Invento argentino para tratar aneurismas
Los números que pone sobre la mesa el neurocirujano argentino Pedro Lylyk son contundentes: “Un aneurisma cerebral que sangra es mortal en el 70% de los casos; los stents intracraneales que hemos desarrollado reducen a menos del 10%la mortalidad”.
Los dispositivos a los que se refiere el doctor Lylyk, director del grupo médico Eneri (Equipo de Neurocirugía Endovascular y Radiología Intervencionista), son los primeros stents (diminutas mallas de metal que mantienen abiertas las arterias) creados específicamente para restablecer el flujo sanguíneo cerebral que se ve amenazado por los aneurismas, la aterosclerosis o las disecciones arteriales.
Ayer, LA NACION estuvo presente en uno de los últimos ensayos que se han realizado con estos stents en cerdos, el paso previo a su utilización experimental en seres humanos, que se prevé para el año próximo. La prueba fue realizada en los quirófanos que el Instituto de Patobiología del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) posee en Castelar, provincia de Buenos Aires.
Pero del desarrollo de estos nuevos implantes cerebrales no sólo participan investigadores del INTA; el ambicioso proyecto colaborativo también incluye a científicos de la Universidad de California en Los Angeles, Estados Unidos, y de la Universidad de Ginebra, Suiza.
Los resultados preliminares del proyecto ya fueron presentados en varios congresos médicos internacionales. "La recepción por parte de nuestros colegas fue muy buena -aseguró el doctor Lylyk-. Lo que pasa es que el dispositivo apunta a dar respuesta a una necesidad, y hasta ahora los resultados son muy promisorios."
Superar obstáculos
Actualmente, los stents -diminutas mallas tubulares de metal que apuntalan las paredes de las arterias, manteniéndolas abiertas- que se emplean para el tratamiento de eventos vasculares cerebrales son aquellos diseñados para uso cardíaco. Como es de suponer, suelen presentar varios inconvenientes que se derivan de no haber sido diseñados con miras a la anatomía y la fisiología del cerebro.
Los stents cardíacos no sólo no son lo suficientemente maleables y flexibles. "Además -agregó el doctor Lylyk-, son muy poco radiopacos, es decir que resultan demasiado transparentes en los monitores de los aparatos radiológicos de última generación que se emplean para estudiar a los pacientes."
Estas deficiencias son las que llevaron a este neurocirujano a crear un stent especialmente diseñado para uso intracraneal. "Primero fue testeado en computadoras en la Universidad de Ginebra y, después de algunas correcciones, comenzamos a probarlo en modelos de aneurismas hechos en silicona a partir de piezas cadavéricas -apuntó-. Sólo entonces comenzamos los estudios en animales."
Un trabajo promisorio
"Nuestro grupo de fisiología experimental es el que se encarga de la preparación y el cuidado de los cerdos que se usan en las pruebas", dijo el doctor Guillermo Berra, investigador del Centro de Ciencias Veterinarias del INTA, en Castelar. Para ello cuentan con dos quirófanos: "En uno fabricamos el aneurisma y en el otro lo curamos", agregó.
El aneurisma cerebral, vale la aclaración, es una malformación de la pared de los vasos sanguíneos que, si se rompe, da lugar a una hemorragia cerebral potencialmente mortal. En estos casos, explicó el doctor Lylyk, "el stent intracraneal permite reforzar la pared de la arteria".
De pasar los ensayos en humanos, el stent intracraneal no sólo resultaría útil para el tratamiento de los aneurismas cerebrales; también ha sido pensado para la corrección de la aterosclerosis y las disecciones arteriales que atañen al cerebro.
"Hemos abierto un campo enorme de posibles aplicaciones y esto creo que va a redundar en un gran beneficio para los pacientes -señaló el neurocirujano-. Los stents intracraneales que estamos desarrollando seguramente van a permitir tratar a pacientes que hoy no tienen tratamiento o que requieren intervenciones extremadamente complejas."
Aneurismas enormes, por ejemplo, que hoy requieren realizar un by-pass cerebral, mañana quizá sean resueltos con uno de estos implantes.
"Creo que es una investigación absolutamente promisoria -concluyó el doctor Lylyk-. En lo personal, este proyecto me resulta muy interesante y muy gratificante."