudar a los pacientes con este tipo de problemas a acceder a los tratamientos y ponerlos en contacto con información y opciones que les permitan mejorar su calidad de vida.
"La droga aprobada para el tratamiento de la degeneración macular húmeda es el Lucentis; su valor es de 11.000 pesos por dosis, y a eso hay que agregarle los honorarios del médico que efectúa la aplicación –señala Cantero.–. El médico tratante suele aconsejar tres dosis, o sea que la persona debe afrontar 33.000 pesos más los honorarios, cifra que para el bolsillo de cualquier argentino es imposible."
Cantero indica que Salvo el PAMI, que la está entregando sin inconvenientes, las demás obras sociales no cubren esta medicación, que no se encuentra dentro del Programa Médico Obligatorio (PMO): "Ante la complejidad del caso y de la falta de cobertura, el médico tratante suele solicitar y aplicar el Avastin para las maculopatías húmedas, ya que su aplicación ronda los 2200 pesos por inyección con los honorarios médicos incluidos; la diferencia de costos, como se puede ver, es abismal", apunta la doctora Cantero. Como el bevacizumab sólo está aprobado para uso oncológico, los pacientes que lo requieren para uso oftalmológico también suelen ver dificultado el acceso a la medicación.
Factores de riesgo y diagnóstico. La edad (fundamentalmente después de los 60 años de edad), la predisposición genética (conviene estar atentos a la aparición de casos de DMRE entre los familiares directos), la acción de los rayos ultravioletas sobre la retina, ciertas carencias nutricionales y fumar, son los factores que pueden empeorar la incidencia de la degeneración macular. Dejar de fumar, utilizar lentes con protección UV y el consumo de antioxidantes (especialmente los presentes en las verduras de hoja verde) como parte de la dieta, son medidas que, sin ser infalibles, puede ayudar en alguna medida a prevenir la progresión de la DMRE, asegura el doctor Bar.
Para el diagnóstico se utiliza el examen de retina mediante fondo de ojo y, sobre todo, la retinofluoresceinografía (RFG), que es una fotografía del fondo ocular tomada tras la inyección de una sustancia de contraste.
"En los hospitales públicos –advierte por su parte Cantero–, las personas con degeneración macular húmeda no van a encontrar soluciones, es así de lamentable, ya que en muchos hospitales del país ni siquiera tienen los medios tecnológicos para determinar los edemas maculares. Como por ejemplo una tomografía de coherencia óptica, que es otra de las cosas que as obras sociales se eximen de cubrir."
"En la Argentina, una maculopatía húmeda es más grave que la misma enfermedad –concluye–, porque además del impacto psicológico que debe afrontar el paciente, este se debe ver envuelto en una serie de trámites burocráticos para obtener una medicación, lo cual a veces es más estresante que la misma enfermedad". Para todas las personas con DRE –aún las formas secas, que no tienen tratamiento pero pueden evolucionar hacia formas más graves que sí lo tienen– es fundamental el control oftalmológico adecuado cada 6 meses; el sistema de salud no debería ser un obstáculo para ese derecho.
Mejorar las potencialidades de la visión. La persona con degeneración macular debe reorganizar aspectos de su vida para que este problema, que quita irreparablemente agudeza visual, no resulte más discapacitante de lo que es.
Más información para pacientes en:
http://www.proyectomaculopatia.blogspot.com
http://www.uniondepersonasconbajavision.com
Test de la grilla de Amsler:
http://es.wikipedia.org/wiki/Grilla_de_Amsler