Hallan otro factor que aumenta el daño en el glaucoma
Un equipo multidisciplinario de investigadores argentinos logró medir por primera vez cómo el estrés oxidativo reduce la cantidad de "agentes" encargados de defender al ojo en pacientes con glaucoma, segunda causa de ceguera en el mundo. Esos defensores, los antioxidantes, resultarían útiles para el diagnóstico y para establecer nuevos tratamientos contra la enfermedad.
Oftalmólogos, bioquímicos y farmacéuticos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) decidieron investigar el estrés oxidativo en pacientes con glaucoma, ya que no todo el daño depende de tener la presión intraocular elevada.
"Hay pacientes que no tienen la presión [intraocular] elevada y, sin embargo, también desarrollan el daño en el nervio óptico. Esto quiere decir que hay otros factores asociados que contribuyen al daño en el glaucoma", explicó el oftalmólogo Fabián Lerner, director del Curso de Posgrado en Glaucoma de la Fundación Favaloro, presidente de la Asociación Argentina de Glaucoma e integrante del equipo que realizó el estudio publicado en la revista American Journal of Ophtalmology y que acaba de recibir el Premio Adolfo Noceti y Atilio Tiscornia al mejor trabajo sobre oftalmología que la Academia Nacional de Medicina otorga cada tres años.
El estudio tuvo dos etapas: una, de recolección de muestras de humor acuoso (líquido ubicado delante del cristalino) de 48 pacientes -la mitad con glaucoma y la mitad con catarata-, y otra, de análisis del material. Al comparar la medición de las muestras, los investigadores del Laboratorio de Estrés Oxidativo en Patología Humana, de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, observaron que en los pacientes con glaucoma la capacidad de defensa del estrés oxidativo en los ojos era un 64% inferior a la de los pacientes con catarata.
"Los resultados nos permitieron comenzar a trabajar en un modelo de glaucoma en animales para evaluar si los parámetros que varían en los seres humanos también varían en ratones -explicó la farmacéutica Sandra Ferreira, autora principal del trabajo e investigadora del laboratorio de la UBA-. Una etapa posterior sería evaluar terapias alternativas a la disminución de la presión intraocular, que se utiliza hoy, para preservar la salud del nervio óptico del daño que, en definitiva, es lo que lleva a la ceguera."
Respiración celular
El estrés oxidativo es un proceso natural del organismo causado por la respiración celular. Cuando sus niveles aumentan, lo neutralizan las sustancias antioxidantes que ingerimos a través de los alimentos.
"La exposición directa del ojo al oxígeno, a las radiaciones y a los contaminantes del ambiente lo hacen vulnerable -comentó la doctora Susana Llesuy, directora del Laboratorio de Estrés Oxidativo-. Por eso es que en el ojo hay una cantidad mayor de antioxidantes que en otros tejidos; es decir que está naturalmente protegido."
El problema aparece cuando esos antioxidantes que produce el organismo se consumen y es necesaria una suplementación externa, como se observó en los pacientes con glaucoma crónico simple, el tipo más frecuente entre la población.
"Nuestro objetivo es, en un futuro no muy lejano, poder usar las plantas medicinales argentinas para elaborar colirios con especies antioxidantes propias", explicó Llesuy.
Para llegar al desarrollo de un colirio que complemente la terapia tradicional contra el glaucoma, los investigadores miden en ojos de ratones el daño que provoca la acción del oxígeno.
"Aunque no sabemos precisamente en qué momento, observamos que en la enfermedad se produce una caída en los niveles de antioxidantes en el ojo y, por lo tanto, una mayor producción de especies químicas activas del oxígeno -indicó el bioquímico Pablo Evelson, integrante del equipo-. Establecer un modelo animal nos permite precisar el mecanismo por el cual varían los distintos antioxidantes presentes en el humor acuoso y determinar en qué momento dañan el ojo."
Según la doctora Llesuy, el seguimiento en ratas ya permitió estimar cómo va aumentando con el paso de los días el daño sobre el ojo y observar el cambio que produce el oxígeno. El próximo paso es tratar de mejorar ese daño mediante aplicaciones tópicas de antioxidantes en forma de colirio.
"Para el tratamiento del glaucoma se utilizan medicamentos que tienden a bajar la presión ocular o, cuando esto falla, la cirugía. Este trabajo trataría de aportar medicación coadyuvante a las drogas tradicionales para, en lo posible, no llegar a la cirugía", concluyó el oftalmólogo Ricardo Brunzini.