Hallazgo: descubren una monumental tumba prehistórica en Arabia Saudita
Se encontraron 26 fragmentos de huesos de un perro junto a otros de humanos, con signos de artritis
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Arqueólogos descubrieron en el noroeste de Arabia Saudita la evidencia más temprana de domesticación de perros por parte de los antiguos habitantes de la región. Los investigadores encontraron los huesos del perro en un lugar de enterramiento que es una de las primeras tumbas monumentales identificadas en la Península Arábiga, más o menos contemporánea con tales tumbas que ya se encuentran más al norte en el Levante.
La evidencia muestra que el primer uso de la tumba fue alrededor del 4300 a. C. y recibió entierros durante al menos 600 años durante la era Neolítica-Calcolítica, una indicación de que los habitantes pueden haber tenido una memoria compartida de personas, lugares y la conexión entre ellos.
“Lo que estamos encontrando revolucionará la forma en que vemos períodos como el Neolítico en el Medio Oriente. Tener ese tipo de memoria, que la gente puede haber sabido durante cientos de años dónde fueron enterrados sus parientes, eso es inaudito en este período en esta región”, dijo en un comunicado Melissa Kennedy, subdirectora de Arqueología Aérea en el Reino de Arabia Saudita (AAKSAU) - proyecto AlUla, entidad que realizó el estudio.
El equipo del proyecto, con miembros saudíes e internacionales, centró sus esfuerzos en dos cementerios sobre el suelo que datan del quinto y cuarto milenio a. C. y están ubicados a 130 kilómetros de distancia, uno en las tierras altas volcánicas y el otro en las áridas tierras baldías. Los sitios estaban sobre el suelo, lo cual es único para ese período de la historia árabe, y se colocaron para una máxima visibilidad.
El equipo de investigación detectó los sitios utilizando imágenes de satélite y luego mediante fotografías aéreas desde un helicóptero. El trabajo de campo en tierra comenzó a finales de 2018. Fue en el sitio de las tierras altas volcánicas donde se encontraron 26 fragmentos de huesos de un solo perro, junto con huesos de 11 humanos: seis adultos, un adolescente y cuatro niños.
Los huesos del perro mostraban signos de artritis, lo que sugiere que el animal vivió con los humanos hasta la mediana edad o la vejez. Después de ensamblar los huesos, el equipo tuvo que determinar que eran de un perro y no de un animal similar, como un lobo del desierto.
El arte rupestre encontrado en la región indica que los habitantes del Neolítico usaban perros para cazar íbices y otros animales. El trabajo de campo descubrió otros artefactos notables, incluido un colgante de nácar en forma de hoja en el yacimiento de las tierras altas volcánicas y una cuenta de cornalina encontrada en el yacimiento árido de las tierras baldías.