La Bombonera, el primer estadio cardioseguro
Contará con ocho desfibriladores y un operativo médico
Para febrero de 2008, cuando se juegue el primer partido del campeonato, la Bombonera se habrá convertido en el primer estadio cardioseguro de Sudamérica. Ese estadio estará preparado, como lo establece la Fundación Cardiológica Argentina, para llevar a cabo la atención médica óptima de cualquier evento cardiovascular, incluida la temida muerte súbita.
"Para que un estadio sea considerado cardioseguro debe cumplir con dos condiciones -dijo a LA NACION el doctor Gustavo Liotta, director del Departamento Médico de Boca Juniors-: debe tener una cantidad suficiente de cardiodesfibriladores portátiles y un operativo médico-sanitario acorde con las circunstancias."
Las circunstancias, en este caso, son 45.000 espectadores sometidos a condiciones que facilitan un evento cardiovascular: "El estrés, sea positivo o negativo, es un factor de riesgo cardiovascular -comentó Liotta-. Alguien se puede morir de alegría gritando un gol; por otro lado, a la cancha a veces viene gente recién operada del corazón o hipertensos severos, cuyo ingreso uno no tiene forma de controlar".
Así es como, contó Liotta, "en casi todos los partidos algún evento cardiovascular tenemos que atender; afortunadamente, muertes súbitas sólo de vez en cuando, pero tenemos que estar preparados". Se estima que éstas representan la causa de muerte de unas 6000 personas al año en la Argentina.
Shock eléctrico
Los cardiodesfibriladores portátiles son dispositivos que permiten rescatar mediante un shock eléctrico a los pacientes que están sufriendo alteraciones del ritmo cardíaco que los ponen al borde de una muerte súbita. Se estima que en la Argentina hay no más de 500 de estos aparatos.
"Son equipos semiautomáticos que, una vez abiertos, van indicando al operador a través de mensajes de voz qué hacer con el paciente", explicó Javier Libré, gerente para Latinoamérica de Resucitación y Cardiología de Philips. Boca adquirirá cinco de sus dispositivos, para sumar a los tres (uno fijo y dos portátiles) con los que ya cuenta.
"Pero lo más difícil de montar no son los desfibriladores, que sí requieren una inversión [cada aparato cuesta alrededor de 2500 dólares, más impuestos], sino la apoyatura de un operativo médico-sanitario -agregó Liotta-. En Boca, en cada partido, hay 5 médicos, 5 ambulancias, 24 socorristas, enfermería y un shock room en el departamento médico."
En Brasil, "el estadio Morumbí tiene desfibriladores pero no un operativo como éste, que es fundamental ya que una persona que sufre una muerte súbita debe ser atendida dentro de los 3 minutos posteriores".
"Qué Boca sea un estadio cardioseguro no significa que toda la gente que sufra un evento cardiovascular se va a salvar, pero va a tener más chances que si lo sufre fuera de la cancha", concluyó.